viernes, 6 de noviembre de 2015

6 noviembre: LA ASTUCIA

HOY ES PRIMER VIERNES
Liturgia
          San Pablo utiliza una figura literaria muy positiva con sus fieles de Roma 15, 14-21). Porque les dice que no tengo que deciros… pero se lo dice; que estoy convencido de que rebosáis buena voluntad…, pero a pesar de eso quiero traeros a la memoria lo que ya sabéis. Y lo que no iba a decir, lo dice y de la bondad de ellos –de la que está convencido- saca nuevas enseñanzas y exhortaciones para activar esa misma bondad. Podríamos decir que utiliza “la estratagema” de la alabanza y el reconocimiento de lo que hay de positivo para ahí hacer pie y decir lo nuevo que les quiere decir. [Es lo contrario de “empezar por el defectito”…, de mirar primero la parte negativa, casi por instinto. Y esto ya debe ser para nosotros una lección, porque mucho bueno se seguirá de mirar la vida con luz y no a través de gafas obscuras].
          ¿Y qué es lo que Pablo trasmite? Mi orgullo, como cristiano, lo tengo en lo que a Dios se refiere: lo que Cristo hace por mi medio para que los gentiles respondan a la fe. Y ve que él tiene que hablar y que escribir, aunque la eficacia que puedan tener sus actuaciones no es la fuerza que él les dé, sino la del Espíritu Santo. Y ha sido para él cuestión de amor propio no anunciar el Evangelio más que donde antes no ha sido anunciado el nombre de Jesucristo.
          Ese fue el prurito de Pablo: ir a los gentiles, allí donde se ignoraba a Jesús, porque ni habían oído hablar de Él. Y allí plantar el Evangelio y enarbolar el Nombre de JESÚS. Hoy se le conoce como EL APÓSTOL, porque su obra en la Iglesia fue de enorme envergadura para “traducir” la vida y la obra de Jesús en formas más aplicables a la vida real de aquellas comunidades iniciales.

          Lc. 16, 1-8 nos trae una enseñanza de Jesús que –para mejor entenderla nosotros, los occidentales- tenemos que empezarla por el final: Los hijos de las tinieblas son más activos que los hijos de la luz. “Hijos de las tinieblas” son los criterios y formas del mundo, de todo ese “mundo” que pulula a nuestro alrededor, el que grita más, el que mete sus ideas con calzador a través de cualquier medio de comunicación…, el que se impone con sus formas apabullantes, por encima de lo razonable y lo justo. Ese mundo que no tiene barreras para sacar sus maneras adelante. Y los “hijos de la luz” son los que Jesús ha señalado desde el principio de su enseñanza: vosotros sois la luz del mundo, los servidores de la verdad, las personas que viven en el fiel de la balanza, los que poseen criterios y valores. Y con la parábola, Jesús pone de relieve que el engaño gana la partida a la verdad, la malicia es astuta para sacar sus ventajas.
          ¿Por qué los hijos de la luz no tenemos fuerza, arrestos, decisión, valentía para defender la verdad, como ellos la tienen para difundir sus formas? Y Jesús concluye la parábola con aquel amo que admira y alaba el arte del administrador malo, pero no por lo malo sino por la astucia; no por el engaño sino por haber sabido salir de un mal paso… ¿Por qué los cristianos nos mantenemos agazapados en nuestras quejas y situaciones victimales en vez de buscar salidas positivas a nuestros buenos valores, puesto que tenemos los mejores valores de la vida?
          Aquel administrador ha sido avisado de su cese por ser infiel y estafador. Ha de rendir cuentas de su administración… Y aprovecha ese impasse para sacar la cabeza, aunque sea con engaños más fuertes que los anteriores. Falsifica los recibos de los deudores de su amor. ¿Para engañar a su amo? –No por eso, precisamente, sino porque tiene que congratularse con los deudores para que al dejar la administración encuentre “amigos” que le recojan y le favorezcan (porque lo que es evidente es que él no está ya para cavar o pedir limosna). Se busca las habichuelas de otra manera. Esa es su astucia.

          Y Jesús muestra la necesidad de que LOS HIJOS DE LA LUZ sepan “inventar” modos (sinceros, por supuesto) de trasmitir la verdad, de comunicar el evangelio, de salir de sus casillas de comodidad, de no encerrar la fe en el pañuelo… Lo que Jesús pide a los hijos de la luz es intrepidez, decisión, inquietud por trasmitir a Cristo, utilización de medios a su alcance para ser verdaderos apóstoles de un tesoro tan inmenso como se nos ha puesto en las manos. Esa ASTUCIA SANTA de la que posiblemente tenemos que examinarnos, porque no debe ser que nosotros andemos achicados y sin decisión, mientras “los hijos de las tinieblas” son capaces de arrasar con sus ideas y actuaciones y su maliciosa astucia para sacar la suya adelante.

2 comentarios:

  1. Ana Ciudad1:32 p. m.

    El SACRAMENTO DE BAUTISMO.

    Desde el origen de mundo, el agua, es la fuente de la vida.La Sagrada Escritura dice que el Espíritu de Dios se "cernía"sobre ella.
    En el Arca de Noè, la Iglesia ha visto una prefiguración de la salvación por el bautismo.Por ella fueron salvados" unos pocos", es decir ocho personas fueron salvados a través del agua.
    Sobre el paso de Mar Rojo, fue liberado Israel de la esclavitud de Egipto.Es el anuncio de la liberación obrada por el bautismo..
    También el bautismo es prefigurtado en el paso del Jordán, por el que el pueblo de Dios recibe el don de la tierra prometida a Abrahan y su descendencia, imagen de la vida eterna.La promesa de la herencia bienaventurada se cumple en la Nueva Alianza.
    Todas las prefiguraciones de la Antigua Alianza culminan en Cristo Jesús, después de hacerse bautizar por Juan en en el rio Jordán y después de su Resurrección les confiere a sus Apòstoles esta misión :ID ,PUES,Y HACED DISCÌPULOS A TODAS LAS GENTES BUTIZÀNDOLAS EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÌRITU SANTO.


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  2. ASTUCIA SANTA , SIN LLEGAR A NINGUNA GUERRA, COMO HIJOS DE LA LUZ, CON UÑAS Y DIENTES, APOYADOS EN LA LEY, ESTAMOS OBLIGADOS A DEFENDER NUESTRAS TRADICIONES. No podemos permitir que "los hijos de las tinieblas" impartan su pedagogía satánica a nuestros jóvenes.Estamos obligados por las circunstancias imprevistas a encontrar una salida a nuestros problemas para poder sobrevivir; necesitamos mucha prudencia, mucha sensatez; debemos asumir un estilo y una forma de hacer las cosas inteligente, con audacia, aunque nos parezca que vamos en otra dirección. No hay que precipitarse ,pero ya tenemos que saber lo que queremos. y cuáles deben ser las soluciones, siendo coherentes con nuestra manera de pensar y de vivir.

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