lunes, 16 de mayo de 2016

16 mayo: Vuelve el Tiempo Ordinario litúrgico

Liturgia
          Recuperamos hoy el Tiempo Ordinario (T.O.). Ha acabado el Ciclo Pascual con la fiesta de Pentecostés y reanudamos el tiempo litúrgico que no está centrado en el proceso de la vida de Jesús. Por definirlo de alguna manera podremos decir que ahora nos toca el tiempo de la Iglesia, el fruto de la vida de Jesús en la tierra.
          Lo tomamos en las lecturas correspondientes a la 7ª semana de año par. Y por tanto en Santiago 3, 13-18.Santiago es un escritor sagrado que baja a las realidades de andar por casa. No entra en principios teológicos sino que aplica a la vida. Y hoy lo vemos preguntándonos si hay entre vosotros algún sabio y entendido. Y si lo hay, que lo muestre  con su conducta y con la amabilidad que es propia de la sabiduría. Quiere decir que tiene que ser un corazón limpio (no amargado por la envidia y el egoísmo, y que no anda gloriándose en la falsedad, porque esa “sabiduría” no viene del cielo, la que se funda en envidias, peleas y desorden). Del cielo procede una sabiduría pura, amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera…, de personas que están en paz y viven sembrando la paz, y su fruto es la justicia. Todo un programa de examen de conciencia, más allá de las faltas diarias y mucho más adentrándose en los entresijos del alma. Por tanto apto para hacer ese examen toda persona que quiera vivir la verdadera sabiduría.
          El evangelio es de Marcos (9, 13-28) y es el que sigue al hecho de la transfiguración. Jesús bajaba de la montaña alta y al llegar al llano se encuentra con la gente arremolinada alrededor de un padre y un hijo y los 9 discípulos que no han estado en el Tabor. Cuando se está acercando, se separa del grupo el padre angustiado, que viene a suplicarle a Jesús que le ayude. Porque su hijo padece ataques y ha pedido a los discípulos que no curen y no han podido.
          Un gemido se escapa del pecho de Jesús (que el redactor del evangelio traduce por una queja, que naturalmente no tiene entrada en este momento, y que seguramente es una interpolación del copista). Jesús pide que le lleven al muchacho y en ese momento le da el ataque, echando espumarajos, rechinando los dientes, con el cuerpo rígido… Algo identificable perfectamente con un ataque epiléptico.
          Con el muchacho en el suelo y Jesús y el padre inclinados hacia él para evitar que se dañe con sus convulsiones, Jesús le pregunta al padre desde cuándo le ocurre eso, y el padre responde que desde niño, en que ha sufrido caídas en el fuego y en el agua…
          Y en su angustia de alma, dice el padre a Jesús: Si algo puedes, ten lástima de nosotros y ayúdanos. Jesús se hace eco de la petición pero quiere hacer caer en la cuenta que no está el secreto en si él puede sino si el padre tiene fe. Porque todo es posible al que cree. Y con toda humildad aquel padre confiesa que tiene fe, pero que las circunstancias le han puesto es duda… Yo creo, pero dudo. Ayúdame.
          Y Jesús –siguiendo la creencia de la época- “manda salir al espíritu”. Y repite el ataque con tal fuerza que la gente lo da por muerto. Pero Jesús lo tomó de la mano y lo puso en pie y lo entregó a su padre.
          Los discípulos se habían quedado molestos con no haber podido ellos hacer nada. Y cuando estuvieron en la casa, a solas, preguntaron por qué ellos no habían podido echar al espíritu. Y Jesús les respondió que ese género sólo sale con oracion (algunos códices añaden: y con ayuno). Y se e ha planteado la pregunta de si la fe en la oración en nosotros es tan verdadera que sinceramente creemos que se nos ha concedido lo que pedimos, o si no llega a tanto esa fe en la fuerza de la oración. Y creo que no es una pregunta baladí, y que merece hacerse ahí en el interior mismo del alma.

MARÍA

          Venid y vamos todos con flores a María. ¡Cuántas veces hemos cantado ese canto! ¡Cuántas veces lo hicimos en grupo que se acercó al altar de la Virgen para “rezar las flores”! ¡Cómo se va quedando en recuerdos para muchos! Pero “todos” puede ser la suma de uno más uno más uno…, y por tanto que yo por mi parte, tú por la tuya y el otro por la suya, lo verdaderamente importante es que nos vayamos acercando a ese altar privado que hemos erigido a María en este mes de mayo y ahí nos unamos todos en la ofrenda de nuestra particular flor. Que una junto a las otras constituya el ramillete que en este día nos haga vivir ese venid y vamos todos con flores a María.

2 comentarios:

  1. Ana Ciudad9:10 a. m.

    CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Continuación)

    SEXTO MANDAMIENTO: "NO COMETERÁS ADULTERIO"

    "La raíz de la crisis del matrimonio y de la familia está en un falso concepto de la libertad"(San Juan Pablo II).

    "La fidelidad o es de algún modo absoluta o no es nada".

    ¿QUÉ ES EL ADULTERIO? ¿ES LÏCITO EL DIVORCIO?.-El adulterio consiste en que una pareje tenga relaciones sexuales cuando al menos uno de ellos está casado con otra persona. El adulterio es la traición fundamental del amor, la ruptura de una alianza sellada por Dios y una injusticia frente al prójimo. El mismo Jasús estableció expresamente la indisolubilidad del matrimonio:2Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre" (Mc10,9). Remitiéndose al deseo original del Creador, Jesús suprimió la tolerancia del divorcio en la Antigua Alianza.
    La promesa, que infunde valor, de este mensaje de Jesús es:"Como hijos de vuestro Padre Celestial tenéis la capacidad de amar para toda la vida". No obstante, no resulta fácil ser fiel al cónyuge durante toda la vida. Pero el cristiano que provoca frívolamente un divorcio es objetivamente culpable. Peca contra el amor de Dios, que se hace visible en el matrimonio.Peca contra el cónyuge abandonado y contra los hijos abandonados. Ciertamente, el cónyuge fiel de un matrimonio que ha llegado a ser insoportable, puede abandonar el domicilio común. Para evitar la escasez de medios, puede ser necesario incluso un divorcio civil
    En casos justificados, la Iglesia puede investigar la validez del matrimonio en un proceso de nulidad matrimonial.

    Continuará

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  2. Volvemos a la lectura contínua de Marcos. Jesús no se ha quedado en el Tabor; ha bajado para encontrarse con la gente que lo necesita: cansancio, enfermedades, sufrimientos de todo tipo ,y, sobretodo una fe que hay que ayudar a crecer. Nosotros tenemos que imitar al padre del enfermito aquel que sufre tanto; pero él no se preocupa tanto de la enfermedad de su hijo cuanto de que Jesús lo ayude a crecer en la Fe. Y Jesús lo "levantó" a él y después levantó al niño que, probablemente, sufría una crisis de epilepsia. Así es lo que debemos hacer ante el sufrimiento de los demás:darles la mano siempre.

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