viernes, 24 de junio de 2016

24 junio: San Juan Bautista

Liturgia: SAN JUAN BAUTISTA. Solemnidad
          Celebramos el nacimiento de Juan, a diferencia de los Santos de los que se celebra su muerte. Tres nacimientos celebra la liturgia: el de Jesús, el de María y el de Juan, los tres que nacieron sin pecado. Jesús, porque no podía pecar porque es Dios. María, por su privilegio de concepción inmaculada, y Juan Bautista porque fue santificado (lleno de Espíritu Santo) en el seno de su madre. Ellos tres llegaban ya a la vida en amistad con Dios. Mientras que los santos llegaron a culminar su amistad con Dios a través de su vida y el triunfo de su muerte, que era lo único que ya les separaba de la posesión de Dios.
          La 1ª lectura de hoy (Is 49, 1-6) es una profecía que se aplica al Bautista por sus coincidencias con la realidad; estaba yo en el vientre y el Señor me llamó, en las entrañas maternas y pronunció mi nombre. En efecto, Juan es santificado en el vientre de su madre, y trae ya un nombre impuesto por Dios.
          El evangelio (Lc 1, 57-66. 80) nos describe la perplejidad de los parientes y conocidos cuando ellos llamaban “ben Zacarías” al niño recién nacido y que va a ser circuncidado (momento de la imposición del nombre), y su madre Isabel se planta y dice que su hijo se va a llamar JUAN. (Así lo anunció el ángel en el Templo a su padre Zacarías). Los parientes no la creen y se resisten y optan por preguntarle al padre cómo se va a llamar el niño. Y Zacarías toma una tablilla y escribe: no que “se va a llamar” sino que JUAN ES SU NOMBRE. No es que los padres eligen el nombre. El nombre viene ya dado y su nombre ES…
          Se maravillan las gentes y quedan sobrecogidas. Eran conscientes en aquella cultura que una cosa así revelaba una intervención de Dios. De ahí que entonces se preguntaran: Qué va a ser este niño. Pues estaban ante un hecho que se salía de lo corriente y de lo natural. Se encontraban, en efecto, con LO SOBRENATURAL. Y la pregunta de qué va a ser ese niño caía de su peso: Porque la mano de Dios estaba sobre él.
          San Pablo -2ª lectura: Hech 13, 22-26- empieza describiendo a David, antepasado de Cristo, el Mesías. Y a continuación nos presenta  a Juan, que –antes de que llegara el Mesías- predicó a todo Israel un bautismo de conversión, y cuando estaba para acabar su vida, decía: Viene detrás de mí uno a quien yo no soy digno de desatar la correa de sus sandalias –oficio de los esclavos y sirvientes de los señores-. El Bautista era consciente de su papel de anunciador-precursor de la venida de Jesús, y realizó su misión como tal. Y vivió lo que providencialmente tenía que vivir, y luego desaparece de la historia directa de Israel, a manos del sanguinario Herodes. Ya había llegado el Sol de Justicia, Cristo nuestro Dios, y Juan ha acabado su misión. Hecho que también lo hace grande porque hizo lo que tenía que hacer y desapareció cuando Jesús estuvo ya en la obra directa de la redención. Y declaró expresamente, cuando fue preguntado, que él no era el Mesías, y que él era sólo la voz que clama para preparar el camino al Señor. Jesús dijo de Juan que era el más grande de los hombres hasta entonces, aunque nos dejó abierta la puerta para que los que estamos ya en la era de la redención tengamos una importancia notable, mayor que el mismo Juan Bautista.
         
          En el rango litúrgico no sólo es SOLEMNIDAD (que es lo máximo que hay en liturgia) sino que tiene doble formulario de Misas, uno para la tarde previa a la fiesta y otro para la fiesta del día 24. Quiere decir que la figura del Bautista no se glosa suficientemente de una tacada, y que por eso se desdobla en dos partes.

          Y aparte, en agosto tendrá otra fiesta para celebrar su martirio, de modo que no se pase de largo que dio su vida por su fidelidad a la verdad.

2 comentarios:

  1. Ana Ciudad9:25 a. m.

    CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Continuación)

    El SANTO ROSARIO.

    "Si buscas a Dios y no sabes cómo empezar, aprende y tómate la molestia de orar todos los días"(Beata Teresa de Calcuta)

    MISTERIOS LUMINOSOS (jueves)

    1.El Bautismo de Jesús en e Jordán.
    2.La autorevelación de Jesús en las bodas de Caná.
    3.El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.
    4.La Transfiguración.
    5. la Institución de la Eucaristía.

    MISTERIOS DOLOROSOS.(martes y viernes)

    1.la Oración de Jesús en el huerto.
    2.La flagelación del Señor.
    3.La coronación de espinas.
    4.Jesús con la Cruz a cuestas camini del Calvario.
    5.La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.

    MISTERIOS GLORIOSOS (miércoles y domingo).

    1. La Resurreción del Hijo de Dios.
    2. La Ascensión del Señor a los cielos.
    3.La venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles.
    4.La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
    5.La Coronación de la Santísima Virgen con Reina de cielo y tierra.

    Nos dice "San Juan Pablo II: El rosario es mi oración predilecta.¡Plegaria maravillosa!. Maravillosa en su sencillez y en su profundidad.En esta plegaria repetimos muchas veces las palabras que la Virgen María oyó del Arcángel y de su prima Isabel. Palabras a las que se asocia la Iglesia. Con el trasfondo de las Avemarás pasan ante los ojos del alma los episodios principales de la vida de Jesucristo. Al mismo tiempo nuestro corazón puede incluir en estas decenas del Rosario todos los hechos que entraman la vida del individui,la familia, la nación, la iglesia y la humanidad. Experiencias personales o del prójimo, sobre todo las personas más cercanas o que llevamos más en el corazón, De este modo la sencilla plegaria del Rosario sintoniza con el ritmo de la vida humana.

    Continuará

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  2. Junto a Jesús y María, San Juan Bautista es la única persona de quién la Liturgia celebra el nacimiento; y es que los tres vinieron al mundo para una Misión muy precisa.

    Juan Bautista llamado el Precursor, vino a preparar al Pueblo de Dios para recibir al Mesías Salvador. El padre de Juan, el anciano Zacarías, era un incrédulo; le costó creer el milagro de la encarnación de su hijo; María, en cambio se ha mostrado plenamente abierta y disponible a la gran novedad que supuso la Obra de Dios en ella.

    El verano es una buena ocasión para ir al encuentro del Padre para recordar con Él el proyecto de salvación para todos los hombres, para cada uno de nosotros; Él es nuestro Creador. A todos nos creó para algo... ¿Cumplo yo mi misión según tu plan divino?

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