martes, 3 de mayo de 2016

3 mayo: Convertíos

Liturgia
          FIESTA DE SAN FELIPE Y SANTIAGO. Liturgia de la fiesta, con una primera lectura (1Cor 15,1-8) que hace referencia a Santiago y un Evangelio (Jn 14, 6-14) que cita a Felipe. La 1ª lectura es el dato más primitivo de la tradición cristiana, antes que los mismos evangelios. San Pablo trasmite lo que a él le han trasmitido, y que encierra el núcleo de la fe cristiana. Y en esa enumeración de apariciones/presencias de Jesús, se cita la que Jesús hizo a Santiago. Una aparición que no nos consta por ningún otro sitio, ni tenemos más detalles de la misma, pero que queda ahí en el acervo de la fe primitiva de la Iglesia.
          En el evangelio Felipe pide a Jesús que les muestre al Padre, y Jesús le responde: ¿Tanto tiempo con vosotros y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. El Padre y yo somos uno. Somos un solo Dios. Y ver a Jesús es estar viendo la realidad misma del Dios del Cielo. Por eso la teología nos presenta a Jesús como sacramento del Padre. Un sacramento es una realidad visible que nos lleva a conocer lo invisible. Quien ve a Jesús, su vida, su obra, sus sentimientos, sus preferencias o sus rechazos, está viendo lo que Dios quiere y desea. Lo que Jesús es, muestra cómo es la misericordia y el amor de Dios.

          En la lectura continua, que hoy queda interrumpida, hay también lecciones muy interesantes. Apaleados y apresados Pablo y Silas, están en la cárcel junto a otros presos con los grilletes que les inmovilizan. De pronto hay un temblor de tierra tan fuerte que hasta los cepos de los pies se abren. Podrían huir tranquilamente porque la cárcel ha quedado abierta. El carcelero se asusta y desespera y está a punto de suicidarse cuando Pablo le grita: No te hagas daño; estamos todos aquí. Y ese testimonio convierte al hombre que pregunta: Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme? Le contestaron: Cree en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu familia. Y el hombre, convertido se los lleva a su casa, les lava las heridas y se hace bautizar con toda su familia.
          El evangelio (Jn 16, 5-11) es la nueva promesa del Espíritu Santo, quien –al venir- va a dejar al mundo convicto de un pecado (no creen en Cristo), de una justicia (Cristo triunfa y va al Padre) y de un juicio (el mundo es juzgado culpable porque está en manos del demonio).

MAYO
          Día 3.- Nueva oportunidad para mostrar a María el cariño de hijos. El obsequio de una flor es poca cosa en sí mismo y sin embargo representa mucho. El amor humano se manifiesta con flores entre los que se quieren. Una “flor” de algo real, personal, será obsequio a la Madre. Que el corazón filial sepa inventar el pequeño detalle que supone mucho amor y delicadeza hacia María.

EVANGELIO
          Ayer quedó el tema en la llamada de Jesús al arrepentimiento (Mt 4, 17) como primer paso de la predicación de Jesús. Y se tocaba el punto del aborrecimiento como parte del arrepentimiento que garantiza un cambio en la persona. Porque el problema de muchas confesiones y arrepentimientos es que sólo miran al pasado y al deseo (a veces voluble) de querer salir del pecado. Pero no se aborrece la situación que condujo a ese pecado. En el fondo se alimenta un cierto gusto de aquello vivido pecaminosamente. Se sabe que estuvo mal, que apartó de Dios…, y se quiere arreglar. Pero no tanto que se aborrezcan las ocasiones que condujeron al pecado.

          Pues bien: mientras no se produce ese aborrecimiento no hay verdadero rechazo de tal pecado. Y si no hay rechazo, no se mira hacia el futuro con ánimo de novedad cierta en la vida de la persona. Y entonces es muy difícil que se dé una verdadera conversión. Por eso Jesús pone los dos pasos consecutivos: arrepentíos y convertíos. Está cerca el Reino de dios. Pero no está en plena acción porque no está comprobado aún ese arrepentimiento/aborrecimiento que es indispensable para que anide de verdad el nuevo planteamiento del reino de Dios. A esto llama Jesús y ahí empieza su predicación. Y así es como empieza el Reino. Es evidente que nos queda mucho por hacer cuando nos tomemos en serio esa entrada en el reino.

2 comentarios:

  1. Ana Ciudad9:27 a. m.

    CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Continuación)

    SEXTO MANDAMIENTO:"NO COMETERÁS ACTOS IMPUROS"

    "Ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios".

    ¡QUÉ ES EL AMOR?:-El amor es la entrega libre del corazón.
    Estar lleno de amor quiere decir que algo gusta tanto que uno se sale de sí mismo y se entrega a ello. Un músico puede entregarse a una obra maestra. Una educadora puede estar con todo su corazón a disposición de sus alumnos. En toda amistad hay amor.Una forma de amor particularmente hermosa es, sin embargo, el amor entre el varón y la mujer, en el que dos personas se entregan mutuamente para siempre. Todo amor humano es una imagen del amor divino, en el que todo amor se encuentra. El amor es el interior más íntimo de Dios. Por el desbordamiento del amor divino los hombres participamos en el amor eterno de Dios.Cuanto más ama el hombre tanto más se hace semejante a Dios. El amor debe caracterizar toda la vida de la persona ,pero debe realizarse de un modo especialmente hondo y significativo allí donde el varón y la mujer se aman en el matrimonio y se hacen "una sola carne".

    Continuará

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  2. Felipe, hombre pragmático definido por San Juan en su Evangelio: "Ven y verás". Un día le pidió a Jesús que le muestre al Padre y, Jesús extrañado le contesta:"¿Tanto tiempo con vosotros y no me conoces, Felipe? El Padre y Yo somos Uno" Felipe y Santiago fueron testigos de la resurrección de Jesús, le siguieron a todas partes y le vieron hacer incontables milagros. El camino para conocer al Padre, es Jesús, verdadero Hombre sin dejar de ser Dios. Su modo de vivir debe reflejarse en cada Comunidad y en cada uno de sus seguidores. Es decir, nuestra manera de vivir, debe provocar que los que nos conocen se hagan preguntas, cómo ocurría con los que conocían a Jesús; a pesar de nuestros defectos, nuestra Vida debe ser signo de que somos seguidores de Jesús.

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