sábado, 16 de febrero de 2013

Escuela de Oración y Ejercicios Espirituales

Ayer, como TERCER VIERNES de mes, se tuvo la ESCUELA DE ORACIÓN con buena asistencia, ¡y eso que había gripes por ahí que impidieron a algunos la asistencia.
El desarrollo -que resultó original para muchos- fue un paralelismo entre el PROCESO DE UNOS EJERCICIOS profundos y la narración que hace San Lucas de LAS TENTACIONES DE JESÚS.
Porque unos Ejercicios Espirituales no son unos días piadosos, ni un tiempo de barniz espiritual, sino un espacio serio de DISCERNIMIENTO Y BÚSQUEDA.
Jesús había recibido una palabra en el Jordán que lo señalaba Mesías, Hijo de Dios.
Y Jesús se retiró a "hacer ejercicios", con toda la profundidad de tiempo amplio, de búsqueda, de ver qué había bajo aquella voz que había escuchado.  Las "tentaciones" no son sino el proceso de duda y de resolución al que se enfrenta en la honradez de quien busca ante todo hallar la voluntad de Dios.
Queda claro que no puede ser convertir la piedras en panes, porque eso sería una pequeñez de espíritu que pretende que Dios resuelva, en vez de ser Él mismo quien enfrente su situación.
Resuelto que lo que alimenta es cumplir todo lo que sale de la boca de Dios, hay un segunda paso a discernir, y que crea una profunda cuestión en Jesús. ¿Puede salir al mundo, a pecho descubierto, afirmando sin más: Yo soy el Mesías?  ¿Quién lo iba a creer?  ¡Habían proliferado los iluminados "mesías" de tal manera que Jesús llega a plantearse la necesidad de una aparición solemne, llamativa, ostentosa... Ese lanzarse desde el alero del Templo, y que se cumpla la promesa de Dios que envía a sus ángeles para que su pie no tropiece en la piedras...
Pero horas de oración silenciosa, maduración profunda de la idea, le hacen ver que eso es un medio extraordinario que en realidad le faltaría el respeto a Dios, obligándolo a hacer un milagro... Y eso sería "poner a Dios a prueba", pedirle una señal que Dios no ha prometido...  Y uno ejercicios bien hechos encuentran en el sosiego de la oración que las cosas de Dios son más serias..., y hasta más normales.  Y que Jesús no pone a prueba a Dios, porque eso del lanzamiento desde el alero del Templo sería una temeridad. Eso no puede venir del Espíritu de Dios.  Segundo aspecto resuelto.  [Que no está de más caer en la cuenta de que Jesús pasó realmente en su vida por ese momento..., pero mucho más prosaico: estaba Jesús en la cruz, en sus últimos momentos.  La tentación viene de la gente que le hace un reto terrible: Si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz, y creeremos en ti.  ¡Que tentación más terrible!  ¡Es que podría bajar y dejarlos a todos boquiabiertos..., y no tendrían más remedio que creer!  ¿Y no había venid Jesús a eso?  Sería un debatirse entre el sí y el no...  Y Jesús miró hacia el Cielo. Buscó el Corazón de Dios.  Comprendió que Él había venido a redimir, y que la redención se realizaba en la obediencia hasta la muerte de Cruz... Y Jesús renunció a "su oportunidad"..., pero realizó la voluntad de Dios]
Y queda lo más duro y terrible: ¿para qué me va a servir todo eso, si vivo en un mundo donde dominan otras fuerzas?  ¿Cabría la oportunidad de "la mitad para ti, mitad para mí?  Es la tentación tan fácil que padecemos siempre nosotros, que creemos que rebajando el tono..., que la Iglesia -aviniéndose a la "tra realidad" que reclama una sociedad tan alejada- podría ceder y abrir la mano...  "Que todo te lo doy si te postras ante mí y me adoras" (dice el mundo de hoy).  ¿Sería el camino?, pudo pasársele por la imaginación a Jesús en aquella hora casi final de sus ejercicios...   ¿No iba a ser el propio Simón, al que el Padre le había revelado..., quien pretendiera un segundo después apartar a Jesús de la cruz?  ¿Tan extraña nos parece la "tentación" que sufrimos los católicos, que pensamos que la Iglesia debería cambiar y facilitar...?  Pues Jesús dio el patadón en el suelo y, con la fuerza del Espíritu, respondió -en el monte y a Simón- : APÁRTATE DE MÍ, SATANÁS...  Apártate de mí todo ese mundo obscuro que pretende un bien a cosa de una infidelidad. A eso van unos Ejercicios bien hechos.  Que sea Dios quien es servido..., quien envía a sus ángeles para dar esa señal profunda de su Presencia, que es LA PAZ.
Aunque a sabiendas que la tentación de la mediocridad no se acaba en 40 días, y que tendremos que estar renovando siempre, y viviendo siempre una profunda honradez de nuestras posturas profundas ante Dios.

2 comentarios:

  1. Anónimo6:36 p. m.

    Hace falta la CONVERSION tan cacareada y tan lejos de ser real.
    En nuestra vida estamos buscando el pasteleo, la mitad para ti y la otra para mi.
    El aceptar el explendor en lugar de la pobreza, la "tolerancia" (que nos pide la sociedad: la Iglesia tiene que aceptar el divorcio, el aborto la homosexualidad) frente a la verdadera doctrina de Dios.
    Pueden ser éstas las tentaciones del mundo actual y cabe preguntarse ¿habría mas personas fieles a Cristo? - definitivamente NO criticar la intolerancia en éstos temas de la Iglesia es solo una justificación del ateismo de la sociedad actual.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo7:16 a. m.

    Gracias Padre por su admirable disponibilidad ofreciendo su tiempo
    para la evangelización atraves del glog.
    Su articulo siempre en su misma linea cargado de sentimiento
    de mucha Fe .
    Siempre sorprende ;como describe las tentaciones de Jesús
    en el desierto..son tan novedosos sus escritos.Es tan
    esperanzador lo que escribe,como nos va introduciendo
    en la escena..en todos los personajes ..en los sentimientos
    de Jesús..nos hace descubrir tantos matices..la personalidad de
    Jesús que usted conoce tan bien..pero lo escribe de una
    forma tan pedagógica ..tan poética..con una imaginación desbordante,
    con conclusiones que nos van guiando,iluminándonos para aplicarlas
    a la vida cotidiana.

    ResponderEliminar

¡GRACIAS POR COMENTAR!