martes, 14 de julio de 2015

14 julio: ENCARNACIÓN, misterio de humildad

La encarnación del Verbo
          El ejercitante ha llegado, a través de horas de oración, a HACER SU OBLACIÓN, yendo contra su amor propio, sus tendencias de comodidad, placer y dominio. Ha pedido cosas muy fuertes…: la humillación…
          Ignacio lo lleva a concretar eso que ha pedido: ¿qué supone?, ¿qué significa?
          El primer paso de la vida de Jesucristo es la ENCARNACIÓN. Se hace la oración preparatoria: todo yo para solo desear y pedir que todas mis intenciones, acciones y operaciones –futuro, presente y pasado- vayan ordenadas a honra de Dios.
          La historia: las tres divinas personas miran a la tierra, donde la humanidad se precipita a su ruina. Y Dios trinitario decide salvar al mundo. Para ello se vale de una muchacha de Nazaret, a la que envía un ángel
          Lugar donde se desarrolla esta contemplación: tres escenarios: El Cielo, la Trinidad; el mundo de los hombres: la inmensidad de la Tierra con gentes tan diversas; Nazaret y el aposento de María.
          PETICIÓN: Conocimiento interno del Señor, que por mí se ha hecho hombre para que más le ame y le siga.
          DESARROLLO DE LA CONTEMPLACIÓN por el método ignaciano de VER, OIR, OBSERVAR,
          VER: lo más sencillo sería asomarse hoy día a la realidad del MUNDO que estamos viendo en los periódicos y noticiarios… Eso es lo que se ve con más realismo. Y si eso se amplía a los siglos, a todos los rincones del mundo… Los hombres, muy diversos, en trajes, actitudes, blancos y negros, unos en paz y otros en guerra, unos llorando y otros riendo, unos sanos y otros enfermos, unos naciendo y otros muriendo… Sencillamente la realidad absolutamente cercana a todos nosotros.
          VER también a Dios en su eternidad, que mira a la Tierra, y está viendo la ceguera de una humanidad que se está destruyendo a sí misma, creando un verdadero estado de infierno terreno.
          VER al ángel que saluda a María
          REFLEXIONAR lentamente sobre todo esto…, sentirlo dentro de uno mismo, orar despacio y profundamente.

          OIR: a las gentes del MUNDO: críticas, ofensas, odios, blasfemias, juramentos… Lo más terrible: en esas conversaciones no entra Dios para nada.
Oír a DIOS, en su eternidad y Majestad en su Consejo Trinitario, que pronuncian la sentencia: Hagamos la redención del género humano.
Y MARÍA entra en conversación con el ángel, que le expone el proyecto de Dios.
NUEVAMENTE REFLEXIONAR… “Oír” nosotros, percatarnos, identificarnos con unos y con otros…

OBSERVAR lo que HACEN: Las personas en el mundo: viven amorfos, sólo buscan lo cómo y placentero, cuando no es que hieren, matan, y crean una verdadera realidad de infierno en la tierra. Que si esa situación se consolida, supone la precipitación en el infierno real
Las Personas divinas: organizan una sublime procesión que va a descender hasta la tierra, con el Verbo de Dios que se ha ofrecido a realizar esa redención. Viene al mundo de los hombres humillándose, vaciándose, abajándose, para poder ser un hombre entre los hombres y desde ahí redimir a la humanidad.
María ha aceptado incondicionalmente; se ha abajado y se ha declarado esclava del Señor, que acepta totalmente la voluntad de Dios. En ella el Verbo de Dios se hará HOMBRE, uno de tantos, hasta llegar a morir en una cruz.
COLOQUIO
Con Dios, con el Verbo encarnado, con la Virgen…, y dejar que el alma se explaye, se sienta metida en esta escena…, y discurrir a fondo hasta que se pueda llegar a la muy importante realidad de que el Verbo sea nuevamente encarnado… Encarnado ahora en la persona del ejercitante, quien pueda llegar a decir de verdad aquella expresión de San Pablo: ya no vivo Yo; ya es Cristo quien vive en mí, nuevamente encarnado.

Acabar con un PADRENUESTRO, lento, asentado…, apropiándose aquello que pedí en la oblación: vivir la humillación, el abajamiento.

2 comentarios:

  1. Liturgia
    A las personas mayores que tuvimos la suerte de estudiar la HISTORIA SAGRADA, nos es un regalo estar siguiendo ahora estos pasos de aquella historia. El pueblo hebreo (Ex 3, 1-6; 9-12) es maltratado por los egipcios, que sentencian la muerte de todos los varones. Providencialmente se salva un niño, y lo viene a salvar la propia hija del Faraón, y a criarse a expensas de la misma casa del Faraón.
    Moisés –“salvado de las aguas”- crece y observa losa sufrimientos de su pueblo y entra en acción. Pero ha de huir porque el Faraón lo persigue… La historia del pueblo hebreo queda pendiente de ese personaje que será clave fundamental en el futuro.
    En el Evangelio –Mt 11, 20-24- se concluyen estas llamadas de Jesús, tan serias, en las que ha puesto delante de todos que el Reino de Dios es exigente. No quita nada a la visión del Jesús misericordioso, pero pone a las claras la exigencia de unas respuestas que hay que dar.
    Frente a la visión suave y facilona que pretende más de uno a la hora de aplicar el Evangelio. Jesucristo ha ido exponiendo lo que este seguimiento suyo pide. Y hoy tiene su visión práctica en las acusaciones contra Corozaín, Betsaida y Cafarnaúm, que han tenido tan cerca su salvación y no la han aprovechado. “Bajarás al abismo”; que si en Tiro y Sidón –paganas-, o en Sodoma y Gomorra se hubiesen hecho las obras que en ti, habrían hecho penitencia, cubriéndose de sayal y ceniza. Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti.
    Queda una conclusión positiva: Jesucristo nos ha dejado anunciado que hay que hacer penitencia y cambio de actitudes. Que lo vulgar es caer en el pecado de aquellas ciudades impenitentes. Que no es que habían hecho un pecado más grande sino que no habían escuchado y acogido las enseñanzas de Jesús. Aplicarse esta enseñanza y dar el paso adelante… Es el resultado de esta contemplación de un hecho evangélico, tan importante como cualquier otro.

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  2. Cristo ha hecho milagros y ha proclamado su Doctrina en Corozaín, en Betsaida y en otros muchos pueblos; pero no lo quisieron escuchar, ni reconocieron sus milagros, le cerraron el corazón y no se convirtieron...Nosotros hemos recibido muchos dones, se nos ha evangelizado, Dios respetando siempre nuestra libertad, nos ha cubierto de Gracias. ¿Estamos nosotros disponibles para el Señor? ¿ Somos conscientes de lo que Él es y hace? Tal vez también nosotros hemos perdido la sensibilidad o se nos ha endurecido el corazón y ahora nos atrevemos a utilizar al Señor a nuestro antojo.Si es así, nos irá muy bien hacer un buen examen de conciencia sobre nuestra forma de relacionarnos con Dios y, reflexionar sobre el misterio de la Encarnación , sólo así, nos podemos dar cuenta de todo lo que ha hecho por nosotros.

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