sábado, 2 de febrero de 2013

Varias celebraciones


2 de febrero
          Una fecha con varias referencias de patronazgo.  Como fiesta litúrgica es LA PRESSENTACIÓN DEL SEÑOR, aunque para lo popular es “la purificación de María”.  Lo que pasa es que no hay ninguna “celebración” de purificaciones en las descripciones bíblicas, porque la tal “purificación” de la mujer era simplemente cumplir su cuarentena desde el día del parto. [Aquí son 40 días después del 25 de diciembre]. Lo que sí estaba prescrito y con un ritual muy concreto era la presentación de los primogénitos varones en el Templo de Jerusalén.  Y maría y José llevaron al Niño al Templo para cumplir todas las prescripciones de la Ley. Serán dos lecturas de hoy: la una, lo prescrito. El Evangelio, la realización por esta familia que ha tenido su primer hijo y varón.
             En el transcurso de llegada y salida aparecen dos personajes ya mayores, e incluso ancianos.  Simeón, que había pedido a Dios no morir antes de ver al Mesías. Y hoy va al Templo como todos los días y tiene la revelación profética de que este niño es precisamente el que él tanto deseaba.  Ahora puedo morir en paz porque mi ojos han visto a tu Salvador, LUZ que ilumina a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.
             A la otra parte está la anciana Ana, Viuda ya hacía 84 años, y que dedicó su vida al Templo, y hablaba de aquel Niño con toda alegría.

             La fiesta litúrgica se celebraba (y se va volviendo a recuperar su celebración más solemne) con una procesión desde una Capilla o iglesia menor hasta la Basílica, yendo todos con CANDELAS en las manos, rememorando el anuncio de Simeón.  Es un lucernario en la forma de expresase la Iglesia.
             Derivó el término “Candelaria” hacia la Virgen, de manera que se le hace ya protagonista y se le llama La Candelaria.  Pero en realidad todo el rito de la LUZ es algo que abarca desde el mismo día de Navidad (Misa de Nochebuena), a Epifanía (la estrella), para desembocar en esta fiesta candelaria de luces encendidas en recuerdo de Cristo, LUZ DE LAS NACIONES, y cuya explosión solemnísima tendrá lugar en el otro lucernario de la Vigilia Pascual, con el encendido del Cirio y su propagación por las naves del Templo.

             La presencia de aquella venerable viuda ha sido vista por las VIUDAS CRISTIANAS como fiesta de patronazgo, que permanece celebrándose, aunque hoy el número de “verdaderas viudas” (como llaman los escritos del Nuevo Testamento), ha disminuido notoriamente, por razones que son obvias en una sociedad tan distinta como la actual.
Simeón y Ana, ancianos, viene también a ofrecer cobertura patronal al movimiento laico cristiano de VIDA ASCENDENTE, que engloba a los jubilados de ambos sexos, que tienen su formación permanente, su sentido cristiano, y ofrece también la ocasión de encuentros que son tan positivos en personas que se encuentran muchas veces más solas, o con menos vida social, para desenvolver cualidades que evidentemente conservan.

Por su parte, LA VIDA CONSAGRADA ha encontrado en la PRESENTACIÓN Y OFRECIMIENTO DEL NIÑO EN EL TEMPLO una ocasión para sentirse directamente abarcados por este fiesta.

Día, pues, lleno de celebraciones festivas, que dan salsa a realidades de la vida que ya llevan de por sí su dificultad, pero a las que se busca plantar al mal tiempo buena cara.  Porque ante la crisis y todo lo demás que está cayendo, lo que necesitamos es tener válvula de escape.  Que hasta en los matrimonios irían las cosas de otra manera si supiera ser celebrativos y darle esa “sal y pimienta” a la monotonía de la vida. Es que el mundo se ha materializado de tal modo que parece que no queda tiempo para celebrar.  O si se “celebra”, tiene que ser gastando y saliendo de casa, en vez de darle al propio hogar esa gracia peculiar que encierra el saber encontrar aires de fiesta dentro de la realidad familiar y de hogar.  Pero si a los niños hay que montarle fiestas llamativas para un cumpleaños, y generalmente en lugares ya preparados para ello, su casa se convierte en el tormento de obligaciones, mandatos o gritos, pero no en una mesa sencilla donde la familia (y algún amiguito cualificado) van a tomarse esas patatas fritas que saben a gloria porque se toman en el buen ambiente distendido de la propia familia.  La “sociedad” acaba engullendo y todos hacemos esa sociedad mucho peor porque hemos cedido y somos engullidos.  Y cuando los hijos despiertan, acaban no encontrando más salida festiva que el botellón maldito, que acaba con tantos valores y costumbres de hogar. Aparte de los enormes vicios y enfermedades que genera. Pero “la sociedad…”

                ¿Y qué es la sociedad?  ¿Quién hace la sociedad?

2 comentarios:

  1. Ana Ciudad4:35 p. m.

    Contemplamos,en la fiesta de hoy a María en el cuarto misterio gozoso del Santo Rosario.María se somete a una ley de la que estaba exenta.Nos miramos a nosotros mismos y vemos tantas manchas,ingratitudes,omisiones en el amor a Dios...Nosotros necesitamos purificacción,para quitar tanta miseria de nuestra alma y de nuestro corazón y en la fiesta que celebramos pedimos a nuestra Madre que nos disponga para poder presentarlo a Dios a través de Ella.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo7:18 p. m.

    el ermitaño se dedica a la oracion y a estar fcon dios es una opcion y no es maldad

    ResponderEliminar

¡GRACIAS POR COMENTAR!