domingo, 9 de abril de 2017

9 abril: Domingo de Ramos

Liturgia del DOMINGO DE RAMOS - A
          La liturgia completa del DOMINGO DE RAMOS viene a ser una presentación del misterio de Cristo “en orden inverso”. Porque el comienzo de esta liturgia es el triunfo con que Jesús se presenta entre cantos de alegría y gozo, que proclaman ante el pueblo que JESÚS ES EL MESÍAS, el enviado de Dios, el Hijo d David. Por decirlo así ha puesto primero ante los ojos al Cristo victorioso, al que si las gentes enmudecieran, hablarían las piedras y cantarían los niños de pecho. Es la idea que quiere dejar clara toda esa parte inicial con la procesión, los ramos y los cánticos con la que se inicia la celebración. Cristo no es un fracasado al que van a matar las autoridades, sino un vencedor que viene en nombre de Dios. (Mt 21,1-11).
          Pero una vez que ese aspecto quede patente, la alegría se repliega sobre sí misma y las lecturas de la Misa nos presentan la Pasión, expresada desde diversas imágenes:
Is 50,4-7 para presentarnos al varón de dolores, que ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que mesaban mi barba. [Obsérvese que este detalle que nosotros damos por incluido en la Pasión, en realidad es una descripción de Isaías]. No oculté el rostro a insultos y salivazos. Y tras todo ese conjunto de vejaciones, que anuncia el profeta, hay una conclusión: sé que no quedaré avergonzado. Apunta nuevamente el triunfo. Y es que no se puede concebir la Pasión de Jesús como un fracaso de su vida, pues siempre sale el rasgo de la victoria.
Lo mismo ocurre en esa maravilla teológica que construyó Pablo en su carta a los fieles de Filipos (2,6-11) con sus afirmaciones rasgantes en que nos presenta a Cristo que, a pesar de su condición divina [sigue siendo Dios en medio de todo lo que viene a continuación], no hizo alarde de su categoría de Dios. [No se parapeta y se resguarda en esa divinidad para decir poco más o menos “ahí me las den todas”. No jugó con nosotros haciendo como que sufría, pero en realidad protegido por su coraza divina… No, nada de eso]. Sino que se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo [algo inaudito que sólo puede realizar el poder de Dios: tomar la condición de hombre, de esclavo], pasando por uno de tantos [como un hombre como todos los hombres], y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse a la muerte, y  una muerte de cruz. Lo que significa que se abaja y “se vacía” hasta más bajo que cualquier hombre, porque la muerte de cruz era el modo más humillante que podía dársele a un malhechor.
Y cuando ha llegado a este punto de estar por los suelos, se yergue Dios y por eso Dios lo levantó y le concedió el Nombre-sobre-todo-Nombre, de modo que al nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: JESUCRISTO ES SEÑOR, para gloria de Dios Padre. Realmente estamos ante ese misterio inefable del Cristo abajado y ensalzado, sufriente y glorioso, Hombre y Dios. Son estos los misterios inseparables que celebramos y que se viven por el cristiano en este día y en todo el misterio pascual.
El desemboque final de la liturgia en la PASIÓN SEGÚN SAN MATEO (26,14 a 27.66) es ya el desglose de las lecturas anteriores para ponernos delante de los ojos la realidad que vivimos en la auténtica Semana Santa, de la que la otra semana santa de la calle en tanto tendrá un valor cuanto que lleve y conduzca al conocimiento y profundización de este misterio de dolor que encierra tantas pasiones, tantos odios, tantas cobardías.
Y cuanto “leamos” la Pasión con el alma y no con los ojos; ni siquiera con la “emoción” ante el sufrimiento de un inocente, sino metidos dentro del propio Corazón de Dios y de Cristo que nos pone delante lo que Jesucristo ha padecido voluntariamente por mí. Así, personalizando, dándole el sentido completo, y penetrando, cuanto posible fuere. [A eso va dirigido mi libro: Quién es Este, cuya amplia descripción de la Pasión puesta al alcance de cualquier comprensión, ayudará mucho a vivir estos misterios de la Pasión de Jesucristo. También, ya ciñéndose a hechos concretos, mi otro libro Traspasando la ventana está concebido como paradas lentas y profundas sobre determinados pasajes de la Pasión de Jesús. Dos elementos muy útiles y –hoy para muchos- insustituibles para VIVIR la Pasión del Señor. Que pueden ser servidos a quienes los requirieran como libro de apoyo para su oracion].





Dios y Padre de Jesucristo: que vivamos estos misterios con el corazón.

-         Por la Iglesia perseguida, que sufre hoy en sus carnes la Pasión de Cristo, Roguemos al Señor.

-         Por todos los que sufren para que sepan unir sus dolores a los dolores de Jesús. Roguemos al Señor.

-         Para que en todo sufrimiento que padezcamos haya siempre una luz de esperanza, junto al triunfo de Jesús, Roguemos al Señor.

-         Para que los ramos que, con devoción hemos recogido. nos sirvan a través del año a recodar que las glorias humanas se van secando día a día, Roguemos al Señor.

-         Y así pongamos el valor en los valores que no se secan y en Cristo que siempre permanece, Roguemos al Señor.


Danos, Padre, el sentido profundo de nuestra vida, con lo que lleva de cruces y esperanzas.

          Por Jesucristo, N.S.

1 comentario:

  1. La vida de Jesús ha sido un camino de despojamiento, empezando por su encarnación, en la que asumió nuestra naturaleza humana, infinitamente inferior a la divina.
    Ahora, pobrecito, llega al culmen su anonadamiento: traicionado por uno de los suyos que lo vende por treinta monedas de plata, abandonado por sus discípulos, hecho prisionero como un malhechor, condenado por blasfemo, vejado por los judíos , descartado ante Barrabás, flagelado y crucificado en medio de dos ladrones...Las tinieblas envuelven la tierra evocando la trascendencia cósmica de Jesús. Su Sangre derramada al empapar la tierra tiene una fuerza vital tan impresionante que devuelve los cuerpos de los santos que yacían en ella.El velo del templo, frontera entre lo divino y lo humano, se rasga de arriba abajo, la Sangre sale a borbotones del Costado del Señor y, el Centurión y los soldados son los primeros miembros del nuevo Pueblo de Dios. El Cuerpo Santísimo de Cristo queda guardado en el sepulcro envuelto e los lienzos blanquísimos impregnados en los mejores perfúmenes que habían comprado José de Arimatea y Nicodemo. Todo ha quedado a punto para la resurrección...Los judíos se han encargado de vigilar el sepulcro.

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