lunes, 18 de abril de 2016

18 abril: Imponer las manos y sanar

Liturgia
          La Iglesia se abre a los gentiles…, al mundo. Nosotros somos beneficiarios de aquel momento (Hech. 11, 1-18) en que se revela a Pedro que también los gentiles pueden recibir la Buena Noticia. Pedro era cuestionado por los partidarios judíos porque se había abierto a los paganos, y Pedro explica la revelación que ha tenido a través de una visión mientras oraba: aquel lienzo que viene del cielo con animales de todas clases, y se le dice que mate y coma. Pedro ve que hay animales impuros (para aquella cultura) y se niega. Y recibe una palabra: lo que Dios declara puro, tú no lo llames profano. Y simultáneamente se le presentan en la casa unos hermanos que lo conducen a una casa pagana. El Espíritu Santo desciende sobre ellos y Pedro ve claro que cuando el Espíritu de Dios, el mismo que vino sobre los apóstoles, viene sobre aquellos paganos, nadie puede ya negarles su entrada en esta nueva Iglesia que representa Pedro. La Iglesia de Jesús.
          No en vano Jesucristo es la puerta de las ovejas (Jn 10, 1-10), y todo el que entra por la puerta es amigo y le pertenece. El que es enemigo pretende asaltar por otro sitio. Pero Jesús es la Puerta, y el guarda deja pasar a los que son de su rebaño. Por su parte es también el Pastor que saca a sus ovejas a buenos pastos, y sus ovejas le siguen porque lo conocen. A un extraño no le seguirán.

VIDA GLORIOSA
          No quiero dejar pasar por alto la última señal que acompañará a los que creen: impondrán las manos en los enfermos, y sanarán. Es de un consuelo inmenso saber que el creyente en Cristo Resucitado es un sanador. ¡Cuántas veces se pudo poner una palabra de aliento al que estaba caído! ¡Cuantos se levantaron de su postración gracias a aquella atención que recibieron del que creyó en la fuerza que sale de Cristo resucitado! ¡Cuantos que vinieron tristes y deprimidos por sus mismos errores salieron confortados por aquella “señal” que Cristo había prometido a los que creyeren…! Auténticos enfermos del alma, hundidos en sus conciencias, que se creyeron desahuciados y sin remedio posible, y sanaron por la palabra luminosa del testigo de la resurrección… ¡Tantas lágrimas de arrepentimiento que se trocaron en lágrimas de gozo porque una palabra les abrió a la luz de una nueva realidad, que hizo patente la misericordia de Jesús que sale al encuentro de la oveja perdida…
          Verdaderamente todo creyente que ha tenido esta experiencia del poder de sanación que encierra la fe, es buen testigo de la señal que Jesucristo anunció. Y lo que toca es seguir siéndolo, precisamente en esta etapa de la vida en la que parece que se nos hunde el mundo a los pies… Cuando parece que no es válido aportar palabras de consuelo espiritual a personas recalcitrantes en su empeño de eliminar lo religioso, sigue siendo una vía de ayuda y de luz orientarles hacia Dios y hacia la paz y el sosiego que da al alma elevarse sobre la burda materialidad de la vida.
          El mundo está ahíto de materia, de carne, de promesas del oro y el moro, y lleva la experiencia de la inutilidad de las soluciones políticas y sociales, plagadas de mentira e intereses espurios. Cuando son tocados por una palabra distinta, que les llega al fondo del alma (porque en el fondo de sus almas conectan con Dios), se produce una ráfaga de luz y esperanza.
          El otro sector del mundo, negado por completo a ese relámpago de esperanza, es el mundo vacío que anda como zombis por la vida, hundidos en sus mismas pequeñeces y sin tener horizonte hacia el que dirigirse. Muchas veces no están lejos de Dios sino ausentes, ignorantes, infestados por teorías y engaños de quienes pretenden manipularlos y para eso empiezan por robarles su conciencia, su capacidad de discernir, su valor de personas, su posibilidad de conocer más allá, ese referente que les hiciera redescubrir su dimensión espiritual.

          Los que CREEMOS, los que llevamos en nuestras manos el instrumento de la esperanza, no podemos vivir al margen de esta realidad… Estamos llamados a imponer nuestras manos en los enfermos, PARA SANARLOS.

3 comentarios:

  1. Ana Ciudad10:18 a. m.

    .
    CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (continuación)

    CUARTO MANDAMIENTO:"HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE"

    ¿POR QUÈ ES DIOS MÁS IMPORTANTE QUE LA FAMILIA?.-El hombre no puede vivir sin relaciones.La relación más importante que tiene el hombre es la que tiene con Dios. Tiene prioridad sobre btodad las relaciones humanas incluidas las familiares.
    Los hijos no "pertenecen" a sus padres ni los padres a sus hijos.Toda persona pertenece directamente a Dios. Sólo con Dios existe un vínculo absoluto y perpetuo.Así se comprende la palabra de Jesús a quienes son llamados:"El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí;el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí"(Mt 10,37).Por ello los padres deben poner a sus hijos en manos de Dios, llenos de confianza,cundo el Señor los llame a una vida de entrega en una comunidad religiosa o como sacerdotes.

    Continuará

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  2. Nuestra oración de hoy. El Egoismo.
    https://youtu.be/wNFbCpNqqBo

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  3. El Papa Francisco nos explica muy bien cómo debems vivir nuestra misión de pastores. Todos participamos de ella, porque estamos llamados a cuidar los unos de los otros. Él es nuestro ejemplo; como Él, debemos caminar animados por el fuego del Espíritu e incendiar el corazón de los hermanos para que todos unidos respondamos cada día mejor a la llamada de Dios. Debemos crear actitudes misioneras comprometidas, no solo de conservación; tenemos que ir más lejos, allí dónde haga falta, para comunicar el Evangelio.

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