sábado, 8 de febrero de 2014

8 feb.: Los dilemas del sentimiento

Sentimientos de Jesús
             El evangelio de hoy reúne y expresa varios sentimientos de Jesús, y nos deja así esa seguridad de que nuestra personal relación con Él no puede ser nunca la relación hacia una “figura” estática, como quien se detiene ante un monumento en el parque. Jesús es todo vida, todo expresividad (y expresividad del Corazón).
             Dejé indicado algo que no se dice pero que en la “historia” evangélica nos deja claro San Marcos: Jesús y sus Doce elegidos forman ya una unidad tal [símbolo de la Iglesia] que Jesús no actúa ni hay nada que decir sobre lo que hace en ese intervalo desde que se van los Doce a misionar y su regreso. Eso ya es un libro completo que debemos saber leer. Ni nosotros somos nada sin Jesús, ni Jesús hace ya nada sin nosotros. Jesús se ha metido de tal manera en nuestra realidad humana, que ya no puede concebirse una madurez de vida, y menos una plenitud sino en esa unión vital con Jesucristo.
             El mundo desorientado, traumatizado, vagando sin norte, perdida su misma identidad, desesperado y desesperanzado, sin sentido en la vida y sin sentido de la vida…, despersonalizado y constituido “manada” que conducen los sin-alma…, es la imagen viva de ese “evangelio” vacío (o trágico) en el que no hay referencia a Jesús, y sí a Herodes, criminal, cobarde, pelele…, porque se ha encandilado con el baile sensual de Salomé.
             Regresan los Doce de su labor apostólica… Vienen pletóricos de alegría, de emociones vividas, de demonios a quienes pudieron ellos dominar, de enfermos que curaron… Traen una necesidad imperiosa de contarle al Maestro…, de expresarles la admiración vivida… Y se topan que las gentes han descubierto que Jesús está allí y que se le echan encima de tal manera que ni los apóstoles pueden contar sus cosas, y ni siquiera les dejan tiempo para comer.
             Jesús está ante un primer dilema…: ¿atender a tantos hambrientos de escuchar la Palabra que Jesús les trasmite, y que ellos experimentan como liberadora?  ¿Dar a sus apóstoles un descanso y una oportunidad de que cuenten y se explayen (con tantas experiencias que han vivido?
             Y Jesús opta por esa necesidad de los “más próximos”…, los discípulos, que tienen verdadera necesidad de desahogo. Y con ternura de madre les ofrece “un lugar solitario para descansar”: embarcarse, y pasar a la orilla opuesta, a un lugar desértico…: “un día de campo” para que ellos descansen y sosieguen.
             Y se suben a la barca. Ni que decir tiene que no era una travesía con prisas. Y muchas veces levantan los remos porque allí ha surgido ya la primera historia de dos que misionaron juntos… Y Jesús escucha y goza. Los otros van asintiendo (ellos vivieron casi igual experiencia) o completando… No hay prisa. Esta vez el tiempo es suyo, y pueden sentirse acogidos por Jesús sin que nada de fuera interrumpa.
             Y lo que ellos no advirtieron fue que habían dado tiempo a aquellas gentes que habían dejado en su partida, para que rodearan la playa y se plantaran allí donde intuyeron que se dirigía la barca de Jesús. Y al desembarcar se encuentran con aquel panorama… Para los apóstoles era una contrariedad máxima: no podían tener su día de descanso, que el Maestro les había ofrecido. Para Jesús era el sentimiento profundo de una imagen muy dolorosa en Israel…: un rebaño sin pastor, unas ovejas dispersas. Y vuelve a presentarse el dilema ante el Corazón de Cristo. ¿Mantiene su propuesta de descanso y relax de sus amigos? ¿Se vuelca hacia esa muchedumbre que se ha dejado todo atrás por volverse a encontrar con Él?
             No tuvo mucho que pensar. Dejó a un lado el día de descanso porque en su Corazón se había levantado un hondo sentimiento de lástima hacia aquella multitud que viene ansiosa de escucharlo… Y sin más, se puso a enseñarles. Era para aquellas gentes un alimento tan necesario como el del cuerpo. Del alimento del cuerpo se han olvidado. Pero no se han podido ni se han querido desprender de esta escucha de la Palabra, de ese ponerse ante Jesús y tener la riqueza de su enseñanza…, y el inmenso cariño que había en los sentimientos hondos de su Corazón. Porque el modo de proceder de Jesús, sin necesidad de sermones, ya era totalmente expresivo de lo que albergaba en su interior.
AYER, PRIMER VIERNES de mes,
se desarrolló el Acto del Apostolado con el habitual paso de rendir cuentas sobre la economía; una interesante información/invitación del Presidente (José Andrés), y un tema tomado de la “Exhortación apostólica” del Papa, en esa proyección de una Iglesia de puertas abiertas, que es llamada y es –a su vez- orientación esencial del Apostolado de la Oración en su proceso actual de actualización a un mundo y culturas cambiantes… O sea: al par que la Iglesia…, al par del Papa.
             Oración dirigida, ante el Santísimo, en esa misma línea, con el breve retrato que el Papa hace a la sociedad actual, tan necesitada.

             En la EUCARISTIA, insistencia sobre el valor del compromiso, a propósito del evangelio que presenta a Herodes y su banquete. Dentro de la tragedia que provocó, queda un elemento que imitar: comprometerse es sentirse exigido por el compromiso adquirido.  Y eso debe servirnos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡GRACIAS POR COMENTAR!