sábado, 12 de octubre de 2013

12 ocr.:- COLUMNA, PILAR, ROCA

12 oct.- La Virgen del PILAR
             Comenzaré felicitando a tantas personas que llevan en su nombre la referencia a la VIRGEN DEL PILAR. A todos los españoles de pro, que siguen sintiendo la necesidad de una Patrona, fuerte como columna inamovible, ahí donde tanta arena se mueve bajo los pies. A los Cuerpos de Seguridad que celebran hoy su fiesta patronal, porque esa fortaleza de la columna enhiesta les es seguridad en el difícil cometido de su misión.
             En el Oficio religioso a rezar hoy en su fiesta, se expresa esta tradición desde los comienzos del cristianismo en España. Una ermita a orillas del Ebro, en Zaragoza, fue el comienzo de ese centro de espiritualidad, peregrinaciones y eje de unidad para todos los pueblos de Iberoamérica. Y señala el Oficio de la fiesta que, por encima de milagros espectaculares, la Virgen del Pilar es refugio de pecadores, consuelo de afligidos, Madre de España.
             En la Liturgia hay que “forzar” los textos, puesto que la revelación no va a recoger lo que fueron hechos tan posteriores.  Su se va uno por la lectura del Antiguo Testamento, se hace un paralelismo entre el Arca de la Alianza –portadora de la presencia de Dios, y centro de toda la religión judía- y la Virgen que fue real portadora de Dios, al llevar a Cristo en su seno. Su el Arca era fuerza firme para el pueblo aquel, María –asentada como columna firme e inamovible- polariza todo el sentir cristiano que halla en en Ella, en María, la seguridad para ir a Jesús.
             Si se lee la del Nuevo Testamento, se resalta la raigambre de María, sobre la roca firme de la oración, en la que aglutina a su alrededor a los Once apóstoles, tras la muerte y resurrección de Jesús.
             Y el Evangelio, que más allá de la persona en sí de María, lo que la hace dichosa y bienaventurada, ensalzada sobre todas las mujeres, es su firme actitud de escuchar y vivir la voluntad de Dios. Eso es lo que crea esa columna o pilar inexpugnable en donde hemos de acogernos.

             Da la casualidad que en la lectura continuada tendríamos el mismo Evangelio. Solo que ahí el contexto hace más expresiva la emoción de aquella mujer del pueblo que prorrumpió en alabanzas de Jesús y de su madre. Ayer estábamos ante el ridículo de aquellas gentes que, por tal de desprestigiar a Jesús, llegan a decirle que echa los demonios con el poder de Belcebú, el príncipe de los demonios. Jesús les hizo ver la estupidez de aquel juicio, y explicó… (ya lo vimos). Y al otro lado, como una reacción incoercible de una mujer sencilla, sin prejuicios, surge esta alabanza a Jesús (que en muy castizo estilo), rebota hacia la madre que le dio la primera leche. Algo de esto sucede en determinados sectores del pueblo sencillo actual, que hace frente a la descristianización y a la falta de espíritu humano y sobrenatural, potenciando de alguna manera las alabanzas externas a María o a Jesús.

             Luego está la conclusión de la lectura de la profecía de Joel, posiblemente un profeta rápido de exposición, que –tras detectar el dolor de un pueblo- sale disparado hacia una seguridad de salvación. Dos males amenazaban al pueblo; uno de índole natural (la plaga de langosta, que asola), y otro, un pueblo extranjero, una horda, que pretende asolar el país, creando oscuridad tinieblas, nubarrones y negrura extendida sobre los montes…  HOY desemboca el profeta en la alarma que Dios mismo da: ¡Alerta; vengan las naciones al valle de Josafat!, ese lugar emblemático donde Dios pone justicia (equilibrio y bondad), y donde actúa liberando del mal y dando luz a su pueblo: protege, auxilia…, donde Dios habita y defiende, y bajo cuyo poder, los montes dan leche, las acequias van llenas de agua, y brota un manantial en el templo del Señor.  [¿No evoca todo esto al propio Jesús, de cuyo costado abierto –auténtico templo de la redención consumada-  manan esos torrentes de agua y de vida?]
             Agua purificadora y sanadora. La que limpia nuestro corazón y así saldrán siempre visiones limpias de las cosas y de las personas. Y si la visión es limpia, lo posterior (en juicios, palabras, imaginaciones) irá en esa línea virgen y relajante, constructora de paz y produciendo un equilibrio profundo en la persona.
             Joel avista así una Jerusalén habitable de generación en generación. [Jerusalén es ciudad de paz), una “ciudad” en la que habitará Dios.
             Bien se ve que este profeta ha sido rápido y positivo. No niega ni puede evitar las calamidades, pero sale por encima de ellas. No se queda en un llanto inútil, sino que proyecta a la seguridad de la victoria de Dios, un Dios que asienta sus reales en nuestra misma tierra…, en esa Jerusalén que simboliza toda la fe de Israel.

             Casi que también por esta vía hemos desembocado en la ROCA SEGURA, la COLUMNA firmemente arraigada, ese PILAR que es –por antonomasia- Dios mismo, pero que Él va entregando en manos de aquellas almas que han de ejercer una labor de construcción o reconstrucción de “Jerusalén”.  Y pionera de esa nueva etapa, de ese NUEVO TESTAMENTO, estará María junto a su Hijo Redentor, en fidelidad a Él y en mano maternal extendida hacia cada uno de nosotros.

1 comentario:

  1. Ana Ciudad12:44 p. m.

    Hermosa fiesta la que celebramos hoy:LA VIRGEN DEL PILAR.
    En este día le pedimos a Nuestra Señora,que nos guíe siempre,que sea nuestra seguridad en la que se apoya nuestra vida,porque ELLA es el pilar firme,los cimientos seguros,donde se asienta la fe y donde esta fe se guarda.

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