sábado, 7 de marzo de 2015

7 marzo: Un "oficio" noble

Cireneo
San Marcos –ha quedado dicho- lleva la Pasión por el camino breve. Será la que leeremos este año el Domingo de Ramos. Estábamos en las burlas de los soldados que le pusieron la corona de espinas, y dice a continuación: Y cuando se hubieron mofado, le vistieron sus propios vestidos y le sacaron para crucificarle. Estaba ya todo hecho desde que la gente eligió la libertad de Barrabás y pidieron la cruz para Jesús.
¿Cómo había quedado Jesús después de esa terrible secuencia de azotes y espinas? En verdad que todo aquello había sido ya preparar la víctima para la cruz. Pero que difícilmente podía sostenerse en pie con todo lo que llevaba sufrido desde la noche anterior en el Huerto y en el Palacio del Sumo Sacerdote.
Nada extraño que los soldados que custodiaban al condenado echaran mano de aquel labrador que volvía de su trabajo y que tuvo “la mala suerte” de encontrarse de frente con aquella comitiva. A Jesús le habían colocado sobre los hombros, a costal, el madero horizontal de la cruz. [El vertical ya estaba clavado en el lugar del ajusticiamiento]. Pero aquel madero ya pesaba tanto que Jesús no estaba con fuerzas para llevarlo sobre sí. Y obligaron al labrador a ayudar a Jesús. Y yo me pregunto: ¿ayudar?; ¿cómo se ayuda a llevar ese madero? ¿Qué podía hacer aquel hombre para “ayudar”? Yo pienso que tuvo que cargarse con aquel peso, muy pegadito a Jesús, que iba encorvado y sin fuerzas para recorrer el trecho hasta el Gólgota. Y muy pegadito para que se supiera que él no era el condenado y que sólo estaba en aquellas circunstancias porque no tenía más remedio.
Luego, saca uno en claro que debió quedar impactado por esa acción que realizó a regañadientes, porque cuando escribe Marcos su evangelio ya tiene localizado perfectamente a aquel cristiano, con nombre propio y parentesco y localidad. El acompañamiento a Jesús en aquellas circunstancias, las miradas que se cruzaron muchas veces en aquellos casi 900 metros, la observación que hizo de Jesús y de la paz que irradiaba en medio de su tormento, cambiaron la “mala suerte” en una “gracia de Dios”, y Simón de Cirene ocupó un lugar propio en el evangelio, y una evocación de siglos para expresar a toda buena persona que ayuda a otra a llevar su cruz: hacer de Cireneo… Y me da gusto pensar que allí hubo un cruce de ayudas recíprocas y que también Jesús fue el gran Cireneo de ese tal Simón, porque Jesús le ayudo a tener la luz más deslumbradora, la que irradia desde la propia Cruz de Jesucristo.
El hecho es que aquella ayuda hizo posible que Jesús llegara hasta arriba. El otro hecho es que “el Cireneo” salió deslumbrado por los ojos de Jesús, que le expresaron muchas veces el agradecimiento. Y sobre todo mostraron que en el mismo dolor y en el sufrimiento se puede hallar a Dios y la felicidad que viene por el hecho de haber sabido meter el hombro bajo la cruz del que apenas puede tirar de ella.

Esa ayuda la aceptó Jesús porque le permitía llegar hasta el final. En cambio no quiso aceptar el vino mirrado que le ofrecieron como analgésico para que le fueran más llevaderos los horribles tormentos que le esperaban en la crucifixión.

3 comentarios:

  1. Liturgia de la Palabra
    Hoy es de los días en que de puro fácil se hace difícil exponer un comentario. La 1ª lectura (Miq 7, 14-15, 18-20) nos centra ya en una idea capital: ¿Qué Dios hay como tú, que perdonas el pecado y absuelves la culpa al resto de tu heredad, a los que habitan apartados en la maleza? Se complace en la misericordia. Volverá a compadecerse…, arrojará a lo hondo del mar todos nuestros delitos.
    Yo estoy seguro que hay un gran porcentaje de fieles cristianos que leen esto y no se lo creen. Estamos formados tan deformados en nuestro sentido espiritual y en el concepto que tenemos de Dios y de las reacciones y relaciones de Dios con nosotros, que esas afirmaciones tan claras se toman con una sordina que acaba cambiando el sentido, para poder seguir cada uno de esos fieles acusándose y viéndose amenazados por su propia “maleza”, esos a los que dice la lectura que Dios absuelve y arroja al fondo del mar todos los delitos.
    Por si quedara duda, la famosa Parábola del PADRE BUENO (¡ojo!, que quiero hacer hincapié en el título) nos dibuja con rasgos magistrales de artista –Lc 15, 1-3, 11-32- cuál es el modo de ser de Dios. Respeta la libertad y acoge al regreso al hijo que viene hecho jirones. ¡Ni un reproche! Plena acogida, restitución de todo su derecho de hijo y hasta defensa del mismo ante el puritano de su hermano mayor (que parecería ser “el bueno” de la película, pero es un legalista que no tiene corazón).
    Cuando estamos tan necesitados de la nueva evangelización, el Papa nos aboca a la ternura de Dios, y nos platea una JORNADA DE ORACIÓN (días 13 ó 14) en las que se centre todo en el Dios rico en misericordia, de Ef 2, 4.
    Nos está abriendo el cauce del Evangelio, que no es historia de pecados n¡ de condenados sino HISTORIA DE SALVACIÓN y de MISERICORDIA. Que no para otra cosa vino Jesucristo al mundo.

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  2. Todos somos "hijos pródigos"; alguna vez hemos hecho una fechoría y nos hemos distanciado de Dios , empezamos a sentirnos avergonzados y nuestro deseo era volver a sentir su AMOR como antes... Arrepentidos, buscamos su absolución a través de un Ministro suyo ; experimentamos la alegría inmensa por haber obtenido su perdón y por haber recuperado la dignidad.

    Creo que debemos escuchar al Papa y a nuestros Presbíteros porque ellos nos comunican lo que Dios nos tiene que decir a cada uno de nosotros: " Que Jesús no vino a juzgar al mundo, sino a salvarlo" Que Dios es AMOR, ES TERNURA, ES PADRE. ¡Ayúdanos, Señor, con tu gracia!

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  3. Anónimo1:56 p. m.

    Gracis, padre, por el empuje tan grande que nos ha dado en estos Ejercicios Espirituales para nuestra vida interior .Pedimos al Señor le conceda larga vida para que pueda hacer tanto bien a quienes de veras nos sentimos necesitados .Gracias de nuevo.

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