lunes, 1 de junio de 2015

ZENIT 1 junio: La cruz, victoria del amor

01 de junio de 2015 (ZENIT.org)
La victoria del amor de Dios por el hombre se manifiesta precisamente en el aparente “fracaso” de la Cruz de su Hijo. Demasiadas veces hemos dicho a Jesús “vete” al no reconocerle en un fracaso. El Papa ha comentado la parábola de los labradores asesinos del Evangelio del día, durante su homilía celebrada en Santa Marta.
La piedra descartada que se convierte en piedra angular. Un patíbulo escandaloso que parece el final de una historia llena de esperanza y sin embargo es el inicio de la salvación del mundo. Dios construye en la debilidad, pero si uno lee las páginas de la “historia de amor entre Dios y su pueblo parece ser una historia de fracasos”, ha observado el Papa.
Como sucede --ha precisado-- en la parábola de los labradores asesinos, que aparece como el “fracaso del sueño de Dios”. Tal y como ha explicado el Santo Padre, hay un hombre que construye una viña y están los labradores que matan a todos los que envía el señor. Pero es precisamente de esos muertos que todo toma vida. “Los profetas, los hombres de Dios que han hablado al pueblo, que no fueron escuchados, que fueron descartados, serán su gloria. El Hijo, el último enviado, que fue precisamente descartado por eso, juzgado, no escuchado y asesinado, se convirtió en piedra angular”, ha indicado Francisco. Asimismo ha subrayado que esta historia que comienza con un sueño de amor, y que parece ser una historia de amor, después parece terminar en una historia de fracasos, pero que termina con el gran don de Dios, que del descarte saca la salvación; de su Hijo descartado nos salva a todos”.
Por eso, el Papa ha observado que es aquí donde la lógica del fracaso “se cae”. Y Jesús lo recuerda a los jefes del pueblo, citando la Escritura: “La piedra que descartaron los constructores es ahora piedra angular. Esto lo ha hecho el Señor y es una maravilla a nuestros ojos”.
Así, Francisco ha observado que es bonito leer en la Biblia, también en los lamentos de Dios, el Padre que llora cuando su pueblo no sabe obedecer a Dios, porque se quieren convertir en dios.
“El camino de nuestra redención es un camino de muchos fracasos. También el último, el de la cruz, es un escándalo. Pero precisamente ahí vence el amor. Y esa historia que comienza con un sueño de amor y continúa con una historia de fracasos, termina en la victoria del amor: la cruz de Jesús. No debemos olvidar este camino, es un camino difícil”, ha explicado el Pontífice.
De este modo, Francisco ha asegurado que “si cada uno de nosotros hace un examen de conciencia, verá cuántas veces, cuántas veces ha expulsado a los profetas. Cuántas veces ha dicho a Jesús ‘vete’, cuántas veces ha querido salvarse a sí mismo, cuántas veces hemos pensado que nosotros éramos los justos”.
Finalmente, el Obispo de Roma en su homilía de este lunes, ha pedido no olvidar nunca que “el amor de Dios con su pueblo” se manifiesta en la muerte del Hijo en la cruz.

Nos hará bien --ha concluido-- hacer memoria de esta historia de amor que parece fracasada, pero al final vence. Es hacer memoria de la historia de nuestra vida, de esa semilla de amor que Dios ha sembrado en nosotros y cómo ha ido, y hacer lo mismo que ha hecho Jesús en nuestro nombre: se humilló.

1 comentario:

  1. Desde que la ruptura de relaciones entre Dios y el hombre se produjo, el hombre busca a tientas la manera de encontrar la Paz perdida...En San Lucas, Jesús es un Caballero muy rico que viaja a un país lejano por negocios y deja sus posesiones al cuidado de sus siervos para que negocien con ellas hasta que Él regrese. En San Juan, el mismo Cristo se despide con estas palabras:"Me voy a preparar un lugar para vosotros en la Casa de mi Padre; volveré porque quiero que donde Yo esté También estéis vosotros". Pablo en Romanos, regresa y lo pone todo bajo sus pies. El mismo Pablo en la primera deCorintios, habla de la venida del Señor para resucitar a los muertos; en la segunda de Corintios, San Pablo, nos cuenta cómo será nuestra habitación en el cielo. Colosenses 3-4 nos dice que cuando Cristo se manifestare, también nosotros, seremos manifestados con Él en la gloria. En 1ª de Tesalonicenses, Pablo , nos dice que esperemos al Hijo de Dios viniendo de los cielos. La segunda de Tesalonicenses nos ofrece un cuadro muy bonito de la venida del Señor rodeado de sus santos,Timoteo y Tito nos hablan de "esperanza bienaventurada"y nos promete que el Señor premiará a quienes esperen su venida. Santiago nos exhorta a esperar al Señor pacientes y haciendo el bien .y, San Pedro, dice que estemos preparados porque vendrá como "ladrón en la noche"

    Vivimos en un mundo trastornado en el que todo es muy confuso, guerras fractricidas; ¡se mata en nombre de Dios! Satanás es el gran impostor; les hace ver que todo es para bien y las cosas van tomando un cariz terrorífico. Dios es demasíado santo para aprobar la maldad. Dios es demasíado santo para admitir el contacto con el pecado. En la santidad de Dios encontramos la "justificación " de la muerte de Cristo. Ya que nuestro Dios es un Dios puro santo, honrado y justo, nos envió a su Hijo Unigénito para que los hombres pudieran tener acceso a Él.

    No podemos relajarnos pensando que como Dios es Amor, todo va a ser dulce alegre y bonito y que nadie va a ser castigado por sus pecados. La santidad de Dios exige que todo pecado sea castigado. Pero su amor proveyó al pecador con la Cruz de Jesús para que todo hombre reconozca que es pecador, se humille y se arrepienta y pueda salvarse.
    No pongamos en duda, nunca, el amor de Dios porque es tan grande e inmutable como su misericordia y, aunque nuestros pecados sean muy negros, Dios nos ama y nos espera en el Confesonario para perdonarnos. Siempre nos perdona y nos cubre de dignidad, si por desgracia la hubiéramos perdido separándonos de Él por el pecado.

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