lunes, 24 de diciembre de 2018

24 diciembre: A las puertas de la Nochebuena


LITURGIA
                      Se está preparando el terreno para el nacimiento de Dios en la tierra. Y lo primero que hace falta es que en el mundo esté establecida la paz. Por eso la lectura primera de 2Sam.7,1-5.8-11.16 nos trae el momento del reinado de David en que se han pacificado todas sus guerras, y el mundo judío vive en paz.
          Es el momento en que el rey puede pensar que él vive en palacio mientras que el arca de Dios está en una tienda de campaña, y le consulta al profeta Natán sobre si ha llegado el momento de construir un templo. El profeta asiente y le anima a construirlo.
          Pero esa noche el profeta recibe la comunicación de Dios: No es David quien construya el templo, ni lo importante está en el templo de piedra y madera que pueda construir el rey... Y dando un salto vertiginoso en la historia, se anuncia otra realidad mucho más grande, que llegará también cuando el mundo esté en paz, y Dios dé a David una dinastía que durará siempre en presencia de Dios y su trono durará por siempre. Es evidente que esas condiciones no se pueden cumplir en un hombre. ¡Se está anunciando la llegada de Jesús!, que es el templo de Dios en quien Dios habita, y cuyo reino no tendrá fin.

          El evangelio es el himno de gozo y alabanza que sale de los labios de Zacarías cuando ha vuelto a poder hablar, tras la imposición del nombre a Juan. Es el Benedictus, un himno glorioso que proclama la obra de Dios, y va desgranando la historia que se realiza en esa obra. Copiémosla y demos ocasión a rezar ese himno en nuestra exaltación espiritual de este momento ya previo al nacimiento del Hijo de Dios.
            «”Bendito sea el Señor, Dios de Israel”, porque ha visitado y “redimido a su pueblo”, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.
            Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la “misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza” y “el juramento que juró a nuestro padre Abrahán” para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.
            Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante “del Señor a preparar sus caminos”, anunciando a su pueblo la salvación por el perdón de sus pecados.
            Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz».

            Nos disponemos ya a cerrar el adviento y entrar en la liturgia de la Navidad, que se abrirá con una Misa de Vísperas y luego la Misa de Nochebuena. Dispongamos nuestro espíritu a gozar profundamente de esta rica liturgia que ya llama a la puerta.

            NOTA:
          La realidad de las exigencias de una inseguridad ciudadana, ha dejado prácticamente sin espacio a la “Misa de la Vigilia”, ya que suele adelantarse la “Misa de Nochebuena=Misa del Gallo” al final de la tarde, para hacer posible que los fieles participen de ella sin el riesgo de la medianoche.
          También es verdad que la vida social ha dado a la Cena de navidad un empaque exagerado, y que mucha gente ha de dedicar más tiempo del que haría falta para llegar a la medianoche con posibilidad de haber dejado la hora de ayuno eucarístico. La intromisión de Papá Noel, la entrega de regalos, y todo lo que lleva consigo esta nueva manera de enfocar ese momento, ha acabado por aconsejar pastoralmente la celebración temprana –a la caída de la tarde- de la Misa del gallo, dejando luego rienda suelta a los añadidos que poco tienen que ver ya con la celebración de la nochebuena desde un fondo verdaderamente imbuido por el espíritu cristiano.


        Deseamos a todos nuestros seguidores una verdadera celebración del misterio del nacimiento del Hijo de Dios en nuestro mundo.

2 comentarios:

  1. Pepe Aguilar1:08 p. m.

    Feliz Navidad a todas las personas de buena voluntad.

    ResponderEliminar
  2. Señor, que sea consciente de tu misericordia. Feliz Navidad a todos y un santo y feliz Año Nuevo

    ResponderEliminar

¡GRACIAS POR COMENTAR!