Liturgia.-Misioneros de la misericordia
La primera lectura de hoy -Is
53,10-11- define la labor salvador del Mesías desde su sufrimiento. La
salvación que un día será realidad no se ha hecho por el camino del gozo. A causa de los trabajos de su alma…, salvará
a muchos, cargando él con los crímenes de ellos.
Y todo eso va a quedar cantado y repetido desde el
versículo dl Salmo (32): La misericordia
de Dios venga sobre nosotros, como lo esperamos de Él. Hemos tenido ante
nosotros al varón de dolores, el
Mesías que nos ha presentado Isaías, y en esa imagen estamos seguros de
alcanzar misericordia. Misericordia que vendrá
sobre nosotros, como esperamos de ti. No por nuestros méritos personales,
no como una paga que nos es debida, sino con la pura generosidad de Dios.
De ahí que la 2ª lectura nos invite a acercarnos al trono de la misericordia que nos auxilie oportunamente.
Misericordia que nos ha obtenido Jesucristo como Sacerdote eterno que ofreció
su vida por los pecados de la humanidad, y es capaz de compadecerse de cada uno
de nosotros, porque ha pasado por nuestros sufrimientos.
En el Evangelio –Mc 10, 35-45- aparecen dos concepciones de
la vida: Juan y Santiago van por el camino de medrar a costa de Jesús.
Pretenden puestos de influencia y honor. Jesús les sale al paso con un cambio
radical de panorama: el Mesías tiene que padecer. ¿Podéis beber el cáliz de mi
Pasión y ser bautizados con la sangre de mi cruz? Es la otra presentación. El
Mesías, padeciendo, entrará en su gloria. Y padeciendo nos estará mostrando la
culminación de su misericordia. Porque Jesús, Mesías, ha querido ser triturado
por el sufrimiento, pasando así por delante de lo que es el sufrimiento de una
humanidad, a la que quiere salvar, “levantar del estiércol” para llevarla a ese
trono de misericordia que es el Corazón de Dios. Y así, en fuerza de la vida y
obra de Jesús, estamos salvados.
Nosotros lo vemos todo esto “del lado de acá”. Nacimos en
un ambiente religioso y cristiano, fuimos educados en la fe cristiana, y nos
hemos desenvuelto generalmente en un ambiente cristiano. Podemos palpar la
misericordia.
Pero hay millones de personas que nacieron “en el lado de
allá”, que no han tenido las facilidades que nosotros para vivir nuestra fe.
Incluso nunca llegaron antes a haber conocido esta fe en la que nosotros
estamos. Para ellos nosotros tenemos que sentirnos misioneros de la misericordia,
personas que tenemos en nuestras manos una parte de esa experiencia misionera a
la que nos aboca nuestro Bautismo.
Hay miles de personas –seglares, Religiosos, sacerdotes-
que ya están allí para poner de manifiesto con su generosidad que hay una realidad
de misericordia. Unas veces, proclamándola con su palabra y acción directamente
misionera. Otras, sin poder hacer otra cosa que practicar la misericordia pero sin
pronunciar una palabra evangélica. Unos, predican y enseñan la fe. Otros ayudan
a los enfermos, a los niños, a las poblaciones desfavorecidas.
Pues bien: lo que el DOMUND busca es hacernos sentir misioneros que tenemos un papel directo
en la obra misional de la Iglesia Católica. Y como nosotros estamos “en el lado
de acá”, desde esta ribera participamos en la acción misionera con nuestra ayuda,
nuestra doble ayuda: el apoyo de la oración y hacer efectiva nuestra vocación
cristiana. Y nuestra aportación económica para que los “del lado de allá”
tengan los medios necesarios para hacer la labor directa en los lugares adonde
están.
