jueves, 14 de diciembre de 2017

14 diciembre: El "plus" del Reino

Liturgia:
                      Con expresiones de ternura maternal, Dios se dirige a su pueblo: gusanito de Jacob, oruga de Israel: tu Redentor es el Santo de Israel. (Is.41,13-20). Son esos requiebros casi “absurdos” a la inteligencia, pero de los que entiende el corazón. Son esas palabras “tontas” con las que una madre se deshace en cariños con el hijito suyo. Y Dios las ha tomado para expresar su amor por su Pueblo, al que quiere llevar al triunfo: te hago trillo dentado que hará paja de los enemigos.
          La cuestión que puede levantarse es el desastre que sufrirán los enemigos. ¿Para ellos no hay amor de Dios? –Siempre que hablamos de “enemigos” tenemos de una parte la mentalidad judía (la que sigue teniendo el Israel actual), que es vengativa, cruel. No es ese el concepto que subyace en los relatos bíblicos en la palabra de Dios.
          El “enemigo” que entiende la palabra de Dios, y por tanto Dios mismo, es el MAL, el pecado, la injusticia. A ese “enemigo” es al que hay que destruir y convertirlo en paja trillada, picada.
          En la parte buena están los pobres e indigentes sedientos, a los que Dios les hará alumbrar manantiales, estanques en el páramo, y fuentes de agua en el yermo, hasta hacer brotar mirtos y acacias y olivos en el desierto. Dios no va a dejar que sus pobres pasen sed. Han de ver, conocer y reflexionar que la mano del Señor ha hecho ese prodigio salvador, el Santo de Israel lo ha creado.
          Una vez más el anuncio del Dios salvador ha de retumbar en los oídos y los corazones de aquel pueblo, frente a la maldad y el pecado que les oprime desde fuera y desde dentro. Todavía es más fácil defenderse del enemigo exterior. Pero el enemigo que se lleva dentro es mucho más peligroso. Ahí quiere acudir el corazón maternal de Dios para salvar a ese pueblo de dura cerviz, pero del que Dios no desespera, y quiere hacerlo reflexionar y conocer la mano del Señor.

          Reconozco que no veo hoy la conexión del evangelio (Mt.11,11-15) con el tema de la 1ª lectura. Me tengo que ir por otro camino, en cuanto que, a medida que vamos avanzando en el adviento, tiene que salir la figura de Juan Bautista, el que anuncia la venida de Jesús, al que ya señala con el dedo como muy próximo. ¿Y quién es ese Juan Bautista? ¿Cómo es?
          Jesús lo define en el texto que tenemos delante como el mayor de los nacidos de mujer (el mayor de los hombres). No ha nacido uno más grande que él. Así es hasta ese momento. Jesús aclarará que, sin embargo, el que ya ha nacido en el tiempo de Jesús, anunciador del Reino de Dios, es más grande que Juan Bautista. Juan Bautista está a caballo entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, y más en el adviento de esperanza. Pero el que pertenece de lleno al Nuevo Testamento y ya ha realizado el paso de la espera a la realidad, es mayor que el Bautista.
          Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los cielos hace fuerza y los esforzados se apoderan de él. Es esa nueva etapa del Nuevo Testamento que se ha inaugurado con la llegada de Jesucristo. Ese Reino que Cristo trae hace fuerza…, se abre paso… No es una carrera triunfal; requiere lucha. Por eso son los esforzados  los que entran en ese reino.
          Muchas veces me he encontrado con gentes que objetan que el evangelio no es fácil. Llevan toda la razón. El Reino no se ha hecho para los comodones, los que pretenden un “evangelio de dulzuras”, para los que viven del mínimo esfuerzo, para los que quieren una vida fácil. Afrontar el Reino está pidiendo ser de la casta de los esforzados…, de los que tienen que ir dejándose un poco la piel en el recorrido del día a día.

          De ahí que no se puede vivir un adviento sin lucha, sin trabajo. Hay que ir a la búsqueda del “más”, de no quedarse a gusto con haber llegado “hasta aquí”. Siempre es posible un punto nuevo, un detalle nuevo, un peldaño nuevo en esta subida hacia la voluntad de Dios. Y Dios quiere que entremos por la puerta estrecha, que tomemos la cruz de cada día, que estemos más dispuestos a servir que a ser servidos, a que amemos menos “lo propio”, para darle lo más a Jesús y al Padre. Así reza el mensaje de Jesús a través del evangelio. Y no son palabras ni exageraciones de Jesús: es camino por el que es posible caminar…, ¡por el que hemos de caminar! para que vivamos la realidad del Reino que ya ha llegado. Buscando mis amores, iré por valles y riberas. Ni cogeré las flores, ni temeré las fieras. Y pasaré los fuertes y fronteras. (San Juan de la Cruz)

1 comentario:

  1. San Juan el Bautista es un personaje de gran talla, él es el precursor del Mesías...Los iconos nos lo ofrecen con un pie apoyado en el rio Jordán y el otro en la orilla. Sabe que está a punto de acabarse un periodo muy importante para dar paso a otro,todavia más importante, un tiempo que ya está anunciado por los profetas en el que se cumplirán todas las promesas. Juan sabe que su misión está a punto de terminar,que ahora vendrá un sucesor, muchísimo más importante que él pero no se siente incómodo, lo recibe con mucho amor y respeto.. Deja que algunos de sus discípulos sigan al Maestro y sabe desaparecer a tiempo.

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