domingo, 30 de septiembre de 2018

30 septiembre: No escandalizar


Liturgia:
                      Tanto en la 1ª lectura como en el evangelio encontramos a discípulos celosos que pretenden que las obras buenas sean cerradas al grupo, y que nadie pueda hacerlas si no pertenece al grupo. En Num.11,25-29 han recibido el espíritu de Moisés los setenta ancianos, que empezaron a profetizar inmediatamente. Había dos que no habían estado presentes y que sin embargo también profetizaron. Josué siente celos y le pide a Moisés que se lo prohíba. Moisés, con una visión mucho más ancha, le pregunta si está celoso… Y entonces Moisés exclama: ¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y recibiera el espíritu del Señor! Moisés buscaba la gloria de Dios y no el privilegio de pertenecer o no pertenecer al grupo.

          En el evangelio (Mc.9,3742.44.46-47) tenemos otro caso parecido. Juan se ha encontrado con uno que no era apóstol que estaba echando demonios en el nombre de Jesús. Y Juan se lo quiere impedir porque no es del grupo. Otra vez la cerrazón sobre el grupo, como si sólo el grupo pudiera recibir la gracia de Dios.
          Jesús lo corrige y le dice que no lo impida, porque uno que actúa en nombre de Jesús no va a ponerse luego en contra de Jesús. Uno que no está contra nosotros, está a favor nuestro.
          Y siguen una serie de afirmaciones que constituyen doctrina que da Jesús a sus apóstoles: el que os dé de beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no quedará sin recompensa. Y por lo mismo si sois vosotros los que dais ese vaso de agua por amor a mí y por amor a la persona que está sedienta: no quedará sin recompensa. Un vaso de agua es algo material, y sin embargo tiene valor. ¡No digamos lo que es dar compañía a uno que esta solitario, atender a quien nos necesita, mostrar benevolencia y acogida a un prójimo más desamparado! Un vaso de agua no queda sin recompensa; una palabra oportuna es mucho más que un vaso de agua.
          Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le encajasen en el cuello una rueda de molino y lo echasen al mar. El escándalo no es sólo inducir a pecado. Puede ser escándalo no dar ese vaso de agua, o no dedicar un rato a un enfermo… Y Jesús, que gusta de poner las cosas en el extremo, expresa que el escándalo de otros es peor que la misma muerte propia.
          Y sigue una secuencia de enorme valor y muy aplicable a los momentos actuales. El ambiente que estamos viviendo está enfermizamente materializado. Parece que del sexo y del dinero se ha hecho el “dios” al que hay que satisfacer a toda costa. Y personas, por otra parte probas y ejemplares, se han metido en ese túnel del que no saben ya salir.
          Jesús no se anda con paños calientes. Si tu pie o tu mano o tu ojo te son ocasión de pecado, córtatelos, arráncatelo…, que más te vale entrar manco, cojo o tuerto en el cielo, que con los dos pies, las dos manos y los dos ojos ser arrojado fuera, allí donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
          No pretende Jesús dejar cojos, mancos y ciegos…, sino advierte la necesidad de soluciones drásticas en donde son necesarias. ¡Y hoy día hay que planteárselo con mucha sinceridad, porque el ambiente arrastra malamente!

          Santiago (5,1-6) ha centrado el tema en los ricos, y en esos ricos que se enriquecen a costa de los mismos pobres. Y advierte el apóstol que los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor. Es el escándalo de los necesitados frente a los poderosos, cuando los poderosos se enriquecen a costa del jornal injusto que pagan a los pobres.

          Un domingo nuevo nos pone de cara a la EUCARISTÍA para plantearnos ante ella nuestra sinceridad de conciencia. Para tener el corazón grande y aceptar también a los que no piensan como nosotros. Para saber poner soluciones a nuestras debilidades y vicios, con la fuerza de Jesús que viene a nosotros. Para que evitemos todo aquello que puede dar mal ejemplo y en el fondo escandaliza. [Bajar a las realidades concretas es obra de la conciencia de cada cual, pero con la osadía santa de afrontar las propias situaciones para ponerles remedio eficaz].




          Danos, Señor, un corazón grande para vivir de acuerdo a tu  santa voluntad.

-          Para que tengamos actitud de acogida a quienes piensan distinto de nosotros. Roguemos al Señor.

-          Para que se cuide al máximo el respeto a la conciencia ajena y no se le escandalice. Roguemos al Señor.

-          Para saber dar solución cierta a las tendencias pecaminosas que ponen en peligro la Gracia de Dios. Roguemos al Señor.

-          Para que se viva con verdadera exigencia la participación en la Eucaristía. Roguemos al Señor.


Dios de misericordia: concédenos la fuerza de voluntad que necesitamos para ser fieles a tus enseñanzas y deseos.
          Por Jesucristo N.S.

1 comentario:

  1. FUERA DE LA IGLESIA CATÓLICA NO HAY SALVACIÓN...El Concilio Vaticano II dice al respecto: ‘El santo Concilio, basado en la Sagrada Escritura y en la Tradición, enseña que esta Iglesia peregrina es necesaria para la salvación’ (LG, 14)”. El Catecismo de la Iglesia Católica (#774-776), siguiendo la enseñanza milenaria de la Iglesia y citando al Concilio Vaticano II, nos recuerda que la Iglesia Católica es “instrumento de salvación universal” (LG 9). Y añade el Catecismo en su resumen de este tema: “La Iglesia es, en este mundo, el sacramento de la salvación, el signo y el instrumento de la comunión con Dios y entre los hombres” (Catecismo de la Iglesia Católica #780).
    El catecismo explica también en que casos una persona que no pertenece a la Iglesia se podría salvar. Pero en ningún caso se puede poner en duda la doctrina de la Iglesia, como ha hecho en su comentario al Evangelio de hoy.
    Al respecto del Evangelio de hoy: cuando Jesús dice: "Si no está contra nosotros está con nosotros", no se está refiriendo a que personas de cualquier religión o incluso ateos son esos que "están con nosotros aunque no van con nosotros". Tampoco es aplicable a la política, o a situaciones de la vida ordinaria donde las gentes andan enfrentadas unas con otras. No.
    El Evangelio simplemente narra acerca de una personas que expulsaba demonios pero no iban con el grupo de Jesús. Pero tenían relación con Jesús, porque no hablaba mal de el y actuaba en su nombre. Es decir, era cristiano.

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