jueves, 16 de julio de 2015

16 julio: Nace Dios en la Tierra

El nacimiento de Jesús
          Ahí, sobre todo otro, está la oblación de la contemplación del Rey. Porque ahí hemos pedido humillación y pobreza. Cuál sea nuestra disposición de humildad hasta la humillación ha quedado expreso en la contemplación de la Encarnación del Verbo.
          Hoy, ante el nacimiento de Jesús, nos enfrentamos a nuestro ofrecimiento a la pobreza.
          Oración preparatoria: la de siempre.
          La historia: María, encinta en Nazaret, ha de salir hacia Belén, sobre una borriquita. Y José que es quien ha de empadronarse en Belén.
          El lugar: camino largo, incómodo, pesado: 156 kms.  hasta Jerusalén y 8 más hasta Belén. San Ignacio quiere que nos imaginemos su anchura, si es llano o por cuestas… Y al final el lugar del nacimiento, que la tradición sitúa en una gruta: alta o baja, ancha o estrecha, grande o pequeña, en qué condiciones. Imaginarlo para tener “un sitio” donde situar la mente durante esta contemplación.
          PETICIÓN conocimiento interno del Señor, que por mí se hace hombre para que más lo ame y lo siga.
          VER a las personas:
          María, a punto de dar a luz; José, la razón externa de esta historia. Luego, el Niño recién nacido. Y yo en medio, que me he de hacer ante este cuadro un pobrecito y esclavito indigno que está allí mirándolos, contemplándolos y sirviéndoles en sus necesidades, como si presente me hallase, con todo el acatamiento y reverencia posibles… Una oración muy interactiva en la que ayudo en el camino, sirvo a María o a José en lo que se me ocurre que pueden necesitar de mí; barro en la cueva, limpio, ayudo a acomodarse a María, voy por agua, recojo un poco de leña para hacer fuego… No me puedo limitar a ver. Cuando las penurias del camino, o cuando veo tanta pobreza y soledad de aquellos momentos en Belén, yo tengo que hacerme pobre, persona que –admirada-sirve.
          En toda esta “imaginación” estoy orando. Estoy bebiendo a bocanadas la escena, y me estoy sintiendo interrogado.
          OÍR lo que dicen;
advertir su tono de voz, su paz, su conformidad, su dulzura… Por el camino no hay quejas, aunque hay incomodidad. En la gruta hay serenidad, espera y mucha alegría cuando nace Jesús. Mirar a María y José ante el recién nacido. Acercarme. Pedirle que me dejen tomarlo en mis brazos. Sentir hondamente la emoción de Dios sostenido por mí.
          Reflexionar muy dentro, muy en silencio, muy detenidamente.
          Mirar y considerar LO QUE HACEN,
          como caminar, trabajar, para que el Señor nazca en suma pobreza, y al final de tantos trabajos, de hambre y sed, de calor y de frío, de injurias y afrentas, PARA MORIR EN CRUZ, y todo esto POR MÍ.
          Es el paso del hecho en sí, del Niño, de Jesús…, al “SEÑOR”, porque de pronto se ha dado un gran salto y nos ha metido Ignacio en la historia completa de Jesús. Es el momento sublime de esta oracion que, muy al modo ignaciano, comienza con suavidad, devoción, algún ofrecimiento nuestro…, y de pronto estamos metidos en una llamada intensa al alma, que ya no deja quedarse en devociones y ternuras. Aquí se palpa una pobreza extrema que va siendo vivida en el día a día de Jesús hasta llegar a la misma suma pobreza de su muerte.
          Y por si faltaba algo para llevarnos a nuestro interior y a renovar nuestro ofrecimiento, todo esto POR MÍ.

          El COLOQUIO ya está establecido y muy a fondo. Echarnos en el corazón de Dios. Rezar un Padrenuestro.

2 comentarios:

  1. Liturgia
    Sobre todo, hoy es el día de LA VIRGEN DEL CARMEN, esa advocación popular y profundísima de tanta devoción, y de tantísimo arraigo en el mundo marinero.
    Pero esta advocación no tiene unos textos propios en la liturgia, y –cuando hoy se tome por algunos sacerdotes unas lecturas comunes a cualquier Misa de la Virgen- no serán textos que hagan referencia directa a la fiesta. Será elección de devoción.
    Yo soy siempre un seguidor de la lectura continua. Y máxime en estos momentos en los que estamos metidos de lleno en temas tan fundamentales como el proceso de la historia de Israel y su constitución como pueblo, por grandes acciones y prodigios de Dios.
    Moisés se ha encontrado con Dios. O mejor dicho: Dios ha salido al encuentro de Moisés. (Ex 3, 13-20). Y Dios le encarga a Moisés la tarea de sacar a “mi pueblo” desde la esclavitud egipcia. Moisés le dice a Dios: ¿Y yo quién le digo que es ese Dios? ¿Cómo te llamas? Y Dios responde en frase lapidaria: Yo soy el que soy. De una parte es “innominado”, trascendente, sublime sobre las cosas humanas. De otra parte es el “que es” y nunca dejará de ser: el Dios que da seguridad. Dirás: “Yo soy me envía a vosotros”. “Os estoy observando a vosotros y cómo os tratan en Egipto. He decidido sacaros de la opresión egipcia y llevaros al país de Canám”. Ellos te harán caso, pero el Faraón, no. Yo actuaré con grandes señales y prodigios, y entonces os dejará marchar.
    Dios ha tomado las riendas, aunque serán situaciones que se producirán en medio del pueblo egipcio.
    El Evangelio es el momento gozoso en que Jesús se ofrece a sí mismo a ser el que acoge a todos. Los llama, los invita: Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Imagino a tantos seguidores de la lectura continua que de pronto respiran como quien ha salido del túnel de las lecturas anteriores y se sienten liberados. Se equivocan. Porque Jesús será brazos acogedores de quienes vivan lo anterior. Y sólo cuando se haya asumido el planteamiento duro de aquellas instrucciones del capítulo 10 –condiciones para estar de parte de Cristo-, Jesús mismo será el que invite a reposar en su pecho y sentir los pálpitos de su Corazón… Con yugo y con carga…, que eso se toma poco en cuenta cuando se llega aquí. Y sin embargo es parte de la invitación… Y eso sí, promete que se suavizará la carga (no se promete que se vaya a quitar). ¡Difícil de comprender estas cosas!, y muy fácil escaparse o por la tangente.

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  2. Día 16 de Julio, celebramos hoy la festividad de la Virgen del Carmen. Las Sagradas Escrituras ponen el acento en la belleza del Carmelo donde el profeta Elías defendió la pureza de la fe de Israel en el Dios Vivo. En el siglo XII unos monjes se retiraron al monte y de esta comunidad nació una Orden dedicada a la vida contemplativa, bajo el patrocinio de la Santísima Virgen María. Invocada como "Estrella del Mar" es patrona de la gente del mar.
    El Dios del Éxodo es tan tierno y tan humano que invita a acercarnos a Él para adorarlo y echarnos en sus Brazos y dejarnos acariciar por Él . Cuando estamos cansados, o estamos angustiados y necesitamos la comprensión y el consuelo de un padre, de un hermano, en esos momentos que ya no podemos más,buscamos a Cristo pues con Él las cargas y ñlas responsabilidades son más llevaderas. Yendo a su encuentro encontraremos reposo. Lo encontraremos en la Oración, en los Sacramentos, en cualquier momento de nuestra vida.Él siempre nos está esperando con ilusión para llevarnos a los brazos del Padre, para que descansemos de nuestros cansancios, de nuestros dolores, de nuestras debilidades...

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