miércoles, 12 de octubre de 2016

12 octubre: La Virgen del Pilar

Liturgia. LA VIRGEN DEL PILAR
          A la fiesta de hoy le asignan dos primeras lecturas, a elegir; una es del Antiguo Testamento y otra es del nuevo. Hago reflexión sobre las dos.
          1Cro 15, 3-4. 15-16 nos pone delante el traslado solemne del Arca a la Tienda donde va a ser depositada, lo que se hace con gran solemnidad de los israelitas y de los ministros que se van a encargar del traslado. Llevada con toda solemnidad por los levitas, es finalmente colocada en el centro de la Tienda que David le había preparado. Y allí ofrecieron sacrificios y holocaustos en honor de Dios.
          La Virgen es Arca de la nueva alianza, como rezan las letanías (“foederis Arca”), y es puesta por Dios casi en el centro del nuevo templo de la Iglesia, como PILAR inconmovible al que se pueden llegar los fieles para tener una fuerza sobrenatural por la que acercarse a Jesucristo y al Padre, a quien ofrecer el nuevo Sacrificio de la Alianza nueva y eterna.

          Más directamente relacionada con María es la lectura de los Hechos (1, 12-14) en donde se presenta a María como centro que polariza la oración de los apóstoles, que esperan la promesa de Jesucristo, que dijo que siguieran en Jerusalén hasta que recibieran la fuerza de lo alto. Ahí en el centro, como ROCA que aglutina, como COLUMNA que sostiene, está María también en oración junto a la incipiente iglesia que espera su consolidación. Es una bella imagen para aplicarla a la fiesta del PILAR, asentado fuertemente para sostener la fe. Desde ese Pilar, venerado en ciudad de Zaragoza,  María vela por esa vida de fe de una nación y de una hispanidad de los pueblos de Iberoamérica.

          El evangelio (Lc 11, 27-28) encierra una lección de mucha envergadura: la fe no se vive simplemente proclamando a María dichosa y bienaventurada sino escuchando la palabra de Dios y poniéndola en práctica. Ni siquiera basta “escuchar la palabra de Dios”, con ser algo tan substancial en la vida de un cristiano. Adonde nos conduce la Virgen del Pilar es a una puesta en práctica, a un compromiso con esa práctica de la fe, que es indispensable para que sea verdadera. En unos tiempos en los que se difumina la fe bajo el señuelo del imposible (“creyentes no-practicantes”), el evangelio de hoy nos pone ante una verdad incuestionable: la fe es fe cuando se practica de acuerdo con la fe. Y no sólo cuando se es “buena persona” sino cuando se practica la vida esencial de la Iglesia que son los sacramentos, que son como la respiración de esa Iglesia. Sin ellos falta el oxígeno porque ellos son los instrumentos que nos hacen presente a Jesús en los momentos cruciales de nuestra vida.
          En otro momento nos dirá Jesús que no consiste en ir a él e invocarle: Señor, Señor, sino en poner en práctica la voluntad de Dios. Y toda la vida de Jesús es un paso constante de hacer lo que Dios quiere. “Poner en práctica”, “hacer”…, son la misma expresión de una sola realidad: que la fe tiene que ser activa, real, practicante. Y la práctica no la inventa cada cual a su manera y antojo sino acorde con la enseñanza de la Iglesia, que es el brazo prolongado de Jesucristo en el momento actual de la historia.
          Basta observar el declive de las costumbres, de los valores, de la práctica sacramental, que nos presenta el mundo de hoy, para comprender el deterioro de la humanidad. Ha perdido su punto de referencia –Dios, lo sobrenatural- y se ha quedado en lo meramente humano. Y ya se sabe adónde es capaz de llevar la humanidad deshumanizada: han perdido sentido la vida, la razón, la moral, el sentido de lo perenne, el respeto al otro, a los derechos ajenos, a la dignidad de la persona… Y así podríamos seguir descubriendo ese declive generalizado de la corrupción a todos los niveles, desde el personal al familiar, desde el social al político, desde el laboral al sindical… De ahí a la “cultura del pelotazo”, y a todo ese mundo del abuso en cualquier sentido; de ahí la agresividad aun en la niñez, o la alteración brutal del respeto a los mayores, de la desconsideración hacia los educadores, incluso por parte de los mismos padres de los alumnos.

          Nos hace mucha falta recuperar la fuerza del PILAR o Columna o la Roca firme…, que nos representa la fiesta de hoy, en honor de LA VIRGEN DEL PILAR.

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