miércoles, 25 de marzo de 2015

25 marzo: LA ENCARNACIÓN

Muchas felicidades a las ENCARNAS

Dios hecho plenamente HOMBRE
El día que Dios le ofreció a Acaz una señal sublime, se la ofrecí en lo más alto del cielo o en lo hondo del abismo. Es decir: algo a lo que no cabían posibilidades humanas…, adonde no podía llegar la fuerza de los hombres. Y como Acaz piensa que eso es “tentar a Dios” y no la pide, Dios se la ofrece: una muchacha concebirá y dará a luz un hijo que será ENMANUEL: Dios-con nosotros.  La señal que no está en mano humana es que DIOS SE VA A HACER HOMBRE. Y no un hombre bajo el paraguas protector de Dios, sino hombre con todas las de la ley, en plena plenitud de hombre. ¡Que eso es lo que únicamente Dios es quien puede hacerlo!
Y Dios lo hace misteriosamente no interviniendo varón, y por una presencia del Espíritu de Dios que fecunda el seno de María: entra Dios pero en ese instante comienza la vida humana de un hijo en el seno materno.
CREER en la encarnación parece fácil y la damos por hecha como gran misterio de Dios. Pero a la hora de la verdad siempre estamos sacando el “paraguas” protector para mirar la vida de Jesús: ¡Pero Jesús era Dios!, es nuestra coletilla para –en definitiva, situar a Jesus en otro estrato que no es el totalmente humano.
Y sin embargo el enorme misterio de la encarnación fue que quien era Dios y sin dejar de serlo, SE HIZO ABSOLUTAMENTE HOMBRE para vivir plenamente la vida humana, con todas las consecuencias de esa humanidad, con sus pobrezas, miserias, grandezas, dolores, méritos, muerte…: “hecho un hombre cualquiera”, menos en el pecado (que es lo que por esencia no podía caber en ese Jesús, Dios encarnado Hombre.
Significa que quien era sólo Dios, “de la categoría de Dios”, se despojó de su rango, y entró a ser de la especie humana. Un salto abismal, humanamente tan inconcebible que acabamos por no digerirlo. Siempre pongo el caso de un hombre que se ofreciera a ser babosa para salvar una determinada especie de babosa… ¡Y con ser tan enorme el salto, estábamos siempre en el reino animal! No era un salto tan grande. ¿Y quién se iba a ofrecer a ser babosa para salvar a las babosas?
Dios, desde su vida divina del Cielo, vio que “la babosa humana” se perdía en la charca de su maldad. Y Dios dio el salto y se hizo “babosa”. Pero de todas todas. Porque eso es encarnarse.
Fijémonos en “encarnaciones” recientes: Santa Teresa de Calcuta se hizo pobre con los pobres y metida en el lodazal de la miseria. Y sin embargo Teresa de Calcuta tenía después su “aparte” en su Comunidad, sus rezos, sus posibilidades de limpieza, sus valores personales. Se había “encarnado” y no se podía hacer babosa por mucho que quisiera. Y como ella tantos otros héroes cristianos.
Jesús sí lo hizo. Y aunque nos cuesta tanto trabajo que siempre tenemos preparado el “paraguas” de su divinidad, encarnarse HOMBRE fue el misterio humano más sublime en el que nos podemos mirar los creyentes en Dios.

Por eso cuando Pablo dice: Sed imitadores míos como yo lo soy de Cristo, está diciendo una posibilidad posible. No está diciendo que imita a un pez volador, sino a Alguien que ha vivido la vida humana tan humanamente, que es imitable y podemos irnos acercando a sus modos de ser y de hacer. Y los santos se acercaron tanto que encontramos “retratos” de facetas de Jesús porque pudieron tomar la imagen del modelo y aplicarla a la vida. El modelo fue hombre.

3 comentarios:

  1. ¡DIOS HECHO PLENAMENTE UN HOMBRE! ¡Cómo disfruto yo con las imágenes de Jesús, todas diferentes::Lo hemos visto en Belén y ahora lo vemos en Marcos con el Rostro ensangrentado y una Cruz demasiado pesada que le obliga a ir callado y cuando habla es para decir que siente una "tristeza mortal". El Cristo de Mateo es Inocente y también dice que tiene una "tristeza mortal". Es muy bueno y le dice a Pedro que envaine la espada, le habla como Maestro que instruye.El Cristo de San Lucas lleva la cabeza bien alta. Es un Dios Padre muy misericordioso, un Maestro que viene a enseñar y a salvarnos.Y, el Cristo de San Juan, es un Cristo triunfante, cuya Cruz es un trono porque Él es Rey de los Judíos y de toda la Humanidad.

    En el Seminario nos pusimos en camino para ir a encontrarnos con el Jesús histórico, disponíamos de buen material; por un momento creímos que lo habíamos encontrado, ¡qué bien nos encontrábamos con Jesús! Acabábamos de salir de la Cuaresma e intentamos retenerlo ...Jesús, cuando cumplió su Misión redentora, regresó a su tiempo. Jesús, con la misma "necesidad que el péndulo, una vez liberado, retorna a su situación original".Con estas palabras explicaba su fracaso el teólogo A. Sweitzer que habia hecho una investigación sobre la vida de Jesús; pero la había basado en unos trabajos de la Ilustración y había unas incoherencias.La verdad es que , desde entonces , nos hemos quedado con el Cristo de la Fe.

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  2. Ana Ciudad4:05 p. m.

    Hoy veinticinco de marzo celebramos: La Encarnación del Hijo de Dios ". El anuncio del Angel descubre a María su propio quehacer en el mundo,la clave de toda su existencia.La respuesta de María _Fiat_ es aún más definitiva que un simple "sí".Es la entrega total de la voluntad a lo que el Señor quería de Ella en aquel momento y a lo largo de toda su vida.ESte "fiat" tendrá su culminación en el Calvario cuando ,junto a la Cruz,se ofrezca juntamente con su Hijo..
    El "sí"que nos pide el Señor a nosotros,a cada uno en su propio camino,se prolonga a lo largo de toda la vida,en acontecimientos pequeños a veces,mayores otras,en las sucesivas llamadas,de las cuales unas son preparación para las siguientes.
    Estemos atentos,con el corazón vigilante,hacia donde viene la voz del Señor que nos señala el camino que ÉL traza a los suyos.

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  3. La urgencia que nos apremia en esta Solemnidad es que unidos a Jesús y a su Madre, en una actitud de ofrecimiento agradecido, oremos al Padre como el Salmo responsorial y la segunda Lectura nos enseñan: "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad", La Anunciación es el momento culminante de la fe de María y es el punto de partida, en el cual se inicia todo su "camino hacia Dios, todo su caminpo de fe.

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