miércoles, 4 de noviembre de 2015

4 nov.: No se compra ni se vende

Liturgia
          San Pablo llega, en la perícopa de la carta a los romanos que se lee este día -13, 8-10- a la simplificación de toda la vida cristiana: A nadie debáis nada más que amor, porque el que ama, tiene cumplido el resto de la ley. Todo queda así de “sencillo”. Claro que ahora viene lo difícil: que nos rija la vida un VERDADERO AMOR. Hablar de “amor” es muy fácil, muy bonito, muy “sublime”…, y casi todo el mundo cree amar. Pero detrás de muchos de esos amores se encierra el peor de todos: el amor propio…, el amor que utiliza al “amado”…, que es la negativa del amor. “Amor” es la palabra más repetida…, pero va paralela a la antítesis del amor: la otra palabra más repetida siempre es “Yo”. De ahí que cree amar alguien…, y se está buscando a sí mismo. Cree amar al otro y lo está “usando” para propio provecho y satisfacción personal. De ahí que la aparente simplificación de Pablo es, en verdad, una muy exigente pregunta al interior de la persona.
          Y cuando se haya purificado el verdadero amor, entonces vale perfectamente reducir todo a amar. Porque el que ama no roba, no hace daño… El que ama no mata ni de palabra… El que ama no traspasa los límites (no comete adulterio) ni traspasa esos límites del respeto a la otra persona. [¡Qué profanación es la expresión: hacer el amor en lo que tantísimas veces no hay sino un puro egoísmo que no hace ninguna referencia a la otra persona como tal persona! ¿Acaso puede “HACERSE” el AMOR, y no es más bien que el amor es algo muchísimo más interno y profundo? Decía la canción: “No se compra ni se vende el cariño verdadero”. No “se hace” el amor como se hace un objeto o una comida]. El que ama, no miente, no critica, no piensa mal, no envidia, no se constituye en centro… Y cuando todo eso es verdad (y no se puede dar por supuesto), está cumpliendo la ley entera. Aquí hay mucha tela que cortar y mucha necesidad de examinar eso que pensamos que es “amor”… Porque en un análisis de fondo nos podemos llevar la sorpresa de que no es tan limpio eso que creemos amor.
          Va en esa línea el evangelio de hoy: Lc. 14, 25-33. Jesús presenta de frente una condición básica para seguirlo a Él: Si alguno se viene conmigo, y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.
          He ahí el paradigma del amor. El amor a Jesús pide POSPONER todo otro amor. Que no es quitarlo, sino que ha de ir a la cola, supeditado al objetivo substancial: venir conmigo. Y “venir conmigo” es ir detrás de Jesús, llevando la cruz (la de cada uno).
          Por eso es Jesús quien invita al examen de uno mismo. Lo hace con sus parábolas gráficas para hacer fácil la comprensión de lo que dice: haría el ridículo quien no hiciera cálculos antes de construir una torre, para saber si tiene dinero para llegar a acabarla. No sea que se quede a medias y la gente se ría de él porque empezó y no pudo acabar. Y no sólo es que la gente se ría… Es que se puede perder mucho más, como el rey que sale a una batalla y primero tiene que calcular si tiene efectivos suficientes para ello. Que si no los tiene, mejor es buscar antes un armisticio de paz, pues perderá menos que si sale derrotado por no haber sabido prever debidamente.
          Aquí se funden las dos lecturas porque el seguir a Jesús es cuestión de amor. Y amar es algo muy serio que no se da por supuesto cuando tan fácilmente entremezclamos el amor propio (que es la antítesis del amor). Si amores tan grandes como el de padre, madre, hermanos, hijos…, ya tienen que ocupar un segundo lugar en quien quiere amar a Jesús, bien podemos plantearnos nuestra capacidad de amar posponiéndonos a nosotros mismos. Así lo ha expresado Jesús.
          La AMISTAD es el sentimiento más limpio del amor. La amistad no se aprovecha del amigo. No busca “compensaciones personales” a costa del amigo. No se pone uno a solucionar sus carencias a base del amigo. No acapara uno al amigo. La amistad deja libre al amigo y se siente feliz de que el amigo vuele por otros horizontes, porque al fin y al cabo se desea la plena realización y felicidad del amigo. La amistad se dibuja como un vector que va HACIA EL AMIGO, y no lo envuelve para el propio provecho, ni pretende ser correspondido (aunque es natural que el amigo será otro vector que seguirá la misma pauta). Es la diferencia con el amor que se da para envolver al amigo y recibir uno mismo el amor de él y las ventajas que se siguen de ese amar.

