domingo, 27 de mayo de 2018

27 mayo: El misterio de Dios


HIJA, MADRE Y ESPOSA
          Hija del Padre. Como toda criatura. Vuelta ella al Padre Dios, cuya voluntad y deseos quiere ella secundar y vivir…; Hágase en mí según tu Palabra. No tiene otro norte. Su vida no tiene otro sentido. Escucha la Palabra y la vive en la práctica.
          Madre del Hijo, porque el Hijo se encarnó en sus entrañas, y en en ellas se desarrolló durante los nueve meses de una gestación. Madre que da a luz, Madre que cría y educa, Madre que acompaña en los largos años de Nazaret, y finalmente al pie de la cruz.
          Esposa del Espíritu Santo, quien realiza en ella el misterio de la encarnación del Verbo, cubriéndola con su sombra y haciéndola madre con su obra en las purísimas entrañas de María. Madre de la Iglesia por la virtud del Espíritu en Pentecostés, viviendo sobre ella.

Liturgia: La SANTÍSIMA TRINIDAD
                      El final del tiempo pascual ha llegado con Pentecostés, pero queda una recopilación de todos los misterios en el misterio por excelencia, que es el de la Santísima Trinidad, el misterio de UN SOLO DIOS que se expresa EN TRES PERSONAS distintas pero que son un solo y único Dios.
          Comparaciones se han hecho muchas para intentar acercarse al misterio. En realidad es un misterio de fe y la mejor explicación que cabe es CREER sin más explicaciones ni comparaciones. Dios es Padre en cuanto que en su eternidad engendra al Verbo, el Hijo. Dios es Hijo porque ese Verbo es igual al Padre, porque ese Verbo o Palabra o Pensamiento eterno (=Logos) de Dios es una realidad viva que es Persona en el seno de Dios. Ese Verbo se encarna en el tiempo, “en la plenitud de los tiempos” y toma la realidad humana y el nombre de Jesús, Salvador. El Padre y el Hijo se aman con amor eterno y ese AMOR personificado es el Espíritu Santo, igual al Padre y al Hijo. Tres personas y un solo Dios. Una infinitud que se manifiesta de tres maneras, y ninguna es mayor ni anterior a la otra. Como he dicho: no hay razonamientos que expliquen. Sólo la fe, que asiente convencidamente de que Dios es uno y trino.

          La liturgia en el ciclo B, en el que estamos, nos trae un texto del Deuteronomio (4,12-14.39-40) en el que hay toda una admiración ante Dios…, Dios que es excelso y a la vez se ha acercado a la tierra, a los hombres. No hay otro dios que lo haya hecho así. Dios se ha acercado a los hombres y les ha hablado y se les ha revelado, y se ha hecho un pueblo en medio del cual habita, con signos y prodigios, con mano fuerte y brazo poderoso. Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón que el Señor es único Dios allá arriba en el cielo y aquí abajo en la tierra. En consecuencia, guarda sus preceptos y mandatos que te prescribe hoy para que seas feliz tú y tus hijos y tus descendientes y prolongues tus días en la tierra que el Señor tu Dios te da para siempre
          La 2ª lectura es de Rom.8,14-17 y en ella se hace una directa referencia al Espíritu Santo, quien habita en nosotros y desde dentro de nosotros nos hace clamar: ABBA (=Padre), de manera que el Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, también herederos de Dios y coherederos con Cristo. Aparece, pues la conjunción de las tres divinas Personas en una misma acción en nosotros: que podamos llamar “Padre” a Dios y seamos coherederos con Cristo por la acción del Espíritu Santo.
          El evangelio (Mt.28,16-20) es el final de ese evangelio de Mateo, con el encargo de despedida de Jesucristo, quien envía a sus discípulos a bautizar en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñando a guardar todo lo que os he enseñado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. Quiere decir que el misterio de la Trinidad de Dios no se queda solamente en la mente y el corazón que asienten con fe, sino que supone una llamada fuerte al creyente para hacer lo que Dios manda. Y que esa unión de tres Personas en un solo Dios, nos está invitando al difícil arte de sentir, pensar y querer con actitud de unidad aunque seamos muchos. Aplicable a la familia, a las relaciones humas, sociales y en lo esencial de las políticas, aunque sean diferentes concepciones de la vida y de la historia.
          COMULGAMOS el Cuerpo de Cristo, la 2ª Persona de la Trinidad, pero donde está el Hijo está el Padre y el Espíritu. Y así todos los días hasta el fin del mundo.


          Que el Espíritu Santo nos inspire nuestras peticiones al Padre.

-         Porque se dé la unidad de los creyentes en Dios, dentro de la variedad, Roguemos al Señor.

-         Para que la fe en la Trinidad nos lleve a vivir de acuerdo con los proyectos y mandatos de Dios, Roguemos al Señor.

-         Para que en el mundo haya un movimiento de reconocimiento de Dios. Roguemos al Señor

-         Para que la Eucaristía nos haga conscientes de que Jesús vive en nosotros todos nuestros días, Roguemos al Señor


Que el Espíritu Santo que nos hace sentirte “Padre”, impulse en nosotros la actitud de hijos obedientes a tu voluntad.
          A ello nos conduzca Cristo nuestro Señor, que vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

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