jueves, 10 de diciembre de 2015

10 dic.: Si el mundo esperara a Jesús

Liturgia
          Las comparaciones que usa el adviento para expresar la felicidad de los tiempos mesiánicos…, la llegada de Jesús al mundo, podríamos nosotros traducirla en un sueño que encierra mucha mayor realidad germinal: ¿Cómo sería el mundo si la humanidad aplicase a la vida las enseñanzas y el estilo personal de Jesús? ¿Cómo seríamos las personas si viviéramos la honradez, la verdad, el respeto, el amor, la paz, la delicadeza y ternura del Corazón de Cristo? (cf. Is. 41, 13-20).
          Lo que se clarifica más aún en el texto evangélico de Mt 11, 11-15: importante es Juan Bautista, personaje prócer del adviento, que prepara ya de inmediato la llegada de Jesús. Pues cualquiera de los cristianos seríamos más que el Bautista por el hecho de vivir ya en el Reino de Dios. Evidentemente, hay que vivirlo; no simplemente que estamos en este momento de la historia.
          RELATOS DEL ADVIENTO      
          Siguió un silencio emocionado en el que ni María ni sus padres querían decir algo. Gustaban interiormente, a la vez que les rondaban una serie de pensamientos, porque ¿hasta dónde conducía todo aquel suceso? Ahora ya, en este momento empezaban a aflorar consecuencias que tenían mucha importancia. Joaquín puso su pensamiento en José. José era parte de todo esto por cuanto estaba prometido a María. Pero Joaquín apartó ahora ese pensamiento aunque quedaba por delante abordarlo y cuanto antes.
María se rehízo y continuó el relato de su reciente experiencia. Joaquín y Ana escuchaban con la respiración contenida, porque era enorme aquella noticia que estaba dándoles su hija. María cuenta a sus padres que –envuelta en aquella llamada íntima de su Dios- no quiso saber otra cosa, ni casi escuchó conscientemente más palabras, porque lo que ella quería en aquel instante era ofrecerse rendidamente ante su Dios. Vio como en una rápida y densa película lo que supondría darle al SÍ a Dios. No era, bien lo sabía ella, una dignidad de honras humanas, y ni siquiera un puro goce del alma. Dar a Dios el consentimiento sería a costa de una historia nada fácil, que ya estaba profetizada… Y encerraba mucha alegría, sí, pero también mucho dolor… Todo pasó como un relámpago por la mente de María, pero con mucha más fuerza se iluminó su alma con una decisión sin fisuras: a Dios quería ella decirle que , porque no tenía más norte en su vida que el agrado de Dios. Y en su relato a sus padres dijo: “entre sentirme mínima y, a la vez, querer dar la respuesta máxima, respondí: Yo soy la esclava del Señor. HÁGASE”. Y casi que ya no sé qué pasó en los momentos siguientes… Yo no estaba en mí. Como un sueño despierto, como un sentirme envuelta, cubierta por una fuerza sobrenatural, me estremecí… Supe que el Hijo del Dios Altísimo había tomado posesión de mí. Y casi que no puedo ya saber si estuve más tiempo o menos en ese arrobamiento…
Se cortaba el silencio en aquella estancia en que Joaquín y Ana escuchaban…, y María estaba elevada en sus pensamientos.
Después de un rato, María comentó: y ahora que evoco aquellos momentos, me hago consciente de unas últimas palabras del mensajero divino, que me ratificó el proyecto de Dios con un signo (al estilo de otros anuncios de la Escritura: me dijo que nuestra parienta Isabel, ya anciana, está encinta de 6 meses, porque para Dios no hay imposibles. Y yo estoy pensando ahora si era sólo un signo o encerraba una segunda llamada. Sea como sea, ¿no os parece que sería propio de nuestro modo de ser, que yo marchara a casa de Isabel para prestarle un poquito de ayuda en estas circunstancias? Porque yo soy joven y ella es mayor, y su embarazo puede ser más molesto. Yo estoy empezando…
Joaquín y Ana se miraron. Era “sólo” un añadido pero encerraba un nuevo caso al ya substancial. Y Joaquín intervino para decirle a María: No podemos olvidarnos de José… José es parte del caso porque es tu prometido. Toda esta situación puede alterar mucho los planes, y a José hay que ponerle al corriente de todo esto. Y en el mejor de los casos –y más en esta ocasión- ese posible viaje tuyo debe aprobarlo él.

Estaban de acuerdo. Con el pellizco dentro, porque no era cosa de poca monta, todos estuvieron de acuerdo en que había que hablar a José. Era un problema de tal índole que le tocaba abordarlo a Joaquín. Iba a presentarle a José nada menos que el que su prometida estaba embarazada aunque él no había tenido parte. Y la papeleta era de enorme envergadura, no ya sólo porque el caso lo llevaba en sí, sino porque José era un varón hebreo para quien esto suponía mucha mayor tragedia.

3 comentarios:

  1. Ana Ciudad11:15 a. m.

    EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA Y DE LA RECONCILIACIÒN ( Continuación)

    EFECTOS ESPIRITUALES DE ESTE SACRAMENTO.-
    -Rreconciliaciòn con Dios por la que el penitente recupera la gracia.
    -La reconciliación con la Iglesia.
    -La remisión de la pena eterna contraída por los pecados mortales.
    -La remisión, al menos en parte, de las penas temporales, consecuencia del pecado.
    -La paz y la serenidad de la conciencia, y el consuelo espiritual.
    -El acrecentamiento de las fuerzas espirituales para el combate cristiano..
    LAS INDULGENCIAS:-La "indulgencia" es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa, que un fiel dispuestoy cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfaciones de Cristo y de los santos.
    La indulgencia es "parcial" o "plenaria" según libre de la pena temporal debida por los pecados en "parte" o "totalmente".Todo fiel puede aplicar para sì mismo o aplicar por los difuntos, a manera de sufragio,las indulgencias tanto parciales como plenarias.

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  2. Ana Ciudad2:48 p. m.

    Si todos tuviéramos los sentimientos del Corazón de Cristo hoy ya estaríamos viviendo en un mundo que no sería este mundo de conflictos , sino la antesala del cielo

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  3. Todos estábamos afectados por el pecado de Adán. La única solución era que un Inocente se ofreciera a redimirnos a todos ante Dios; pero ese Inocente no podía encontrarse en la tierra...La Segunda Persona de la Santísima Trinidad que es el Hijo de Dios, Jesucristo,Consubstancial con el Padre...que no es un Hijo de Dios, es el ETERNO HIJO DE DIOS, LA SEGUNDA PERSONA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD, EL PROPIO DIOS MANIFESTADO EN CARNE HUMANA, NUESTRO SALVADOR, NUESTRO REDENTOR, NUESTRO DIOS, NUESTRO PADRE...Debemos procurar que otros se encuentren con Cristo esta NAVIDAD...Antes, tenemos que escuchar a Dios, ¡cambiar lo que debamos cambiar! y, redimir nuestro corazón.

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