jueves, 15 de febrero de 2018

16 febrero: Ayuno curesmal

ESCUELA DE ORACIÓN a 5'30 pm.
Me adelanto a poner la reflexión del día
Liturgia: Verdadero ayuno
                      Hoy es muy expresivo el Señor para indicar dónde está la verdad y dónde está la falsía. En Is.58,1-9 Dios se queja de las prácticas externas que no encierran ningún valor del corazón, y quiere que el profeta lo proclame a voz en grito.
          Le están pidiendo sentencias justas y aparentan querer tener cerca a Dios, como si fuera un pueblo fiel y devoto. Pero a su vez están quejándose a Dios: ¿Para qué ayunar si no nos haces caso?; ¿para qué mortificarnos si no te fijas? Y Dios tiene que dar la respuesta para enseñanza de aquel pueblo: El día de ayuno buscáis vuestro interés, y no tenéis piedad de vuestros subordinados. O sea: hay una práctica externa de una “norma”, el ayuno, y una actitud contraria en el corazón. Y explicita: Ayunáis entre riñas y disputas, dando puñetazos sin piedad. Por eso todo el modo exterior aparente, queda anulado por lo malo que sale del corazón.
          Por eso, dice Dios: No ayunéis como ahora. El ayuno que yo quiero es éste: abrir las prisiones injustas, dejar libres a los oprimidos, partir el pan con el  hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo… Eran los temas del momento. El Papa Francisco lo traduce a realidades contemporáneas, como lo transcribí el miércoles, y que no tengo empacho de repetir:
• Ayuna de palabras hirientes • Ayuna de descontentos • Ayuna de enojos • Ayuna de pesimismo • Ayuna de preocupaciones • Ayuna de quejarte • Ayuna de presiones • Ayuna de tristezas y amargura • Ayuna de egoísmo • Ayuna de falta de perdón • Ayuna de palabras. Pero el ayuno es para algo; no es meramente la práctica de privarse. El sentido del ayuno en una visión actual es privarme de algo para obtener otro algo más importante y de repercusiones más útiles. Otra vez le doy la palabra al Papa: transmite palabras bondadosas. • llénate de gratitud. • llénate de mansedumbre y de paciencia. • llénate de esperanza y optimismo. • llénate de confianza en Dios. • llénate de las cosas sencillas de la vida. • llénate de oración. • llénate de alegría el corazón • llénate de compasión por los demás. • llénate de actitudes de reconciliación. • llénate de silencio y de escuchar a los otros.
Si todos intentamos este ayuno, lo cotidiano se llenará de: PAZ, CONFIANZA, ALEGRÍA Y VIDA...

Es, pues, fácil de comprender por qué Jesús no tiene a sus apóstoles en la línea de los ayunos rituales de los fariseos y que hable otro lenguaje diferente a la hora de tocar el tema: Mt.9,14-15. Por eso, porque hablaba otro lenguaje, no fue acogido por uno de sus mismos discípulos.

Me permito dar una síntesis del personaje, ya que ha salido el tema de Judas, tan al margen de la buena fe de los compañeros.
Como hoy día lo que se defiende más es lo que más desordenado es, y más pícaro, no deja de haber los "defensores de Judas", hasta con la afirmación gratuita de que Judas fue obligado por Jesús a hacer lo que hizo. Puestos a inventar, a defender lo que está fuera de lugar, es una manera más de degradar los datos revelados.
Lo que tenemos como datos concretos es que Jesús tuvo que buscar su estratagema para poder llegar en paz a la Cena de Pascua (puede leerse Lc 22, 7-13). Y para calibrar la calaña del personaje, encontramos al propio Judas en la hipocresía manifiesta de "seguir la rueda" de los compañeros cuando Jesús anunció que "uno de vosotros me va a entregar". Aturdidos los apóstoles por tan imprevisto anuncio, preguntan uno tras otro: ¿Acaso soy yo?  Y Judas se atreve a preguntarlo también... Ya es tener sangre fría, por decirlo suavemente.
Luego salió -dice San Juan- "con el diablo dentro" y la noche cerrada en su alma, y se fue a buscar gentes de aquí y de allí para la hora de prenderlo.
El rasgo que lo identifica mejor es aquel "beso de amigo" como señal para que supieran a quién tenían que prender, que levantó en Jesús una auténtica herida en el alma: "Así, AMIGO, ¿con un beso me entregas?”
Y como no daba para más aquel espíritu, ni siquiera fue capaz de arrepentirse de su acción (aunque ya no tuvieran remedio los hechos), y venirse a buscar al Maestro.  Se fue, desesperado...;  se ahorcó. Y hasta en otro de los textos dice que "reventó por medio y se esparcieron sus entrañas".

Ahí está el retrato.

1 comentario:

  1. La condición humana es débil; siempre amenazada y tentada Interesante Catequesis sobre el ayuno. Los hombres primitivos no eran perfectos, no habían tenido tiempo para conocer a Dios y lo único que les preocupaba era ser como Dios. Y Adán cayó, no digamos Eva, y Caín cayó y Lamech, todavía era más malo que Caín...Hoy la corrupción y la pérdida de sentido y de valores está en la boca de todos. Pero hay que hablar de exitos, de canonizaciones, de valores en general y del mucho bien que hay en el mundo, en todo el mundo, no sólo en el mundo cristiano.Jesús conoce la grandeza del hombre y reconocia y aceptaba su debilidad."Velad y orad que el espíritu está pronto; pero la carne es flaca". En la oración que nos enseñó el Padrenuestro, nos incluyó una petición para no caer en la tentación. N o puedo reflexionar la escena del Beso de Judas. Creo que Jesús, cuando lo vio arrepentido y desesperado buscando la soga, le ha perdonado.

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