sábado, 24 de diciembre de 2016

24 diciembre: Liturgia de la Navidad

Liturgia
          POR LA MAÑANA se centra la liturgia en el cántico de alabanza y acción de gracias de Zacarías por el nacimiento de Juan. Es un himno solemne que tiene un verso referido expresamente al Bautista: Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.

          La liturgia de la Navidad es muy rica: Tiene 4 formularios: uno para la TARDE: Misa de la víspera, y tres Misas más: una a la media noche, otra para la aurora y otra para el día. Todo así para abarcar los diversos sentidos de la fiesta.
          La Misa de la víspera se centra nuevamente en el tema de José, para afirmar que María había concebido sin que él hubiera tenido relación con ella. El hijo que ella lleva viene del Espíritu Santo.
          La Misa de Medianoche (o “Misa del gallo”) se centra en el nacimiento de Jesús en Belén, y el anuncio a los pastores por los ángeles de Dios.
          La Misa de la Aurora es la adoración de los pastores.
          Y la Misa “del día” da un salto vertiginoso y nos presenta la eternidad del Verbo o Hijo de Dios, el que se ha hecho hombre y ha nacido en Belén.
          La inseguridad de los tiempos actuales y el envejecimiento de la población han dado lugar a que la Misa de medianoche se adelante a la tarde-noche, y con eso “se ha comido” la Misa de la víspera en muchos lugares.

[Síntesis del libro: “Quién es éste”]                                    BELÉN
Final de trayecto y necesidad de descanso. María va en la borriquilla con semblante cansado. José se dirige al grupo de hombres de la plaza y les recita de corrida su ascendencia betlemita y davídica, identificándose así entre las familias de aquella ciudad. Lo escuchan con esa proverbial paciencia tranquila, sin reloj, sin límite de tiempo. Para José había algo más urgente: saber dónde vivían sus ascendientes más cercanos. Hasta donde son las palabras, no hay problema. El final, es que no hay sitio.
Y con la belleza de sus ojos limpios, (como quien vuelve a leer renglones de misterio). María le dice a José. “– José: ¿no sospechas ya que aquí hay algo distinto? ¿No estará Dios hablando otra vez por boca de tus parientes?”
José se quedó parado. No era fácil entender, pero bien sabía Él que a Dios “no se le entiende”…; a Dios se le acepta… Por intentarlo que no quede. “Vamos a la posada…” Que no tenían dinero para pagar las habitaciones, pero se encaminaron hacia allá. Sitio había. Las habitaciones de pago estaban disponibles… Y el patio, con su fuente para atar a las bestias, y sus soportales para acoger a los que iban a pasar una noche arrebujados en una manta, también. ¡Sitio había naturalmente! El problema es que María no iba en situación de quedarse en el patio común, cuando se acercaba el momento de parir.
María miró a José. “José -le dijo- sólo Dios sabe, y Dios lleva todo en su mano”. “¡Hay cosas, José, que no se piensan, ni se razonan, ni se discuten, cuando es Dios quien entra por medio!”.
Cuando José y María hubieron de volver a la mula para seguir camino sin dirección concreta, a mí se me partía el alma. Cojo las bridas –las cuerdas- de la caballería y con los ojos bajos y la tristeza en el alma, tiré hacia adelante en la dirección que indicó José. Ellos iban muy juntos, pegado José a la borriquilla, y María cada vez más cansada.
Cuando José se adelantó para vislumbrar lo que podía hacerse, lo que vio fue un recinto lleno de estiércol, más o menos habitable, con rincones o todo corrido… Y partiéndosele el alma, mira a María y pregunta con los ojos… María asintió. ¡Ya no podía más!
“Esclavito indigno”, ato la borriquilla donde mejor puedo, y salgo raudo a buscar unas ramas con las que hacer una escoba y tratar de limpiar –cuanto es posible- aquel suelo sucio. José por su parte busca heno con que medio formar un jergón para que pueda recostarse María. Mejor si hubiera un rincón en aquel lugar, un lugar más resguardado… Tendió una manta, ayudó amorosamente a su esposa y la cubrió. Luego salió de nuevo, buscó leña con la que hacer un fuego a la entrada, cuyo calor pudiera conseguir –en algún grado- secar aquel ambiente húmedo e inhóspito. Yo, desde mi amorosa esclavitud de amor, estoy a lo que pueda contribuir. ¿Quizás buscar un poco de agua, aunque ya se está echando la tarde y no se camina muy cómodamente?
Finalmente todo aquello quedó “adecentado” (si es que esa palabra pudiera emplearse en estas circunstancias). ¿Tenía que ser así? Y parece que oían la respuesta de Dios, esa que no se da ni en sueños, ni por ángeles. Dios lleva las situaciones hasta el precipicio, hasta el límite. Deja actuar a la persona como si todo lo tuviera que resolver ella. Luego interviene Él. Pero Él tiene “su manera”. Y lo entendamos o no lo entendamos, los modos de Dios son los de Dios y no los de los hombres.

María se quedó dormida. Por supuesto que yo me salí de puntillas. Miré a José, metido de lleno en sus pensamientos, y tampoco dije nada. Empecé a darme cuenta de mil cosas, que yo nunca había pensado… Sólo me quedaba suspirar. José mantenía su mirada en las estrellas, aunque traspasándolas… “¡En la que me has metido, Dios! Y te adoro. Pero no me niegues que me tenga que sentir perplejo, extrañado, boquiabierto, y -casi te diría- “aterrado”, porque ¿hasta dónde piensas llegar? Si no fuera porque Tú eres Dios, yo te diría que casi me faltan las fuerzas… Pero sé que me basta tu Gracia”. Y José siguió allí silencioso. Vigilaba también, y no sin cierto recelo a peligro de bandoleros o de gente sin sentido… La noche se iba cerrando. Yo me situé junto a José. Apenas cruzamos palabras. Unas veces entraba él para ver si María necesitaba algo; otras yo. Y me admiraba la placidez del sueño de María, que bien podía decirse que estaba durmiendo en la más profunda paz de quienes dejaron a Dios ser dueño de su vida.

2 comentarios:

  1. Mi primer programa dedicado a la Navidad realizado para Radio María en 2010.
    "White Christmas", un clásico cantado por Bing Crosby, abre este programa emitido en Diciembre de 2010. Bueno, esto es lo que tiene la magia de internet. Aquí no hay tiempo. Vivimos en un eterno presente, como anticipo de lo que un día será una realidad junto a Dios, para todos los que le aman. A lo mejor no te apetece escuchar este programa ahora. No pasa nada, era el que tocaba colgar siguiendo el orden de los emitidos. Junto a músicas tradicionales, este especial de "Clásica en Radio María" se acompaña de "Ha aparecido la Gracia de Dios", texto del P. Manuel Cantero, S.I.

    http://www.ivoox.com/clasica-radio-maria-n-11-audios-mp3_rf_473910_1.html

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  2. Yo me ofrezco como "esclavita indigna" para lo que haga falta.Acurrucada en el último rincón de la cuadra,observo a María y observo a José, eL Espíritu Santo no se ve pero Zacarías ya dijo que la redención y la visita de Dios estaban presentes, que Aquél que nos visita como Luz del sol, está en el seno de María...Ya, ya se siente la Paz, el Gozo y el Perdón. Todo fruto de su misericordia divina. Te bendecimos y te adoramos , acurrucaditos como esclavitos inútiles que desean amarte mucho.

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