sábado, 19 de octubre de 2019

19 octubre: Estar de parte de Dios


LITURGIA
                      Novedades no nos ofrece la lectura de Romanos (4, 13.16-18. Pablo persiste en el argumento de la gracia que salva por puro regalo de Dios, frente a la Ley que no justifica a nadie. Si acaso lo novedoso de esta lectura es que esa gracia de salvación gratuita llega a los gentiles –a los romanos- desde el mismo canal que les llega al pueblo de Israel: es por medio de Abrahán, que no sólo recibió la promesa para ese pueblo sino que en él serían benditas todas las gentes de la tierra: Te hago padre de muchos pueblos. La fe de Abrahán se apoyó en Dios y creyó contra toda esperanza que llegaría a ser padre de muchas naciones, según lo que le había dicho: “Así será tu descendencia”.
          Ese mismo argumento nos llega a nosotros, que somos “gentiles” (=no judíos), a quienes la fe de Abrahán sigue siendo un modelo, y un vehículo de la bendición de Dios sobre los otros pueblos (las “naciones”) de la descendencia del santo Patriarca.

          En el evangelio (Lc.12,8-12) encontramos una frase que nos es familiar en esas “cadenas” que nos llegan por el correo electrónico o los mensajes de whatsaap: Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de Dios.
          Como es fácil colegir, en los mensajes citados hay una incitación a crear esas cadenas de oraciones. Pero son falsas y muchas veces son tramposas porque lo que pretenden es cogernos nuestras direcciones y las de los destinatarios que nosotros elegimos. La postura sensata es no dar cauce a esas “cadenas” y que mueran en nuestro móvil. Y no temamos la otra parte del discurso de Jesús, porque no va por ahí la palabra del Señor. Jesús dijo: Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegará el Hijo del hombre ante los ángeles de Dios. La Palabra de Jesús es mucho más seria que para esas amenazas que nos llegan al móvil.
          Jesucristo habla del testimonio de la fe. De las obras según el evangelio. De todo lo serio que es el mensaje de Dios. De la vida que tenemos que vivir según los principios que él mismo dictó en su predicación. Ahí es donde tenemos que tomar conciencia de “ponernos de parte del Hijo del hombre”.
          Volvemos a encontrarnos con esa distinción –al parecer extraña- que hace Jesús: Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Que traducido a nuestro lenguaje significa: Todo pecado tiene perdón cuando hay arrepentimiento y propósito de mejora. El pecado que no tiene perdón es aquel del que el pecador no se arrepiente. A eso le llama Jesús “blasfemia contra el Espíritu Santo” porque es una negación de la gracia de Dios que siempre impulsa a volverse atrás del pecado cometido.
          Posiblemente estamos en una situación de blasfemia contra el Espíritu Santo en esta realidad que estamos viendo a nuestro alrededor, donde no sólo se peca sino que no se toma conciencia de la situación y se vive de cualquier manera, al margen de Dios y prescindiendo de Dios. Se ha cortado el “punto de referencia”, pues “pecado” sólo puede conocerse por relación con Dios. Por eso las religiones cristiana, judía y musulmana son las únicas que admiten una realidad de pecado. Las otras religiones, ni se lo plantean porque no guardan relación de referencia hacia Dios.
          Concluye la lectura con una aplicación a la Gracia del Espíritu Santo: Cuando os conduzcan a las sinagogas (a juicio) ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis por lo que habéis de decir, o de cómo os vais a defender. Porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir. El Espíritu Santo como Alguien que está ahí en el creyente que vive en gracia de Dios, y que actúa iluminando la respuesta que haya que dar.
          Muchas personas se quedan mudas ante los que atacan la fe o sencillamente pasan de ella. Tienen la impresión de que no saben qué decir. Y no cuentan con esta palabra de Jesús que dice que no se achiquen, y que cada uno diga la respuesta que se le viene al alma en esos momentos. Porque detrás de las carencias de formación que se pueden tener, la vida de la fe y de la gracia suple en la persona convencida de su fe. Ya dirá palabras salidas del alma. Y aunque nos las rechacen, aunque parezcan rebotar en la otra persona, nunca sabemos el impacto interior que esa respuesta sencilla puede causar en el fondo de la otra persona. Así lo ha enseñado Jesús. Algo será…

1 comentario:

  1. Muchas gracias por sus comentarios que nos aclaran y confirman nuestra vida cristiana.Su exégesis es brillante, y concreta.Dios le de salud y que su misericordia llegue a tantos corazones de familiares y amigos por los que rezamos cada día para que se conviertan(casi todos bautizados) y vuelvan a la casa del Padre.

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