martes, 12 de mayo de 2015

12 mayo: El mundo convicto

EL PRÓXIMO VIERNES día 15,
Tercer Viernes de mes,
ESCUELA DE ORACIÓN,
a  las 5’30
en  el Salón de Actos.
Centro Pastoral “Pedro Arrupe”.
Málaga.

        CONVICTO DE SU ERROR
          El Espíritu Santo viene a poner en claro dónde está la verdad y dónde la mentira. Por eso conviene que yo me vaya –dice Jesús a sus apóstoles (Jn 16, 5-11)- porque al venir el Paráclito, él va a dejar al mundo convicto de un pecado, una justicia y una condena. EL PECADO: que no me han recibido; que no creen en mí. Que han tenido la salud en sus manos y la dejan escapar. LA JUSTICIA: la mayor prueba de lo verdaderamente justo es que yo vuelvo al seno de Dios. No me he desviado de sus planes. He realizado su voluntad. Ahora vivo ya el estadio de felicidad inalterable. LA CONDENA: el fracaso del mundo, del espíritu del mal que manda en este mundo, del demonio como príncipe de la maldad de este mundo… Queda condenado.
          Un caso concreto es el que presenta hoy Hech 16, 22-34: Pablo y Silas son azotados, humillados y encarcelados. Un terremoto a media noche les abre las puertas de la prisión, pero ellos no se escapan. El carcelero, perplejo,  admirado por aquellos hombres que han tenido en sus manos liberarse de la prisión y no lo han hecho, acaba lavándoles las heridas, invitándolos a su casa y bautizándose con todos los suyos. Realmente “el mundo” del mal ha quedado derrotado y el mismo carcelero ha dado la puntilla a ese mal. El “mundo” ha quedado condenado y Pablo, Silas, el carcelero y su familia, han hallado la slvación.

          En el precioso relato de Apoc 12 se presenta a LA MUJER vestida de sol y las estrellas ornando su corona. El dragón infernal pretendiendo inficionarla con su baba inmunda, y pretendiendo matar al niño que la mujer va a dar a luz. Lucha entre el “mundo”, representado por el dragón, y Miguel, con los ejércitos de los ángeles. El dragón que utiliza varias artes para dañar a la mujer y a su Hijo, y el Cielo que le gana la partida paso por paso, separando a la mujer de la maldad de este “mundo”, llevándola al desierto, y realizando prodigios que acaban derrotando al dragón.

          El arte –con error teológico y mala lectura del Protoevangelio (Génesis)-, ha representado a LA MUJER pisando al dragón/serpiente. No es teológico ni responde al plan de Dios. Porque quien vence al dragón es Dios mismo, el Hijo mismo, al que Dios defendió contra las bocanadas de muerte del dragón. Dios es quien defiende a la Mujer y la hace incólume. LA MUJER es personaje importantísimo en la historia de la salvación, pero no es “la salvadora”. EL SALVADOR REDENTOR es Jesús. Y María es asociada al infinito valor de la salvación que realiza Jesús. María es pieza importantísima en el puzle de la salvación, pero la salvación sólo puede realizarla Dios, el Hijo de Dios. El que vino a ser el Hijo de esa MUJER que Dios prometió, defendió y fue llevando a la inmensa grandeza por la que hoy la veneramos. El enemigo ha sido derrotado.

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