viernes, 15 de mayo de 2015

15 amyo: Un poco y me volveréis a ver

HOY
ESCUELA DE ORACIÓN
a las 5 y media
(MÁLAGA, España)

        Lo irresponsable
          En Hech 18, 9-18 encontramos un “mal ejemplo” de la irresponsabilidad. Si tomamos el hecho como postura de aquellos judíos que organizan una persecución contra Pablo y lo llevan ante el tribunal romano parea acusarlo: éste induce a dar a Dios un culto contrario a la ley. La verdad es que ese tema no le competía a los romanos, que ni lo entendían ni querían entrar en él. Y Galión –procónsul de Acaya- opta por desentenderse del caso, y dejar que ellos lo arreglen. Y como no han conseguido su intento, nueva irresponsabilidad de aquellos judíos que la toman con el jefe de la sinagoga y lo apalean allí mismo. Irresponsable también Galión, quien prefiere no darse por enterado.
          He mirado a nuestros tiempos y circunstancias y he visto cómo sigue teniendo la irresponsabilidad carta de ciudadanía en pueblo y políticos. Cada uno con la suya…, y los temas sin resolver. Unos, por la tremenda, agresivamente. Otros, sin quererse enterar. Y he sentido pena por nuestra situación.
          En Jn 16, 20-23 resalta el hecho en sí: ahora, una tristeza. Luego se convertirá en alegría. Es muy distinto el contexto histórico de aquella frase y la aplicación litúrgica de este tiempo. Se pronunciaron aquellas palabras a unas horas de la Pasión. Y es evidente que la tristeza invadió a aquellos discípulos que se encontraron con el sufrimiento y la muerte de Jesús. Jesús les advierte que es pasajero ese dolor porque dentro de unos días se convertirá en inmensa alegría cuando lo vean resucitado y triunfador.
          En el contexto actual litúrgico la tristeza vendría de esa ida de Jesús al Cielo; los discípulos podían sentir la pena de su orfandad porque ya no andaría Jesús con ellos como en estos años de la vida pública. Y sin embargo la ascensión provocó grande gozo porque en la nobleza de sus sentimientos, sobrepasaron el dolor de la ausencia con el profundo gozo de saber que su Señor había alcanzado ya la meta final. Y además, volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y nadie os quitará vuestra alegría. Aquí ha entrado ya el componente de la fe, esa virtud teologal que proviene de Dios y que da la vuelta a las cosas y les enfoca una luz absolutamente nueva. Una luz que nadie la puede quitar.


          Pienso en María. El Hijo se iba. Por un tiempo no tendría ella el gozo de verlo y tenerlo con ella. Pero el Hijo ha vencido y ha ido al Padre. Y ella experimenta un gozo inefable que nadie se lo puede quitar. Primero es el triunfo y el gozo de Jesús. El amor desprendido de una madre, que piensa mucho más en el Hijo y en la felicidad del Hijo. Pero es que la fe de María le asegura que es “un poco de tiempo” porque ella también va a tener ese gozo multiplicado e infinito de volver a abrazar al Hijo, y ya en esa región en que no cabe el llanto ni el dolor. El “poco en que no me veréis y el otro poco en me volveréis a ver” constituyen para María todo el sentido final de su vida. “Donde yo voy estaréis también vosotros”. Y esa fe es la que da plenitud de gozo a María, que se fundirá en abrazo perenne con su Hijo bajo la mirada amorosa de Dios.

1 comentario:

  1. Hay momentos de dolor, propios y ajenos, en medio de los cuales, podemos perder la ilusión; pero el Señor también nos invita a continuar y, como a Pablo nos dice:"No temas, sigue hablando y no te calles, que yo estoy contigo, y nadie se atreverá a hacerte daño;muchos de esta ciudad son pueblo mio"Nada ni nadie nos puede quitar la alegría de permanecer con Jesús, si ponemos los ojos en Jesús y si somos dóciles a las mociones del Espíritu Santo.Dios es el Rey del mundo y no podemos estar tristes.Jesús nos reveló al Padre y vivimos convencidos de que lo que es primordial de su Mensaje es vivir en el AMOR, sintiéndonos hijos amadísimos por Dios.. .Creo que la tarea del cristiano es ir por el mundo reflejando este Amor y luchar con coraje y con alegría para que haya más justicia y felicidad en el mundo.

    María es una Luz que guía a sus hijos que peregrinan...Con la Madre, nos encontramos seguros.

    Entre las Oraciones marianas más populares está el Santo Rosario que es una plegaria contemplativa de alabanza y de súplica;en ella está presente Jesús y María y contemplamos todos los misterios de sus vidas. Es una plegaria bíblica que sería deseable que se practicara todos los días en cada familia. La Virgen nos ayuda a vivir los contratiempos conserenidad y fortaleza, sin perder la alegría de tener a Cristo en nosotros.

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