sábado, 12 de mayo de 2018

12 mayo: El Padre os ama


RUEGA POR NOSOTROS
          San Ignacio recurre a María, en los Ejercicios Espirituales, en los momentos más álgidos. Establece una “escalera” de peticiones en las que el primer peldaño es María, “para que nos alcance de su Hijo”. Luego recurre al Hijo para que nos alcance del Padre. Y finalmente llega al Padre y le pide que conceda aquella gracia que se está necesitando en esos momentos de los Ejercicios.
          A María, pues recurre para que RUEGUE al Hijo. Nosotros hoy, en este sábado del mes de mayo, también acudimos a María para que RUEGUE POR NOSOTROS. Cada uno tenemos nuestras necesidades. Presentémoslas a María y digámosle que nos alcance de Jesús eso que más falta nos hace. En recurrir confiadamente a ella ya estamos expresando nuestra flor de este día.

Liturgia:
                      Aparece en la historia de Pablo un tal Apolo (Hech.18,23-28), hombre de buena fama y buenas cualidades, a quien habían instruido en el camino del Señor, y él se había entusiasmado con la doctrina de Jesucristo, que trasmitía con fruto y entusiasmo. Entonces Priscila y Aquila lo tomaron por su cuenta y lo instruyeron con más detalle en el evangelio, y lo recomendaron a los discípulos de allí para que lo recibieran.
          Apolo contribuyó mucho al provecho de los creyentes, pues tenía mucha fuerza para rebatir a los judíos, demostrando con las Escrituras que Jesús es el Mesías.
          En este mes, en que la intención del Papa se centra en la importancia de los laicos para la obra de la Iglesia, Apolo puede ser un ejemplo de lo que puede hacer un laico entusiasmado con la doctrina del Señor. Pide el Papa la “creatividad” de los laicos, y Apolo nos está diciendo que eso es posible y que lo que hay es que entusiasmarse con Jesús para que el resto salga de modo espontáneo.

          El evangelio (Jn.16,23-28) está centrado en la fuerza de la petición que se hace en el nombre de Jesús: Si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará. Pedid y recibiréis para que vuestra alegría sea completa. Y les dice confidencialmente a sus apóstoles que hasta ahora les ha hablado mucho en comparaciones, pero que ya es el momento de decirles las cosas abiertamente.
          Avanza Jesús en la idea del valor de la petición, advirtiéndoles que ya pueden pedir directamente al Padre, porque el Padre los ama. Les dice que ni siquiera tiene él que rogar al Padre a favor de los suyos, pues el Padre los ama y los escucha, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí del Padre y he venido al mundo. Otra vez dejo el mundo y me voy al Padre. La despedida es clara. Si hasta ahora no lo habían captado, ahora deben comprenderlo. Su historia en el mundo ha sido transitoria, Vuelve al Padre de donde salió.

          Comprenderán los lectores que estos evangelios tienen poco que explicar. Son más afirmaciones que hay que acoger y que meditar y gozar. Lo que se me ocurre –y no es tema nuevo- es hacer hincapié en la imagen del Padre que nos presenta Jesús, y que no tiene nada que ver con la que tienen concebida muchos cristianos que no se sienten bien en su relación con Dios, y dicen ellos que prefieren quedarse con Jesús.
          Aparte de que es válido el recurso a Jesús como el Dios Hombre que ha pasado por nuestras realidades humanas, lo que es menester es revalorizar ante esos creyentes la figura del Padre, a través de estas enseñanzas que nos está dando Jesús en este largo discurso de la Cena. Y en concreto hoy es definitivo: Pedid al Padre porque él os ama. Yo, dice Jesús, no tengo que rogar a favor vuestro. De hecho si Yo he venido al mundo, ha sido porque el Padre me ha enviado: Yo salí el Padre. La ternura del Padre está evidenciada en la predicación de Jesús, que llega a poner como oración distintiva del cristiano la oración que se dirige directamente al Padre: Padre nuestro que estás en el cielo. Porque el Padre nos ama y nos escucha y acude a nuestras necesidades.

1 comentario:

  1. Los milagros de Jesús eran transformantes. La seguridad de que era escuchado por el Padre hacia posible que el milagro se verificara en seguida.Nnosotros lo sabemos; que sin el concurso del Padre. ,, no se realiza el milagro o, tenemos que insistir más. Depende de nuestra FE, y si de veras actuamos en el nmombre de Jesús. En este caso, la respuesta suele ser más rápida y mejor.

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