viernes, 10 de junio de 2016

ZENIT 10: DE PIE Y EN SILENCIO

El papa Francisco ha asegurado que la vida del cristiano se puede resumir en tres actitudes: estar “de pie” para acoger a Dios, en paciente “silencio” para escuchar la voz, “en salida” para anunciarlo a otros. Así lo ha indicado en la homilía de este viernes en la misa celebrada en Santa Marta.
Además, ha advertido de que puedes ser un pecador arrepentido que ha decidido comenzar de nuevo con Dios o también un pre elegido que ha consagrado la vida a Él. En cualquier caso “te puede asaltar el miedo de no conseguirlo, puedes entrar en un estado de depresión cuando la fe se vuelve borrosa”. Así, el Papa ha evocado la situación del hijo pródigo, deprimido mientras mira hambriento a los cerdos, pero sobre todo se ha concentrado en el personaje de la liturgia del día, el profeta Elías.
Un “vencedor” que “ha luchado mucho por la fe”, ha derrotado a cientos de idólatras en el Monte Carmelo, ha recordado el Santo Padre. Y cuando está bajo un árbol esperando morir, Dios no le deja en ese estado de postración, sino que le envía un ángel con un imperativo: levántate, come, sal.
Al respecto, el papa Francisco ha indicado que “para encontrar a Dios es necesario volver a la situación en la cual el hombre estaba en el momento de la creación: de pie y en camino”. Así  es como nos ha creado Dios: a su altura, a su imagen y semejanza y en camino.
Salir, escuchar a Dios. “¿Cómo puedo encontrar al Señor para estar seguro de que es Él?”, se ha preguntado el Pontífice. El pasaje del Libro de los Reyes es elocuente. Así, el Santo Padre ha recordado que Elías es enviado por el ángel a salir de la cueva del Monte Horeb donde ha encontrado refugio para estar en la “presencia” de Dios.
Sin embargo, para inducirle a salir no sirve ni el viento “poderoso y fuerte” que divide las rocas, ni el terremoto que le sigue, y tampoco el fuego sucesivo, ha precisado Francisco.  Al respecto ha observado que tanto alboroto, tanta majestuosidad, tanto movimiento y el Señor no estaba allí. Y después del fuego, llega el susurro de una brisa ligera, “el hilo de un silencio sonoro”. Allí estaba el Señor, ha asegurado Francisco. “Para encontrar al Señor, es necesario entrar en nosotros mismos y escuchar ese ‘hilo de un silencio sonoro’ y Él que nos habla allí”, ha añadido.
A continuación, el Santo Padre ha observado que la tercera petición del ángel a Elías es: “sal”. En esta línea, ha especificado que el profeta es enviado a volver sobre sus pasos, hacia el desierto, porque le es confiado un encargo para cumplir. Así, ha subrayado el Papa, se toma el estímulo para “estar en camino, no cerrado, no dentro de nuestro egoísmo de nuestra comodidad” sino “valientes” en el “llevar a los otros el mensaje del Señor”, es decir de ir en “misión”.
El Santo Padre ha asegurado que “debemos siempre buscar al Señor” porque todos sabemos “cómo son los momentos difíciles”. Y aquí es el Señor el que “viene, nos restaura con el pan y con su fuerza y nos dice: ‘levántate y ve adelante’”.
Finalmente, el papa Francisco ha asegurado que para encontrar al Señor debemos estar así: en pie y en camino. Después, “esperar a que Él nos hable: corazón abierto”. Y Él nos dirá: ‘soy yo’ y allí la fe se hará fuerte. La fe –ha concluido– no es para mí, es para ir y darla a los otros, para ungir a los otros, para la misión. 

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