sábado, 22 de septiembre de 2012

"Cuerpo espiritual"


SEMILLA POR MEDIO
          La fiesta litúrgica de San Mateo, ayer, nos rompió la secuencia de la lectura continuada para poder seguir la argumentación de San Pablo. Lo dejamos en su trasmisión autorizada del mensaje esencial y más primitivo de la fe y del Nuevo Testamento: Trasmito lo que he recibido de los mismos primeros testigos: que Cristo murió, resucitó, y fue visto, después, resucitado. Si no hubiera resucitado, todo el evangelio es una farsa, nosotros unos embusteros y vosotros y nosotros unos memos integrales, capaces de creer y seguir a un muerto, fracasado y ajusticiado.  Y concluye: PERO CRISTO HA RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS, EL PRIMERO DE TODOS (quiere decir: Él, el primero, garantía de que resucitaremos después los demás).
             Y así llegamos a HOY: Pablo hoy trata de explicar –estamos en terreno de fe y hay que recurrir a comparaciones, y aun eso, dentro del estilo de las escuelas rabínicas, muy familiar a un judío.  ¿Cómo resucitan los muertos?  - No igual y con la misma figura y forma que vivimos aquí. Una semilla es una cosa pequeña y casi sin forma (por decirlo así).  Se entierra y la semilla germinase pudre…, y de ahí salen  frutos absolutamente diversos de lo que se sembró.  Pero estaban en germen en tal semilla.  Lo que vemos, germinado, es lo mismo que se sembró pero totalmente distinto. Así es la resurrección: lo que se entierra es materia; se pudre o se incinera.  Lo que ya queda de eso material es nada. Y sin embargo al “germinar” aparece otro “cuerpo”…, pero espiritual.  Ahora Pablo se va al estilo rabínico y argumenta así: Primero fue creado Adán, de la tierra; por tanto, material y corruptible.  Vino Cristo, que es Vida.  Por tanto lo material es lo de abajo, pero lo espiritual lo que permanece. Lo material tiene un cuerpo con órganos, tendones, huesos… Lo espiritual, no. Y sin embargo Cristo es el que permanece y da vida a los que ya murieron.  Un CUERPO ESPIRITUAL.
             Nosotros, que somos materia, difícilmente podemos hacernos idea de lo que es un SER ESPIRITUAL. Claro que las personas de fe y de vida profunda de su espíritu, sí que lo comprenden y, puedo decir, hasta lo experimentan
             Y como hablamos de SEMILLAS destinadas a dar fruto, coincide muy oportunamente el Evangelio con la gran parábola, y tan significativa, del SEMBRADOR.  Precisamente la semilla que fa fruto bueno es la que se ha podrido antes en el surco.  Y dará un fruto. Los otros granos de la misma simiente que no hallaron terreno jugoso, o se pierden totalmente o intentan salir a flote pero ¡tanta materia como hay por medio! Le impiden  crecer y desarrollarse.  Y es que tenemos –donde menos lo esperamos cada uno- nuestros espacios duros, estériles, inútiles…  Nuestras mentiras terribles que resecan posibilidades de crecimiento en gozo y alegrías…  “Matorrales” de pasiones, envidias, celos, inmadurez, egoísmos…, que ni crecen ni dejan crecer.  Y la parábola de Jesús se hace como un espejo claro de cada persona.  Falta haría que pudiéramos adquirir un espejo nítido de los que ponen de frente a uno mismo, en vez de esos espejos de feria que tanto desfiguran la realidad que acaban ofreciendo imágenes grotescas de la persona.., unas en las que parecemos fideos…, otras que inflan tanto, que parece que vamos a reventar de tan gordos…  Y abundan más estos espejos ridículos, y siempre seremos más capaces de reírnos de la figura al natural de los otros que descubrir que eso grotesco que tenemos delante es el fruto de la semilla que no alcanzó en mí su natural desarrollo.
             Y Jesús explica a sus apóstoles que tiene que hablar en parábolas porque “la gente” es incapaz de escuchar y entender las cosas por derecho, y son como el enfermo de estómago que lo más sano le sienta mal.  A ver si las parábolas le ayudan a mirarse en ese espejo que presenta Jesús con su gran pedagogía.

1 comentario:

  1. Ana Ciudad12:58 p. m.

    Después de referirse a las circunstancias que hazen ineficaz la semilla,Jesús habla de la tierra buena.No da lugar asì al desaliento sino que abre camino a la esperanza,y muestra que todos podemos convertirnos en tierra buena.Pero sin oración ,"nada".No existe un camino hacia Dios que no pase por la oración y el sacrificio.
    Sé valiente.No nos neguemos a cortar todo lo que,aunque sea levemente, cause dolor a Quien tanto nos ama.

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