viernes, 24 de enero de 2020

24 enero: Los hizo compañeros


ESCUELA DE ORACIÓN, Málaga.- Viernes 24
LITURGIA       
                      .La 1ª es una lectura larga con una historia muy peculiar: 1Sam.24,3-21 narra dos actitudes claramente diferenciadas: Saúl que ha salido con un conjunto de hombres en persecución de David, porque quiere acabar con él.
          Saúl ha de entrar en una cueva por necesidad. Al fondo de la cueva estaba David. Sus seguidores le incitan a matar a Saúl, su perseguidor, pero David se niega rotundamente en poner las manos sobre el ungido del Señor
          Eso sí: para tener en su mano la prueba de su respeto por la vida de Saúl, le corta sigilosamente una esquina del manto y se vuelve a esconder en el fondo de la cueva.
          Cuando Saúl sale y ha tomado distancia, David se le hace presente con el trozo de manto en sus manos, demostrando a Saúl que podía haberlo matado y no lo ha hecho.
          David se humilla ante Saúl declarándose “un perro muerto” contra el que no merece la pena la persecución del rey, y Saúl se conmueve ante el testimonio: podía haberlo matado David y no lo ha hecho. Y acaba Saúl declarando que David será finalmente rey.

          En el evangelio (Mc.3,13-19) tenemos ese momento solemne en el que Jesús ora para elegir a doce de entre sus muchos discípulos y seguidores, y se sube a la montaña con el grupo amplio de discípulos.
          Y a doce hizo sus compañeros para enviarlos a predicar, con poder de expulsar demonios. Lo primero que llama la atención es que a doce discípulos los hace “compañeros”. Van a acompañarlo ya siempre y con cercanía muy fuerte, porque ellos van a predicar el Reino  y ellos van a expulsar demonios (una realidad que sólo puede hacerla Dios, o por encargo de Dios, que en este caso es el encargo de Jesús).
          Aquellos doce van a ir con él, van a ser testigos de las obras y palabras de él; lo van a seguir en los momentos buenos y malos, y estarán un día gozando plenamente del triunfo de Jesús.
          Son Simón, que recibe definitivamente el sobrenombre de Pedro (piedra, roca firme, “cefas” –que indica la piedra rocosa, en contraposición con “lithos” que son los guijarros del camino-. Junto a Pedro, nombra Marcos a Santiago, el hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, agrupando así este evangelista a los tres discípulos que serán testigos de los momentos más álgidos de la vida de Jesús: la transfiguración, la resurrección de la hija de Jairo, la oracion del Huerto… (A Santiago y a Juan les pone el sobrenombre de “los Truenos” por su carácter fogoso. Que es curioso cómo ha pasado la tradición popular a un Juan modoso y casi infantil en su simplicidad, pero que aparece en los evangelios más de una vez pretendiendo soluciones extremas)
          Sigue en la lista Andrés, el hermano de Pedro. Y Felipe y Bartolomé y Mateo. De todos ellos constan los relatos evangélicos de sus respectivas llamadas iniciales directas por parte de Jesús.
          Y luego Tomás. Otro que podría ser llamado “Trueno” por sus intervenciones extremas, llenas de buena fe pero salidas de prudencia, como el caso llamativo de su negativa inicial a creer en la resurrección de Jesús, para lo que pone una serie de condiciones muy fuera de lugar.
          Y luego varios apóstoles que apenas tienen protagonismo, aunque fueron tan iguales a los demás en la elección y en su labor: Santiago Alfeo, Judas Tadeo (a quien la piedad popular ha exaltado por encima de los demás, atribuyéndole la característica de patrón de las causas imposibles, y creando una parafernalia externa de culto, tan poco adaptado a la realidad de un culto de veneración). Simón el Cananeo.
          Para acabar con Judas Iscariote, un hombre con una elección tan igual que los demás y con una misión tan igual que los demás, y que llegó a echar demonios en nombre de Jesús, y predicar el evangelio…, y que después –sólo Dios sabe por qué- se volvió enemigo de Jesús hasta el punto de entregarlo a los enemigos –los sacerdotes- para quitarlo de en medio. Muy posiblemente ni sospechó hasta dónde iba a llegar su entrega. Pero se ha ganado a propio pulso el título de “el traidor”, “el que lo entregó”, con que aparece en todos las listas de la elección de los apóstoles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡GRACIAS POR COMENTAR!