domingo, 20 de diciembre de 2015

20 dic.: ELEGIR la voluntad de Dios

Liturgia del 4ºC de Adviento
          Dentro de cuatro días cerramos el adviento. El 4º domingo ya nos aboca a la Navidad. La próxima celebración comunitaria que tengamos será la Nochebuena y la Navidad.
          Hoy nos pone ya 1ª lectura (Miq. 5, 2-5) ante la afirmación de que será en Belén donde va a nacer el Mesías. Pequeña ciudad en sí misma, y sin embargo grande en la historia de Israel y del mundo entero.
          El día que María recibió el anuncio del ángel, también recibió una noticia que se le daba como garantía de que el anuncio había sido del Cielo. Y la noticia era que Isabel, pariente ya avanzada en años, y considerada “estéril” porque no había tenido hijos, ahora está embarazada de 6 meses. Y María considera que ella –desde su juventud- puede aliviar la carga de la pariente anciana. Y marcha a la montaña de Judea, a más de 160 kilómetros de Nazaret, por aquellas vías de comunicación primitivas de hace más de 20 siglos.         María iba sin hacer público su secreto, pero cuando ella saluda a pariente, Isabel se hace altavoz del misterio de Dios en María, (Lc 1, 39-45) proclamando a voz en grito que María es bendita entre las mujeres y bendito el fruto de su vientre. Isabel ha sentido ese misterio reflejado en sí misma y n el hijo que lleva en su seno, porque ella ha sido llena del Espíritu Santo y el feto ha brincado de gozo al oír la voz de María. María se admira de ese su secreto proclamado a voces y prorrumpe en una alabanza a Dios, porque es Dios quien ha hecho en ella tal maravilla. E Isabel declara que María es dichosa por su plena fe en Dios.
          Merece hoy una atención especial la 2ª lectura (Heb 10, 5-10). Referida directamente a la entrada de Jesús en el mundo, y por tanto al misterio de esa encarnación del Verbo en María, nos aporta un dato de suma importancia para nuestra vida, y que bien podría mirar hacia nuestro planteamiento espiritual. Se dice en la lectura citada que el pensamiento primero del Hijo de Dios encarnado es dirigirse a Dios Padre para decirle: estas harto de sacrificios y holocaustos; me has dado un cuerpo y yo te digo: Aquí estoy para hacer tu voluntad. Niega lo primero para afirmar lo segundo.
          Si miramos nuestra espiritualidad, puede haber una reflexión muy honda en estas palabras ocultas de Jesús. A veces tenemos recargadas nuestras devociones, nuestras promesas, nuestras formas de expresar nuestro sentido religioso. Podríamos decir que hemos recargado de “religiosidad” pero no de abrirnos verdaderamente a lo que puede agradar más a Dios. Y no es que vayamos a quitar devociones sino a situarlas en su valor: que en tanto valen en cuanto que estén empapadas por un sentido evangélico y ayuden a acercarse al Evangelio, a lo que nos pone por delante la voluntad de Dios.
          La pregunta concreta es muy fácil: ¿en qué nos ayudan nuestras devociones –“holocaustos y sacrificios”- a modificar nuestra conducta? ¿En qué nos abren a un conocimiento más hondo de la enseñanza de Jesús? ¿En qué nos hacen cambiar determinadas realidades personales? Porque si no llevan a eso, ¡con razón Jesús dice que Dios está harto de esas cosas. Y con razón Jesús ofrece su cuerpo y su ejemplo para que busquemos más de frente hacer lo que quiere Dios. Y eso no lo vamos a conseguir sino empapándonos de lo que Jesús hace y vive en su vida humana: me has dado un cuerpo y aquí estoy para hacer tu voluntad.
          Vamos a recibir al Señor en nosotros. Vamos a participar del Cuerpo de Cristo. Es menester que redunde en una profundidad nueva en esa búsqueda de lo que es más conforme, en nuestra vida espiritual y de cada día, con la voluntad de Dios.


          Hoy tenemos delante un ejercicio muy serio de esa actitud cristiana. HEMOS DE VOTAR, y es obligación cívica IR A VOTAR. Partimos de un supuesto previo: ningún partido político merece nuestro voto desde el punto de vista de una opción cristiana. Pero hay partidos que van expresamente en contra de planteamientos cristianos y de respeto a la Iglesia católica y sus principio básicos. Por eso –y dado el envenenamiento que existe contra la Iglesia católica (no contra otras religiones)-, los católicos debemos sentirnos obligados a inclinar la balanza hacia aquella opción MENOS MALA que pueda ofrecer MENOS MALAS SOLUCIONES. De manera que entre las posibilidades que nos ofrece el amplio marco de opciones políticas, no dejemos perder nuestro voto, sino que lo hagamos valer con la fuerza de la suma de muchos votos de católicos responsables.

3 comentarios:

  1. En la proximidad de la Navidad, nuestras oraciones lleguen hasta ti.

    - Que vivamos unidos a toda la Iglesia y al Papa, que nos abren a la Navidad como fiesta de la misericordia de Dios, Roguemos al Señor.

    - Que sepamos analizar nuestras prácticas y devociones para quedarnos con lo que mejor nos conduce a hacer la voluntad de Dios, R al Señor.

    - Que sepamos, como María, acudir adonde puede necesitarnos alguien, Roguemos al Señor.

    - Que sepamos hacer en nosotros un “Belén” en el que pueda nacer y crecer Jesús, Roguemos al S.

    - Que nuestra Eucaristía de hoy sea mucho más que haber tenido la Misa del domingo, R al Señor.


    Señor Jesús: que sabes que Dios está harto de prácticas meramente externas y que ofreces tu Cuerpo a la voluntad de Dios,
    concédenos purificar nuestras prácticas con el filtro de tu enseñanza y vida en el Evangelio.
    Tu, que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos

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  2. Ana Ciudad11:09 a. m.

    EL SACRAMENTO DEL ORDEN (Continuación)

    En el servicio eclesial del ministro ordenado es Cristo mismo quien està presente en su Iglesia como Cabeza de su cuerpo, Pastor de su rebaño, Sumo Sacerdote del sacrificio redentor, Maestro de la Verdad.Es lo que la Iglesia expresa al decir que el sacerdote, en virtud del sacramento del Orden, actùa "in persona Christi Capitis".
    Por el ministerio ordenado, especialmente por el de los Obispo y los presbíteros, la presencia de Cristo como cabeza de la Iglesia, se hace visible en medio de la comunidad de los creyentes.
    Esta presencia de Cristo en el miknistro no debe ser entendida como si estuviese exento de todas las flaquezas humanas, del afán de poder, de errores, es decir, del pecado.No todos los actos del ministro están garantizados de la misma manera por la fuerza del Espíritu Santo. Mientras que en los sacramentos esta garantía es dada de modo que ni el pecado del ministro puede impedir el fruto de la gracia del sacramento que se recibe.

    Continuarà

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  3. Anónimo11:35 a. m.

    ""HÀGASE EN MÌ SEGÙN TU PALABRA".Y contemplamoa a Marìa radiante de alegría. Ante la voluntad de Dios, la Virgen tiene una sola palabra :"amarla".Al llamarse esclava del Señor, acepta sus designios sin limitación alguna.El esclavo (en la antigüedad) no tenía voluntad propia, ni otro querer fuera del de su amo.
    En la visitación de Marìa a su prima Isabel nos fijamos en el aspecto concreto del "servicio a los demás"y le pedimos a la Virgen que nos ensñe a comprender las llamadas continuas del Señor, a reconocerlo en medio de los afanes de cada dìa.

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