viernes, 22 de mayo de 2015

22 mayo: La prueba del algodón

VOY A FALTAR DOS DÍAS
        A ESTE ENCUENTRO DIARIO DEL BLOG

Todo se condensa en el amor cordial
          Que estamos en los finales del ciclo pascual nos lo pone de manifiesto la vuelta al Evangelio de Juan en su remate del capítulo 21, ese “añadido” en el que se dijeron tantas cosas que habían quedado sin decir. Hoy volvemos al relato del Lago, en la tercera vez que Jesús se apareció a sus apóstoles (en realidad a algunos de ellos). Y cuando ya ha pasado el momento nebuloso de la aparición y el desayuno, se ilumina el relato con algo mucho más concreto y personal: Jesús se dirige –aparte- a Simón Pedro y le pregunta Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Simón no quiso entrar  en comparaciones. Lo que sí hizo fue explicitar que su amor no era el amor genérico que puede darse entre dos personas, sino que tú sabes que te quiero con ese amor íntimo, cordial, personal y afectivo de amigo.
          Jesús volvió a preguntar otra vez con el “me amas” y Simón volvió a responder claramente con el “te quiero”, que era para él la forma más expresa de confesar el grado de cercanía y intimidad con la que se sentía respecto de Jesús. No era el amor que podría tener Pedro a Santiago, a Felipe, a Tomás, y al mismo Juan. Pedro sentía respecto de Jesús un amor que sobrepasaba todo eso. Lo que en ascética se expresa con el dicho: vivir enamorado de Jesús, vivir para Jesús, no tener otro pensamiento que Jesús, no tener ya sentido la vida sin Jesús. Jesús que polariza todos los sentimientos y al que se va uno no sólo con un amor genérico sino con una intimidad enamorada.
          Pregunta ahora Jesús con la palabra que ha usado Pedro, como quien pone el broche de oro a aquella triple manifestación de amistad: ¿“me quieres”? Y Simón recurre a lo que no puede engañarse nunca: Tú sabes, Señor, todas las cosas, y tú sabes que TE QUIERO.
          Aparte de las conclusiones que Jesús ha sacado cada vez, haciéndole a Pedro el encargo de su Iglesia (ovejas y corderos), hay un aspecto mucho más profundo en todo esto: el verdadero amor se manifiesta en el sacrificio. Y el amor de Simón Pedro ya a tener una concreción muy clara: Cuando eras joven tú te ceñías e ibas adonde querías; cuando seas viejo tú extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará adonde no quieres. Y el evangelista explica: indicándole el modo con que iba a dar gloria a Dios. Ese modo era la cruz en la que le ceñirían los brazos.

          Y ahí concluye hoy el evangelio del día, dejándonos la conclusión a la que nos conduce el tiempo pascual: la Pascua es toda una obra de recíproco amor, en la que Jesús ha puesto el todo y ha dado su vida por los amigos: Nos ha querido con amor enamorado. Ha muerto por darnos vida. Se nos pide a nosotros “la viceversa”, porque el amor con amor se paga, y a tal amor debe corresponder ese modo de amor que más se acerca al amor con que hemos sido queridos. Y como no existe amor sin sacrificio, hemos de contar con que nuestra vivencia de fe llevará consigo cruz, como garantía de que amamos no de palabra sino con obras y en verdad. Que no nos limitamos a una piedad de “Señor, Señor”, sino que tomamos en serio ese escuchar la palabra de Dios y ponerla en práctica. Que hemos llegado a ese punto céntrico de CONSTRUIR SOBRE ROCA, como corresponde a quienes quieren asentar una vida en Cristo Jesús.

3 comentarios:

  1. Ana Cuidad3:00 p. m.

    TODOS PERSEVERABAN UNÁNIMEMENTE EN LA ORACIÓN JUNTAMENTE CON LAS MUJERES Y CON MARÍA, LA MADRE DE JESÚS........
    Nuestra Señora vive como un esgundo Adviento,una espera,que prepara la comunicación plena del Espíritu Santo y de sus dones a la naciente Iglesia
    Este Adviento es a la vez muy semejante y muy diferente al primero el que preparó lel nacimiento de Jesús
    Muy parecido porque en ambos se da la oración y el recogimiento,la fe en la promesa ,el deseo ardiente que ésta se realice.La Virgen es la única que vive la promesa realizada en su seno.
    Ahora , María,aguarda espera ,en compañía de los Apóstoles y de las santas mujeres. Esta,es una espera compartida,la de la Iglesia que está a punto de manifestarse públicamente alrededor de nuestra Señora.
    Para estar bien dispuestos a una mayor inyimidad con el Paráclito, para ser más dóciles a sus inspiraciones,el camino es María.Los Apóstoles lo entendieron así;por eso los vemos junto a Ella reunidos en el Cenáculo.

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    1. María es una imagen de la Iglesia, una figura simbólica, pero en primer lugar era y continúa siendo una persona real Es una persona concreta que asume su maternidad espiritual. Hch.1,14 lo sugiere.La Iglesia ve en María su propia imagen: un símbolo real. Ella es una "personalidad corporativa", es decir, es una persona concreta y también es la personificación de una Comunidad como la de Abrahán y otrasen el Antiguo Testamento, esto significa que María encarna la Iglesia en la Comunidad apostólica , cuando ésta fue fundada.

      El Señor nos invita a seguir a Cristo y que tengamos el valor de dar testimonio, el nuestro, sin importarnos lo que hagan o dejen de hacer los demás, sin envidias ni protagonismos. Cristo ve el corazón...; lo más importante es hacer lo que nos pide, seguirle y hacerlo presente en el mundo; escuchar la Palabra e interpretarla bien para poder proclamarla fundamentados siempre en la verdad..Que vivamos nuestra vida, la que Dios ha elegido para cada uno sin hacer comparaciones, con humildad y haciendo lo que le es grato a Dios.

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  2. Padre. No lo podemos echar de menos porque nos adelantó los Temas correspondientes a los días que va a faltar. Que Dios se lo pague y que Él lo acompañe con su Ternura para que tenga un feliz descanso.Hasta pronto. Un abrazo. MªJosé

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