martes, 4 de septiembre de 2012

Por el momento


Un apunte rápido
             Son las 10 cuando me he quedado libre, y no me da tiempo hora de poner una reflexión pausada. Me limito a un esquema del tema de hoy, que es muy importante, y espero a lo largo de la mañana poder explayar un poco su contenido. Pero al menos no falto a la cita diaria.
             La 1ª lectura es un auténtico tratado que diferencia al que tiene el Espíritu de Dios, del que no lo tiene.  Quien no tiene ese Espíritu, puede compararse a un niño al que le muestran un billete de 500 € y se queda sin reaccionar porque sólo ve el color. En cambio él sabe que con uno o dos euros puede comprar su chuchería, y le atrae más.  A una oveja o una paloma le muestras un anillo de oro y no reacciona. No tienen el sentido para poder captar el valor de ese anillo.  Así, quien n tiene espíritu de Dios, capacidades para intuir el valor de lo sobrenatural, ni considera, ni estima, ni valora, ni desea ese anillo de oro o ese billete de 500.  Mientras que el que posee el Espíritu, sabe valorar un conjunto de cosas que no se entenderían a primera vista, pero que sabe intuirlas con ese sexto sentido. El hombre de espíritu tiene un criterio para juzgarlo todo, conociendo la mente del Señor…., la mente de Cristo.
             Porque el Señor es justo en todos sus caminos, y crea justicia (la santidad misma) que trasmite su Espíritu Santo.
             El Evangelio manifiesta las dos realidades. Unas gentes sencillas, se admiran ante Jesús, por su palabra, su fuerza, su autoridad (que realmente lo que Él dice, entra a fondo).  El demonio que posee a aquel desgraciado, aparte de que grita y grita (todo el que más grita tiene mucha menos razón), acaba vencido, echado fuera, y con la pataleta de tirar por los suelos al poseso…, pero sin poder hacerle daño. “Como león rugiente, buscando a quién devorar” –que dice San Pedro-…, pero atado. De modo que no puede hacer nada si no se es tan incauto o tan falto de juicio que se mete uno dentro de sus fauces.

3 comentarios:

  1. Ana Ciudad4:49 p. m.

    J fondoesús nos sigue hablando a cada uno,en la intimidad de la oración, al leer cada día el evangelio.las palabras de Jesús están llenas de vida y penetran hasta el fondo del alma. todos los dias, mientras leemos el Evangelio,pasa Jesús junto a nosotros.que pena, si tú y yo no supieramos detener a Jesús qu pasa .Qué dolor,y no le pedimos que se quede.

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    1. Perdón, hay un error al comienzo del comentario

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    2. Anónimo7:08 p. m.

      Lo importante es no es el error ortograficó sino lo que hay en tu corazón. Y veo que es bueno.

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