sábado, 9 de mayo de 2015

9 mayo: A mí me odiaron primero

EL ODIO DEL MUNDO
          El evangelio de hoy (Jn 15, 18-21) presenta a Jesús que advierte a sus apóstoles y discípulos: Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros. ¡Y el “mundo” odia a los cristianos. [Entendamos que “el mundo” en este contexto está referido a los que siguen los criterios antievangélicos, a los que se sitúan en abierta hostilidad contra el sentido religioso que tiene a un Dios por encima de todo lo humano]. Ese mundo es el que odió a Jesús. Aunque ese mundo fuera en buena parte el farisaico. Es que el fariseo se sitúa por encima de Dios aunque lo pretenda camuflar con capa de religión.
          Ese mundo, aunque con visos –a veces- de “social” y “humano” y hasta bajo capa de religión- es el que odia a la Iglesia Católica. No soporta que exista una fuerza mayor que todo, un Dios que no es manipulable por el chalaneo de las conveniencias, los oportunismos, el engaño masivo de determinados influjos mediáticos.
          Ese mundo odió a Jesús y ese mundo nos odia. Y ya lo advierte Jesús y nos lo advierte. Y nos dice claramente que si fuerais del mundo y vivierais al compás que marca el mundo, el mundo os amaría como cosa suya. Pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia.
          Ahora nos cabe una reflexión a la inversa. ¿No existe un peligro de chaqueteo con los modos y formas y criterios del mundo que nos acaba haciendo plastilina en manos de ese mundo? ¿No será que ni llega a tener que odiarnos a algunos porque no le hacemos pupa a ese mundo porque nos hemos amasado demasiado con él?
          Me planteo estas cosas muy de corazón. Porque en el fondo todos tendemos a acomodarnos (=hacernos cómodos al mundo, o que el mundo no nos incomode). No estamos en aquella línea de Pablo: el mundo es un desgraciado para mí y yo soy un desgraciado para el mundo. En el fondo “hemos aprendido a convivir” y ninguno nos hacemos daño. ¿Pero eso es el Evangelio? ¿No se han camuflado los principios de manera que no rocen las aristas?
          Jesucristo dice entonces: Recordad lo que os dije: No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán… Y todo lo harán con vosotros por causa de mi nombre.
          Testigos directos son los miles de mártires de estos últimos tiempos que, porque la mayoría caen lejos de nosotros, no somos debidamente conscientes. Pero ya ha avisado alguien: lo que hoy está ocurriendo en África, va a ocurrir no mucho más tarde en Europa.
          Y todavía más ocultamente, ya está sucediendo algo de ello en esa omisión cómplice de las instituciones, que están ninguneando al cristianismo en este viejo continente.


          Hay algo admirable, aun dentro de algunas excepciones extemporáneas: LA VIRGEN. Dentro de todo este mundo ajeno y hostil a lo religioso católico, parece como un milagro de la delicadeza de Dios hacia María, que queda generalmente al margen de los ataques directos de los enemigos de la fe. Con María se produce un oasis en medio de esta sequedad de desierto. La profecía que ella misma pronunció: Me dirán dichosa todas las generaciones, se está cumpliendo a estas alturas del siglo XXI, aunque se van intentando derruir las columnas de la fe. María aparece como faro que anuncia el puerto y pone a resguardo a quienes se acercan a ella.

2 comentarios:

  1. No todos tienen la suerte de conocer a Cristo; no todos pueden entender, ni aceptar por qué los seguidores de Cristo, los cristianos sin dobleces, confesamos nuestra fe en medio de un mundo tan indiferente y hostil.Podemos ser perseguidos y odiados, puede haber mucha intransigencia y pueden haber muchas oposiciones al proyecto salvífico de Dios, pero, todo lo tenemos que resistir, tenemos que estar dispuestos a superar cualquier contrariedad que se nos presente porque no podemos abandonar; tenemos que seguir a Jesús con mucha fe y valentía en medio de la adversidad y abrirnos a su fuerza redentora y, como Él,saber dar la cara y la vida si fuera necesario. Hay que optar por la Palabra y practicarla, por el bien de la Humanidad, para que brille la Luz y los hombres dejen atrás las tinieblas donde mora el Diablo.
    La Virgen, nuestra Madre, una criatura que conoció el dolor y las tribulaciones, nos ayudará a mantenernos fieles y a hacernos fuertes ante la adversidad."¡Oh María! Tú, la Esclava del Señor, enséñanos a consagrar toda nuestra vida al servicio de Dios".

    ResponderEliminar
  2. ¡Qué verdad tan grande, desde hace XX siglos, el ODIO que despertó Jesús desde su nacimiento…! Ya querían eliminarlo…Y durante su Vida Pública, esos tres años fue perseguido y odiado hasta la Cruz… Ese odio nunca ha dejado de existir… las persecuciones contra los cristianos en Roma, y ahora casi en el mundo entero…”la Iglesia”…”Las fuerzas del Infierno no podrán contra Ella…” Y ahora el panorama es desolador… Lo único que nos queda es confiar en las Palabras de Jesús y recordar el ‘diálogo de Dios con Abraham”…siempre habrá “algunos justos” en el mundo. Pero la imagen de la VIRGEN MARÍA… nadie se ha atrevido a tocarla…ni en su vida… ni ahora. Pensando en ESPAÑA… parece protegida incluso, por LA DEVOCIÓN POPULAR… (que alguien hable de suprimir las procesiones…) Jesús, protege tanto a su Madre, que nadie la puede manchar ni odiar…Es el consuelo que tenemos, pues una MADRE, la que nos dio Jesús antes de morir, no nos abandonará jamás. Más que nunca confiemos en Ella y en LA MISERICORDIA de Dios.

    ResponderEliminar

¡GRACIAS POR COMENTAR!