19 abril_Aguardad en Jerusalén

Liturgia

          Nos retrotraemos a la persecución de Esteban. Los creyentes se dispersan por diversas ciudades y lugares (Hech. 11, 19-26). En principio los prófugos sólo comparten su experiencia con judíos, pero luego se relacionan con paganos y a ellos también les trasmiten los valores de su fe. Bernabé es enviado a Antioquía y allí hay una gran cantidad de personas que abrazan la nueva fe. Y allí es donde –por primera vez- se dio el nombre de “cristianos” a los seguidores de Jesús, el Cristo.

          En el evangelio de San Juan (10, 22-30) nos cuanta el evangelista que estaban en la fiesta de la Dedicación. Es invierno y hace frio. Jesús combate el frío moviéndose por el pórtico de Salomón. Allí le vienen a pedir: Si tú eres el Mesías, dínoslo abiertamente y no tengas nuestras almas en vilo. Y Jesús les responde con su misión de Pastor fiel que defiende a sus ovejas y las conduce, y nadie puede arrebatárselas de sus manos. Más aún: nadie podrá arrebatarlas de las manos del Padre.

VIDA GLORIOSA

          San Lucas contó la aparición de Jesús a los discípulos en el Cenáculo. Y aprovechó el momento para dejar ya condensado todo un mensaje de Jesús Resucitado. Hay un fondo de coincidencia con el relato de Juan, dentro de ser tan diferente.

          Algún autor desdobla aquella aparición de Jesús en el Cenáculo en dos momentos separados y distintos. Y sitúa ya cerca de la ascensión el nuevo momento de encuentro de los apóstoles con el resucitado. En ese encuentro Jesús les hace caer en la cuenta de que sus palabras de siempre anunciaron lo sucedido y apuntaron a estos momentos; estaba escrito desde Moisés, los Profetas y los salmos, y tenía que cumplirse: que el Cristo tenía que padecer y resucitar de entre los muertos al tercer día, y predicarse en su nombre la penitencia y el perdón de los pecados a todas las naciones.

          Vemos aquí una coincidencia con San Juan, que nos dice que les dio poder para perdonar los pecados. La historia que ha vivido Jesús desemboca en un alto poder por el que los mismos apóstoles necesitan vivir la conversión, pero al mismo tiempo ellos han de levar a otros el perdón de los pecados: A quienes vosotros perdonéis, les queda perdonado. A quienes vosotros no perdonéis, no se les perdona.

          Y Jesús les abre a los apóstoles el sentido para comprender las Escrituras, y aun así, no los lanza todavía al mundo. Les dice: Ahora sabed que voy a cumplir la promesa de mi Padre a favor vuestro. Y les recomienda la humildad de la espera en Jerusalén, hasta que recibáis la fuerza de lo alto. Dado que Lucas establece ese período intermedio entre Resurrección y ascensión (y Pentecostés), hay que aguardar esa venida del Espíritu, que es quien va a poner en órbita todo este nuevo mundo de la fe que se fundamenta en el resucitado. [San Juan no deja ese período intermedio. Para San Juan es esa misma tarde-noche del día de resurrección cuando sopla sobre los apóstoles y les da el Espíritu Santo, para trasmitirle los mismos poderes que Él ha recibido de su Padre, y para que perdonen los pecados].

          En los Hechos de los Apóstoles San Lucas comienza recogiendo una síntesis de las apariciones durante cuarenta días, lo que sirve de enlace con el evangelio, de forma que hay quienes consideran que el libro de los Hechos no es sino la segunda parte de un único evangelio de Lucas, en el que la narración de la vida de Jesus se abre a la vida del Cristo Místico que es su Iglesia, que arranca con aquellas primeras comunidades.

          Alguno de los discípulos aquellos pregunta a Jesús si es ahora cuando va a restaurar el reino de Israel. No han perdido la idea mesiánica nacionalista… A lo que Jesús responde con una evasiva y una elevación de miras: no os toca a vosotros ese punto, porque es el Padre quien lo tiene fijado. Pero lo que sí os toca a vosotros (y Jesús vuelve a situar el tema en el otro orden de cosas) es recibir la fuerza del Espíritu Santo para que seáis mis testigos en Jerusalén y en toda Judea y Samaria, y hasta el extremo de la tierra.

          Ya se prepara el hecho de la Ascensión del Señor.