jueves, 19 de mayo de 2016

19 mayo: Sumo y Eterno Sacerdote

Liturgia
          Hoy es la fiesta litúrgica de JESUCRISTO SUMO Y ETERNO SACERDOTE. La 1ª lectura está tomada o de Isaías (52, 13-15 y 53, 1-12, o de la carta a los Hebreos 10, 12-23. La primera enumera el sacerdocio doloroso del hombre triturado por el sufrimiento, que soportó el castigo que debían llevar nuestros pecados. Y así se hizo intercesor ante Dios a favor de los hombres. Por eso le daré un lugar entre los grandes y con los poderosos repartirá sus despojos. Habrá pagado por los pecados de todos.
          Si tomamos la carta a los Hebreos (10, 12-23) el sacerdote Jesús, habiendo ofrecido su vida por los pecados de todos, se sentó  la derecha de Dios y quedaron sus enemigos como escabel de sus pies. Tenemos, pues, plena seguridad para entrar en el santuario en virtud de la sangre de Cristo, gran Sacerdote al frente de la casa de Dios, al que podemos acercarnos con un corazón sincero, liberada nuestra conciencia de lo malo y lavados en su sangre.
          Desemboca en el evangelio de Lc (22, 14-20) con la institución de la Eucaristía, el acto supremo del Sacerdote Jesús, que deseó con ansias aquel momento antes de padecer. Y tomando el pan pronunció sobre él las palabras misteriosas que lo transforman en su Cuero, y tomando al cáliz transforma el vino en su Sangre. Y constituye así en ese momento una Alianza Nueva, que ya no está sellada con sangre de animales sino con la propia sangre del sacerdote Jesús.
          Y lo grande, además, es que no se queda en su sacerdocio sino que establece el sacerdocio eterno que se prolonga a través de los sacerdotes, que repetirán el gesto de Jesús para perpetuar ese sacerdocio liberador del pecado, el mismo que Jesús realizó en la Cena y en el Calvario.

          En la lectura continua Santiago entra hoy en el tema de las riquezas mal adquiridas o mal administradas (5, 1-6), que claman contra el rico injusto. Y baja al concreto del jornal no pagado a los obreros que trabajan los campos del rico. Sus gritos llegan hasta el trono de Dios.
          En el evangelio (Mc. 9, 40-49) hay varias máximas que expresan actitudes ante la vida: el dar el vaso de agua al sediento, hecho que no quedará sin recompensa. El tema del escándalo: que más le valdría al escandaloso que le ataran al cuello una rueda de molino y lo arrojasen al mar… ¡Así de malo es el escándalo que hace caer a otros!.
          Para concluir en unas pautas de conducta de enorme importancia, y que tendrán hoy día mucho que aplicarse: si tu pie te es ocasión de pecar, córtatelo; si tu mano te es ocasión de pecar, córtatela; si tu ojo te es ocasión de pecar, arráncatelo y tíralo lejos de ti, porque más te vale entrar en el cielo cojo o manco o tuerto que con los dos ojos, las dos manos o los dos pies ser arrojado al infierno. Y me apresuro siempre a decir que Jesús no nos quiere cojos, mancos o tuertos, sino que nos da la pauta de acción: más valdría que dejarse perder la salud del alma por no tomar soluciones drásticas en la vida diaria.
          Y he dicho que hoy día es de directa aplicación cuando se tiene tan a la mano un teclado para poder ir a el y mirar lo que no se debe mirar porque induce a pecado. Ya hay de por sí peligros suficientes en la vida diaria sin ir a buscarlos. ¡Mucho delito tiene buscarlos adrede! Y ahí, en ese hecho en sí está ya la responsabilidad de conciencia y la necesidad de poner remedios tajantes.
          Lo que es válido en cualquier caso, en toda situación… Ahí donde hay un peligro de fallar, hay que aplicar un remedio cueste lo que cueste. O de lo contrario estaríamos jugando con la sinceridad de nuestra conciencia y de nuestra misma personalidad.

MARÍA

          María constituye el caso más patente de fidelidad a la voluntad de Dios. Es el alma limpia que ni tiene la ocurrencia de jugar con esa limpieza inmaculada de su alma. Ella se dio a Dios en la plenitud de su ser, lo que corroboró en la anunciación con su FIAT absoluto, por el que entregaba a Dios la libre disposición de su propia voluntad. Inmaculada en su concepción por privilegio especial de Dios, mantuvo su alma inmaculada durante toda su vida, echada en manos de esa divina voluntad: la que escuchó la palabra de Dios y la practicó.

2 comentarios:

  1. Ana Ciudad10:38 a. m.

    CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Cotinuación)

    SÉPTIMO MANDAMIENTO:"NO ROBARÁS"

    "La propiedad privada no es un derecho necesario e ilimitado para nadie" (Pablo VI)

    "Tener y no dar nada, es en algunos ocasiones peor que robar".

    ¿QUÉ ES EL ROBO Y QUÉ INCLUYE EL SÉPTIMO MANDAMIENTO?.-El robo es la apropiación indebida de un bien ajeno.
    Apropiarse injustamente del bien ajeno es una falta contra el séptimo mandamiento, aún cuando el hecho no pueda ser denunciado según la ley civil. Lo que es una in justicia ante Dios, es una injusticia. Pero el séptimo mandamiento no es válido únicamente para el robo, sino también para la retención injusta del salario justo, quedarse con objetos encontrados que se pueden devolver, y los engaños en general.El séptimo mandamiento denuncia denunci también las siguientes prácticas: dar trabajo a empleados en condiciones contrarias a la dignidad humana; no mantener los contratos suscritos; despilferrar las ganancias sin tomar en consideración la obigación social; elevar o bajar artificialmente los precios; poner en peligro el puesto de trabajo de compañeros que están bajo la tutela de uno; el soborno y la corrupción; inducir a los subordinados a cometer actos ilegales, hacer mal el trabajo o exigir honorarios despròporcionados; derrochar o admininistrar con descuido las propiedades sociales comunes; falsificar dinero, contabilidades o balances; el fraude fiscal.

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  2. JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE, QUE HA PAGADO POR TODOS NUESTROS PECADOS, ¡ BIEN SE MERECE TODA NUESTRA TERNURA FILIAL!

    Cuando participamos en la Eucaristía, creemos firmemente que el Reino de Dios es este en el que ya vivimos y que pronto llegará a su plenitud. Es en este momento de unión con Jesús cuando nos sentimos empujados para ponernos a trabaajar al servicio de este Reino con todas nuestras capacidades, como hizo Jesús; y, todos los días nos ponemos a su disposición recitando el Salmo "Aquí estoy, Dios mío, para hacer tu voluntad". Convencidos de colaborar con Jesús en la construcción de un mundo mejor, mucho más fraterno.

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