jueves, 25 de septiembre de 2014

25 de sept.: LA VIDA CON OTRAS GAFAS

Al contrario
             Hoy es uno de esos días en los que no se le ve la punta a una exposición que tenga luz emanada de las lecturas del día. Porque si tomamos la primera (del Eclesiástico 1, 2-11) la sensación que deja es pesimista, que empequeñece, que diríamos hoy “pasota”. Porque el autor, en el comienzo de su libro, ha plantado una premisa que deja poca opción a una ilusión: “Vaciedad sin sentido; todo es vaciedad”. Es fácil sacar una conclusión que induce a “acostarse” y a ver venir, porque “todo lo que ocurrió volverá a ocurrir”. Y entonces puede pensar uno: ¿para qué voy a moverme, por qué ideal voy a luchar, qué voy a sacar con emprender algo?
             Si nos vamos al texto del Evangelio de hoy, Herodes es otro que está paralizado. Lo que ha hecho con el Bautista le ha creado pesadillas, y está detenido sobre una obsesión: si al Bautista lo maté yo, ¿quién es ese que hace cosas admirables? ¿Será que ha vuelto a la vida el que yo decapité? Ahí se ha encerrado. Salvo que tiene ganas de verlo, todo lo demás es estar encarcelado en el mismo miedo e incertidumbre que no le deja ser y actuar.

             En un panorama así de las lecturas no queda sino abrir al máximo el objetivo de la cámara y que pueda coger mucho más horizonte Porque lo que no cabe duda es que vivir pide más espacio abierto, más motivos de esperanza, más seguridades de que la vida es vida y está ahí para vivirla y para mejorarla. Vivir “hacia atrás” –de recuerdos, lamentos y nostalgias-, no es vivir. Vivir anclados en el presente sin más visión que lo que hoy tenemos delante, es empobrecer y cercenar el ansia de volar que se ha dado siempre en la persona. No se trata de vivir en el futuro (como huida del momento actual) porque es una quimera.
             Lo que hay es que VIVIR EL HOY con ansias del mañana que será mejor…, y que hoy mismo hay que empezar a construir. Se trata de romper el tabú de que todo es vaciedad. Puede serlo si nos anquilosamos en el pesimismo del presente y en los humanos que viven “acostados” sin hacer algo por el “más”. Pero NO ES VACIEDAD haberse levantado hoy con ganas de abarcar cuanto está en la mano de uno…, y hasta dando ocasión a la utopía. Se alcanzará el objetivo o no, ¡pero no se renuncia a él! Todo, menos quedarse parados a verlas venir. El mundo puede estar vacío, pero un puñado de hombres y mujeres cristianos y con fe no pueden quedarse envueltos en esa barahúnda del mundo. Tenemos que salir a él y hacerle frente. No vamos con armas agresivas de peleas; vamos con las ilusiones plenas y las esperanzas llenas de que las cosas pueden ser mejores. Y parta que no se quede en un vacío (vaciedad), cogemos el pico y la pala de una acción que ponga de manifiesto que todo no está perdido, y que ahí estamos nosotros para que este “cachito” de vida y de historia sea hoy mejor que ayer, y mañana mejor que hoy.

             Se trata de entrar en la dinámica de Jesús, que nunca se arredra, que no se detiene sobre lo ya conseguido, que camina de aquí para allá, que siempre hace nuevas todas las cosas. Es saber sacar cada uno lo mejor que tengamos dentro y ponerlo a fructificar. Es no conformarnos con “lo bueno” cuando lo podemos hacer mejor, y no esperar a que empiece el vecino cuando yo puedo ya comenzar mi parte. Y ahí está el secreto. Qohelet, el autor de esa 1ª lectura puede optar por quedarse en su casi lamento…, y llorar la vaciedad. O puede empezar a romper el círculo vicioso que él traza y acabar diciendo que la vida merece vivirse. Herodes puede meterse en el último rincón de su Palacio a pensar en negro, o puede investigar y encontrarse con Jesús, con los hechos de Jesús, con la novedad de quien lo hace todo bien y se vuelca en hacer que las gentes puedan emprender una nueva vida: unos ciegos que ven los colores y el sol; unos cojos que corren; unos sordos que oyen; y hasta unos muertos que resucitan. ¿Eso también le produciría temor y desasosiego?  [Puede ser que sí, porque los egoístas ven pero no vislumbran la luz que hay detrás de su propio muro]. Pero el hecho es que detrás de sus miedos, hay alegrías que se desparraman por muchas personas de aquel pueblo. Y que el secreto está en caminar hacia adelante y sacar punta a los hechos de la vida, enfocados con la esperanza de la fe…, con LOS OJOS DE JESÚS.

HOY CELEBRAMOS  en Málaga EL BICENTENARIO DE LA RESTAURACIÓN DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS.
PRESIDE LA CONCELEBRACIÓN EUCARÍSTICA EL SR. OBISPO DE LA DIÓCESIS en la Iglesia del Sagrado Corazón.

EL DÍA 27 EL PAPA ACUDIRÁ A LA IGLESIA JESUITICA DE ROMA PARA DAR GRACIAS A DIOS POR EL MISMO HECHO.

2 comentarios:

  1. El que vive sin la meta de alcanzar a Dios, encontrarse con Jesucristo, es es el que siente la vaciedad de la que habla el libro del Eclesiastés. Solo hace falta mirar hacia fuera. Al mundo. Pero si miramos hacia dentro de nosotros mismos, también veremos áreas de vaciedad que hay que tratar de llenar, porque esa sensación de vaciedad es amarga y desagradable. La vida humana no tendría sentido sin Dios. Esa es una de mis convicciones desde hace años. Pero el Dios auténtico, el verdadero, no el que a veces nos fabricamos. Para mi, en ese sentido, el autor sagrado es donde enfoca. A esa vida en la que vemos como "ocurren cosas", que se repiten sin cesar a lo largo de la historia del hombre, y que no tienen sentido desde el punto de vista humano, pero con Dios en nuestra vida, entonces todo cobra sentido. Al menos eso creo...

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  2. Yo tambien voy a entrar en la dinámica de Jesús"que hace nuevas todas las cosas". Herodes se pasó gran parte de su vida buscando a Jesús; y, teniéndolo tan cerca, no lo reconoció. Muchas fueron las personas que buscaron a Jesús con interés porque había oído hablar de los milagros que hacía y querían verlo: Los Magos de Oriente, , Zaqueo, los gentiles llegados a Jerusalén...querían verlo para adorarlo...Contemplar a Jesús, conocerlo, tratarlo con respetuosa intimidad, este es nuestro mayor deseo, y, Jesús muchas veces se deja encontrar; nadie que de veras haya buscado a Cristo ha quedado defraudado. Herodes, como se ha visto en la Pasión, sólo lo quería ver por curiosidad, por capricho, por eso no lo encontró...Jesús no se le reveló porque el Amor nada tiene que hablar ante la doblez y la frivolidad.

    Tenemos a Jesús con nosotros para siempre.¡ Es como un milagro encontrar a Jesús vivo, el de Herodes, que a nosotros nos espera en el Sagrario!

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