          El amor de Jesús a nosotros es gratuito. Nos ama porque nos ama. Nosotros hemos de dirigir hacia Él nuestra vida de forma gratuita, por encima de todo otro amor. Y, siguiéndolo por ser Él quien es, cumplir así la ley entera.

4 comentarios:

  1. La paga y el jornal del amor es recibir más amor hasta llegar al colmo del amor. El amor solo con amor se paga.(San Juan de la Cruz)
    El amor o es infinito, o no es amor. Nosotros no podemos amar con un amor infinito, nuestro amor nunca está exento de egoismo; siempre tenemos que estar vigilantes para pedir al Señor la ayuda necesaria para que nos ayude a reconocer y a separarnos de todo lo que nos impida ser auténticos discípulos de Cristo.El Señor es exigente, el camino que nos propone no es fácil; pero no seamos indecisos...¡seamos capaces de arriesgarnos por el Evangelio!

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  2. Ana Ciudad3:24 p. m.

    CREO EN LA RESURRECCIÒN DE LA CARNE Y LA VIDA ETERNA

    lLa resurrección de todos los muertos precederà al "JUICIO FINAL".Esta será la hora en que todos los que estèn en los sepulcros oirán su voz y los que hayan hecho el bien resucitaràn para la vida´,y los que hayan hecho el mal,para la condenación. ( Catecismo de la Iglesia Catòlica)
    ¿Còmo resucitaremos? Cuando la historia de los hombres acabe, los cuerpos de todos los que vivieron se alzaràn de sus tumbas para unirse nuevamente a sus almas.Nuestro cuerpo resucitado será constituido de una manera que estarà libre de limitaciones físicas. Ya no necesitarà alimento o bebida y en cierto modo será espiritualizado. Además el cuerpo de los bienaventurados será glorificado :poseerà la belleza y perfección del alma unida a Cristo.
    Y así termina la historia de la salvación, esa historia que la tercera Persona de la Santìsima Trinidad, El Espíritu Santo ha escrito.
    Con el fin del mundo, la resurrecciòn de los muertos y el juicio final,acaba la obra del Espíritu Santo.
    Mientras para nosotros, que aun peregrinamos , abramos el Evangelio de San Mateo en su capìtulo 25, versículos 34 y 36 y dejemos que el mismo Jesús nos diga como prepararnos para aquel dìa terrible

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  3. Ana, yo tengo una idea del juicio escatológico optimista, ¿qué les dice Jesús a los saduceos? ; les contesta que la esencia de Dios es la Vida, que la muerte no puede poner límites a la gracia y al AMOR de Dios; ellos no creían en la resurrección de los muertos.Las apariciones del Resucitado confirman una existencia no terrenal, no material, no exenta del cuerpo, de hombre plenamente redimido que nos obliga a creer en nuestra propia resurrección.La resurrección de Jesucristo nos demuestra que es el Señor de la Vida; el Dios de los hombres; el Dios que obligado por su inconmensurable MISERICORDIA, se da a SÍ mismo y se abre al hombre redimido, reconciliado. La Vida Eterna y en el grado máximo la Pasión y Muerte de Jesucristo son el resultado de su AMOR y de la DONACIÓN de Dios en Jesucristo a los hombres. Así es como la Soberanía de Dios ha irrumpido en nuestra historia.

    El Cardenal Ratzínger, hoy Benedicto XVI,escribe sobre el "cielo cristiano"como comunión de los santos, como fusión de cada YO personal con el CUERPO DE CRISTO. Él opina que al cielo no se entrará hasta que se encuentren reunidos todos los miembros del Cuerpo del Señor. Esta Plenitud del Cuerpo de Cristo incluye la resurrección de la carne. La salvación del hombre es total y plena, sólo cuando se haya alcanzado la salvación del Universo y de todos los elegidos. Que en el cielo, los hombres, no van a estar uno al lado del otro, sino que los unos con los otros SON el cielo Y toda la Creación cantará un Cántico de liberación cuando DIOS sea UNO EN TODOS.

    Jesús habló poco de escatología; habló del juicio y dijo que a los malvados les esperaba una situación de tormento eterno...Vamos a unirnos a Él para no perdernos.

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  4. Ana Ciudad1:17 p. m.

    Querida Maria José. Yo creo y he creído siempre lo que la Madre Iglesia nos enseña.Confío en la misericordia infinita de Dios y creo también en su justicia.Lee el Evangelio de San Mate , 25 por si tienes alguna duda.L a Palabra del Evangelio es la Palabra de Jesucristo.Un abrazo.

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