Y cuando hoy nosotros nos acerquemos a Comulgar, en la tranquila
placidez de nuestras iglesias, pensaremos que miles de hermanos nuestros en la
fe estarán viviendo la misma Eucaristía pero no con las mismas facilidades. E
incluso con riesgos. Y sin tener acceso más que de vez en cuando. O que
nuestros misioneros sacerdotes tendrán que recorrer distancias impensables para
nosotros, por tal de llevar esa Eucaristía a sus puestos de misión.
Hace unos días comentaba uno que el DOMUND es sólo tema
material de “elementos” materiales para hacer posible la misión y que el dinero
que se recoge es sólo para salvar esas dificultades materiales. ¡Que lejos
estaba de entender el DOMUND con toda la carga interior que lleva de espíritu
evangélico y misionero, con los muchos sacrificios que comporta para mostrar a
una gran parte de las gentes LA MISERICORDIA DE DIOS QUE LLENA LA TIERRA! O se
entiende en el espíritu de la liturgia de hoy, o no se entiende nada.
ResponderEliminarInstados por la vocación misionera a la que nos impulsa nuestro Bautismo, pedimos que tu misericordia llene la tierra.
- Para que el Sínodo de la Familia abra sus brazos a la misericordia de Dios, Roguemos al Señor.
- Para que nosotros sintamos la vocación misionera desde nuestra situación concreta, Roguemos al Señor.
- Para que los misioneros –laicos, hombres y mujeres, sacerdotes y consagrados- puedan realizar su labor, Roguemos al Señor.
- Para que no busquemos estar a “la derecha o la izquierda de Jesús” sino a participar de su vida y de su camino de redención, Roguemos al Señor.
Mantengamos la confesión de la fe en nuestro Sumo sacerdote Jesús, y acerquémonos al trono de la Gracia para alcanzar misericordia.
Por el mismo Jesucristo N.S.
LA IGLESIA CATÓLICA ( continuación )
ResponderEliminarLa necesidad de la Iglesia no se limita a la guarda y custodia de los Sacramentos, Nadie puede querer los Sacramentos, si no los conoce antes. Y tampoco nadie puede creer en Cristo si antes no se le ha hablado de ÉL.
Para que la vida y muerte de Cristo no sean en vano,ha de existir una voz viva en el mundo que transmita las enseñanzas de Cristo a través de los siglos. Consecuentemente, Jesús fundó su Iglesia, no sólo para santificar a la humanidad por medio de los Sacramentos, sino y ante todo para "enseñar" a los hombres,las verdades que Jesucristo predicó,necesarias para la savación..Pero no nos basta con tener la gracia disponble en los Sacramentos ;no nos basta tener la verdad proclamada ; además necesitamos qué debemos hacer por Dios.Es conveniente tener un guía seguro que nos indique el camino que debemos seguir de acuerdo con la verdad que conocemos y las gracias que recibimos.
Si Cristo no hubiera fundado una Iglesia,incluso el nombre de Jesucristo nos sería hoy desconocido.
Dada la suma importancia que tiene el conocimiento de la Iglesia, para los que nos llamamos cristianos ,esta confesión de fe,se irá exponiendo en sucesivos comentarios.
ResponderEliminarTodo empezó porque Santiago y Juan querían servirse del Maestro para satisfacer sus intereses y sus ambiciones personales.Jesús, con mucha paciencia,les hizo entender cuál debe ser la actitud de sus seguidores frente a la actitud de los poderosos; y les propuso a los discípulos el servicio mutuo gratuito y atento a las necesidades de los otros. Es el estilo de vida que Jesús recomienda que se realice en la Iglesia. Al grupo de los primeros discípulos les costaba aceptarlo y vivirlo. Sobre todo, les costaba aceptar que Jesús y todos nosotros tengamos que "beber el cáliz" de nuestras limitaciones humanas, de nuestros sufrimientos, que tengamos que morir para conseguir la plenitud. Todos queremos estar cerca de Jesús, nuestro Modelo, al que queremos imitar porque pasó por la vida "haciendo el Bien"; entregándose con un amor totalmente generoso: lo único que nos rescata de nuestro egoísmo y poca fraternidad.
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