domingo, 22 de diciembre de 2019

22 diciembre: Le pondrás el nombre


LITURGIA                 4º domingo-A, Adviento
                      Son lecturas que han salido en días recientes y que por tanto, para los lectores del blog, ya están más que conocidas y explicadas. Pero el domingo trae estas lecturas y hay que volver sobre ellas.
          El Señor le ofrece a Acaz la oportunidad de pedir una señal. (Is.7,10-14). Y no cualquier señal sino una tan especial que se dé en lo alto del cielo o en lo hondo del abismo; es decir: allí donde lo humano no puede intervenir, y por tanto sea una señal divina.
          Acaz no quiere pedirla y Dios le ofrece la señal: una virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrá por nombre Enmanuel (que significa “Dios-con-nosotros”). Y el nombre es identificativo de la persona cuando es un nombre puesto por Dios. Por tanto, el anuncio es nada menos que Dios va a hacerse hombre en el seno de una muchacha.

          El evangelio, de Mateo (1,18-24) es la descripción de aquel suceso singular y de corte divino: José estaba prometido formalmente en matrimonio con una muchacha de Nazaret. Pero sucede que antes que convivan, la muchacha –María- está embarazada, sin que José haya intervenido.
          José, varón y judío, no pude soportar aquella situación y tiene un camino muy definido por la ley, que era denunciar y difamar a su esposa. Pero por otra parte José es muy noble –varón justo- y no quiere usar de ese derecho. Más bien opta por quitarse él de en medio: repudiarla en secreto.
          Estando en esos pensamientos, Dios aparece en la figura de un ángel que habla en sueños a José y le dice que no tema recibir a María, su esposa, porque lo que hay en ella viene del Espíritu Santo. Es más: Dios implica al propio José en aquella historia, diciéndole que él, José, será el que imponga el nombre al niño, y que el nombre será JESÚS, porque salvará al pueblo de sus pecados. Dos realidades que muestran la obra de Dios: por una parte, José es puesto al frente de aquel hogar, y por eso él será el que imponga el nombre, como labor propia del padre de familia. Por otra parte el nombre es muy expresivo: el de “Jesús”, que significa “salvador”, y que por tanto es nada menos que el Mesías prometido.
          Y José acepta todo aquel misterio y realiza la boda oficial con María y la lleva a su casa. El niño que nacerá, será a los ojos de todo el mundo un hijo de un matrimonio, siendo así José el manto que cubre el misterio. Y a su vez, el que le da la ascendencia de la estirpe de David, puesto que los hijos se atribuyen a sus padres, como quedó claro en la genealogía de Jesucristo que leímos el día 17.

          La 2ª lectura (Rom.1,1-7) hace la síntesis de todo eso: Este evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras santas, se refiere a su Hijo, nacido según lo humano, de la estirpe de David; constituido según el Espíritu Santo, Hijo de Dios.

          Cercana ya la Navidad, nuestra actitud debe ser de adoración del misterio del nacimiento, disponiéndonos a vivirlo de verdad con sentido cristiano. Participando cuanto sea posible de la MISA DE NOCHEBUENA, que es la celebración viva de ese misterio, con Jesús viniendo al altar y a nosotros todos para hacerse notar en nuestras vidas.

          Pidamos a Dios el espíritu de fe para celebrar dignamente la Navidad de Jesús.
-         Por la Iglesia universal y por el Papa, para vivir con felicidad esta fecha cordial en nuestra vida. Roguemos al Señor.
-         Por los que pasan por estas fechas sin tener un recuerdo de Jesús. Roguemos al Señor.
-         Por los cristianos que viven alejados de su condición de cristianos. Roguemos al Señor.
-         Para que la Eucaristía nos haga sentir el nacimiento de Jesús en nosotros. Roguemos al Señor.

          Concede, Señor, al mundo la paz que nos trae el nacimiento de Jesús y que nosotros seamos portadores de paz para los demás.
          Lo pedimos por medio de Jesucristo N.S.

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