lunes, 8 de septiembre de 2014

8 septiembre: Natividad de María

El nacimiento de la Virgen María,
con sus múltiples referencias y advocaciones
y Patronazgos en ciudades, pueblos y
geografía universal.

En MÁLAGA, SANTA MARÍA DE LA VICTORIA
             Hoy se celebra una de esas fiestas de la Virgen María que abarca múltiples advocaciones, con sus múltiples nombres, y celebraciones. Allí donde ejerce su patronazgo y ha sido elevada la fiesta a SOLEMNIDAD, se declara fiesta local, y en la liturgia adquiere el mayor rango, con Gloria, Credo, y el Te Deum en el Oficio litúrgico de Lectura. Se procesionan las imágenes y el pueblo experimenta su carácter festivo laboral.

             En la formulación de la celebración eucarística se topa con la dificultad que es propia de determinadas fiestas marianas: que la Sagrada Escritura está centrada en Cristo –y en la Historia de la salvación- y que hay hechos (como el que nos ocupa: el nacimiento de la Virgen María) para el que no hay referencias directas. Y sólo “por comparación” o “relación”, se ponen las Lecturas.
             La primera de hoy se refiere directamente a la promesa del Nacimiento de Jesús en Belén. Naturalmente no se puede entender ese hecho sin María. Y nacimiento por nacimiento previo, se trae aquí el texto de Miqueas 5, 2-5.
             El Evangelio, en sus dos partes también toca “en diferido” el tema de María. En la primera parte (que posiblemente se lea hoy poco en los templos), es la genealogía de Jesús según San Mateo. Dado que en la mente hebrea el que engendra es el padre de familia, se nombrará a José el “esposo de María, de la cual nació Jesús”. Y se pondrá a continuación el relato de Mateo sobre el nacimiento de Jesús sin intervención de José. Lo que sale de ahí es que nace Jesús de la Madre que ya nació…. Pero no hay otra referencia que poder sacar de los escritos sagrados.
             Teológicamente estaría “más expresado” ese nacimiento de María en la 2ª lectura, en la que Pablo escribe: Sabemos que a los que aman a Dios, todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A LOS QUE HABÍA ESCOGIDO, los predestinó a ser imagen de su Hijo… A LOS QUE PREDESTINÓ, los llamó; A LOS QUE LLAMÓ, los justificó [los hizo justos, santos]; A LOS QUE JUSTIFICÓ, los glorificó.
             Con un mínimo desarrollo, María fue elegida por Dios, en su mente eterna, y fue llamada a ser eslabón substancial y clave para la redención. Supuesto el pecado de Adán y Eva, Jesús conmina a la serpiente: Pondré perpetua enemistad entre ti y LA MUJER…, que tendrá un descendiente que aplastará tu cabeza. ¡Ahí “ha nacido” María en la expresión manifestada de Dios! El Apocalipsis [cap. 12] dramatizará el hecho con la lucha del dragón o serpiente infernal contra LA MUJER a la que quiere inficionar como al resto de la humanidad, pero Dios le da alas de águila y la conduce al desierto para preservarla. Ha nacido LA MUJER que dará a luz al Salvador.
             María es, pues, la predestinada, elegida, llamada, santificada e inmaculada, y llena de gloria…, llena de Gracia, con el Señor con Ella, y Madre del Hijo del Altísimo. Y Ella, la Mujer privilegiada y elegida para Madre de Dios, nace voluntariamente a esa Historia, sintiéndose en obediencia de esclava de su Dios, disponible para que Dios haga en Ella como Dios quiera.
             Con razón este día ocupa un lugar preeminente en el calendario mariano.
*****************   ********************
             El Evangelio que correspondería a este lunes, celebramos un sábado en la sinagoga judía. Día santo, de oficio religioso. Acude Jesús, naturalmente. Acude el pueblo. Y acude un paralítico de la mano derecha. Un encuentro fortuito que, sin embargo, no puede aguantar Jesús sin más. Y saliendo de su escaño le dice al paralítico que se ponga de pie en medio de la asamblea.
             Jesús pregunta a los circunstantes si en sábado se puede hacer el bien, o si se puede dejar ganar al mal. Y para acentuar ante los presentes, completa: ¿Se puede salvar en sábado o dejar morir? Siguió un silencio sepulcral. La gente del pueblo hubiera respondido que “sí se puede hacer el bien”…, pero el temor era que los fariseos expulsaran de la sinagoga. Se mascaba la tensión. Los fariseos podían estar pensando que sí pero su fanatismo les impedía decirlo. Y su fanatismo herido se tensa más aún cuando Jesús pasea su mirada lentamente por toda la sinagoga, y allí –unos tras otros- van agachando la vista para no verse mirados por los ojos penetrantes de Jesús.
             Era evidente que allí nadie se comprometía, y que –por parte de “las normas farisaicas- no se podía hacer el bien en sábado.

             Pero allí estaba Jesús. Y para Jesús el bien hay que hacerlo siempre y como sea. Y aunque bien sabe lo que compromete, se dirige al enfermo y le dice: Extiende tu brazo. En realidad no hacía ningún “trabajo” ni Jesús ni el enfermo, puesto que el brazo lo extendía cualquiera de los que estaban allí. No había faltado Jesús en nada. Lo que sí había sido –a los ojos de los fanáticos. “un desafío”.  Por eso, aunque fuera sábado, lo que sí gesticularon todo lo habido y por haber fue en pensar qué había que hacer con Jesús.

1 comentario:

  1. Ana Ciudad7:05 p. m.

    ¿Cuántos años cumple hoy Nuestra Madre?
    Para Ella el tiempo ya no pasa,porque ha alcanzado la plenitud de la edad,esa juventud eterna y plena que nace de la participación en la juventud de Dios,que,como dice San Agustin " es más joven que todos",precisamente por ser eterno e inmutable.
    Ella desde el cielo nos contempla y presta oído a nuestras alabanzas y peticiones.Hoy escucha nuestro canto de acción de gracias a Dios por haberla creado y nos mira y nos comprende porque Ella ,después de Dios es quien más sabe de nuestra vida, de nuestrs fatigas y de nuestros empeños.
    FELICIDADES MADRE.





    ResponderEliminar

¡GRACIAS POR COMENTAR!