miércoles, 18 de abril de 2018

18 abril: Yo lo resucitaré


          No sería sincero conmigo mismo si no comunicara a mis seguidores en el blog, la celebración que vivo hoy en mi interior, al cumplirse los 58 años de mi ORDENACIÓN SACERDOTAL. Confieso que marca carácter en mi vida y que es el supremo bien que yo he recibido, supuesto el Bautismo que me abrió el camino para tan grande maravilla como la que hoy celebro. Ayudadme a dar gracias a Dios.

LITURGIA
          La muerte de Esteban no fue todo. Mientras unos hombres piadosos enterraban al mártir, la persecución se extendió y se hizo muy violenta contra la iglesia de Jerusalén. Todos, menos los apóstoles, se dispersaron por Judea y Samaria. Los apóstoles permanecen en sus puestos como el capitán del barco que no abandona su puesto mientras busca que se salven los otros. Saulo se ensañaba contra los creyentes, penetrando en las casas y apresando a hombres y mujeres
          Como la vida de la nueva religión estaba en las manos de Dios, y por tanto todo suceso era providencial, aquellos prófugos que huían de la persecución, iban sembrando sus creencias y su espíritu creyente por los lugares por donde iban. Y lo que era una desgracia se convierte en una expansión de la fe en Cristo y su Buena Noticia.
          Felipe bajó a Samaria y allí predicó a Cristo. El gentío escuchaba con aprobación y gusto porque a lo que enseñaba, añadía los signos que las gentes estaban viendo: la liberación de los que sufrían de malos espíritus, y los paralíticos y los lisiados que caminaban de nuevo. Todo aquello creaba alegría en la ciudad y como la alegría es un signo de Dios, encontraban a Dios en aquella actuación del apóstol.
          El problema del mal es un problema sin solución. Pero desde la fe, tiene sus luces que no son difíciles de comprender. Lo que la gente dice en su lenguaje popular: No hay mal que para bien no venga, tiene su traducción en esa realidad de que el mal lleva, en la otra cara, una luz. La persecución que sufre la iglesia de Jerusalén era un mal y estaba llevada por el espíritu del odio. Pero acabó siendo un camino de expansión de la fe en Cristo, y de la Buena Noticia que estaba encerrada en el evangelio.

          El evangelio del día se presta a pocas explicaciones porque es un texto seguido en la explicación de Jesús a las gentes que le escuchan aquella afirmación: Yo soy el Pan de vida. (Jn.6,44-52). Transcribo el texto y le voy haciendo algún añadido.
          En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis.
Ya indicaba ayer el parecido con el diálogo de la samaritana: allí decía Jesús que “el que beba del agua que yo le daré no volverá a tener sed”, expresión que aquí se repite al pie de la letra, además de afirmar que “el que viene a mí, no tendrá hambre”. Ni la samaritana entendió ni las gentes de ahora tampoco, porque Jesús les está hablando en un lenguaje distinto al concepto humano. Lo que se verá en la afirmación siguiente: Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.
Esta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día.
Queda claro que Jesús habla otro lenguaje y que a propósito del hambre o la sed, está refiriéndose a otra realidad de orden sobrenatural. Pero que va conduciendo a lo que quiere enseñar: que Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día».
Todavía no se ha producido la afirmación definitiva. Lo que dice, lo pueden creer o no, pero queda dentro del ámbito de la predicación. Y en ella está poniendo a las gentes ante la voluntad de Dios.
Cierto que la afirmación última debía caer extraña, porque está hablando de “mi Padre” del que él es “el Hijo”, y eso ya podía sonarles muy raro. Pero se ve que no captaban demasiado el discurso porque no reaccionaron. O sencillamente el evangelista va a lo que va y no le interesa ahora meter de por medio discusiones de las gentes. Lo que tiene que quedar para el conocimiento de los discípulos de Juan es que “Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día”.

3 comentarios:

  1. Pepe Aguilar6:55 p. m.

    Te doy mi felicitación y las gracias a Dios por haberte elegido para este ministerio, que Dios te conserve por muchos años a su servicio. Un abrazo

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  2. José Antonio8:01 p. m.

    Me uno a la felicitación. Que Dios nos siga regalando su ministerio sacerdotal.

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  3. Después del martirio de Esteban se organizó una gran persecución contra los cristianos y esto los obligó a que se dispersaran por otras regiones .La Providencia lo hizo así para llevar la semilla de la FE a otras partes; y los cristianos continuaron su predicación en vez de acobardarse. Cumplir la voluntad de Dios no fue fácil para Jesús que se vió tentado de muchas maneras a pesar de ser Hijo de Dios.Tampoco es fácil para nosotros.En usted mismo, Padre, tenemos un ejemplo:claro de cumplimiento de la voluntad de Dios: Cuando supo ver la Presencia de Dios, negándose a sí mismo, se dispuso a hacer lo que se le pedía. Me uno a las felicitaciones y a las Oraciones de Acción de Gracias a Dios por habérnoslo prodigado.Un abrazo en compañía de mi marido.MªJosé Bermúdez.

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