jueves, 27 de abril de 2017

27 abril_Una síntesis doctrinal

Final de Nicodemo
          Las fiestas litúrgicas de San Marcos y San Isidoro nos han dejado sin el grueso de la explicación de Jesús a Nicodemo. Y por lo que respecta a tener que explicar todo ese cúmulo de doctrina que ahí se encierra, me ha sido más cómodo, porque la verdad es que –como suele ocurrir en los temas de San Juan- es mucho más para leer despacio, lento y reflexivamente, que para intentar dar un bosquejo en la página del blog.
          Pero hoy sigue aún ese discurso de Jesús a Nicodemo y podemos llegar al final de aquella amplia explicación, en la que hay dos ideas fundamentales de las que podemos sacar nuestra enseñanza, tratando de captar el secreto último que Jesús quiso dejarle allí al Rabino de Israel: una, es que las cosas de la tierra las entiende cualquiera que vive en la tierra; pero que las cosas del Cielo sólo la conoce el que ha venido del cielo. Con lo cual Jesús está dándole a Nicodemo una “identificación” de quién es realmente aquel “Maestro” que habla conforme a la verdad.
          La otra idea es que el Padre ha puesto en las  manos de ese nuevo Maestro los principios que conducen a la vida eterna, y no sólo los principios sino la fuerza para conducir a todo el que acepta esos principios. El que los acepta, tiene vida eterna; el que no los acepta, no puede tenerla. Nicodemo –desde su buena fe pero desde sus realidades farisaicas- necesita dar el salto de gigante que le saque de su mundo “de aquí abajo” y le haga acoger los principios que vienen ”de arriba”, los que ha dado a conocer el Padre Dios, y los que trasmite el verdadero Maestro de Israel, que habla conforme a la verdad.
          Yo me ha preguntado siempre qué entendió Nicodemo de todo esto, y qué escuchaba y cómo se quedaba perplejo ante esta catarata de enseñanzas sublimes que Jesús le soltó de una tacada. Y pienso que Nicodemo fue el hombre leal que quiso comprender, que quiso asimilar, que empezó a vislumbrar ahora por qué Jesús le había comenzado la conversación con aquel enigmático “nacer de nuevo”, que realmente le suponía a Nicodemo darse la vuelta como un calcetín para poder captar el nuevo mundo que Jesús le había puesto ante los ojos.
          Pudo medio entender aquello de “nacer del Espíritu Santo”, con poco que supiera comprender que Dios se manifiesta por un Espíritu nuevo del que ya había hablado Ezequiel. No sería tan fácil entender lo del nacimiento ·del agua”, pues  Nicodemo no entendía más que las aguas de sus abluciones rituales o a lo sumo las más recientes  del Bautista. Pero sabía que eso quedaba demasiado lejos de lo que debía significar Jesús con ese nacimiento del “agua”. Posiblemente Nicodemo tuvo que venir muchas noches a hablar con Jesús, a empaparse de muchos enigmas de aquellos, de buscarle las vueltas para que se expresara con más claridad “popular”. Y que el paso del tiempo y todo eso proceso interno de una conversión en el interior de su alma, fue el que un día le hizo soltar amarras y presentarse en el Calvario para hacer bajar de la cruz el cuerpo del crucificado.

          Pero más claro aún le quedó aquello el día que  Jesús habló ya de la necesidad de bautizarse con un agua que no sólo lavaba por fuera sino que CONSAGRABA AL PADRE Y AL HIJO Y AL ESPÍRITU SANTO y que suponía una pertenencia nueva, un nacimiento real, una identificación con el Maestro. Ahora empezó a comprender aquello de nacer de nuevo, que iba mucho más lejos que la burda idea de un mayor que vuelve al seno de su madre. Precisamente ese “mayor” no debe volver al seno de su madre, porque se trataba de entrar en otro seno y en otra vida absolutamente diferente: la que viene de arriba, la que habla palabras de lo alto, la que cambia a la persona porque le lleva a CREER en otra nueva realidad.
              Yo pienso que el evangelista que querido dejar al comienzo de su evangelio todo este mundo tan denso de su enseñanza para marcar territorio, y que en adelante sepa el lector de qué va a ir la cosa. Porque en realidad ha sido un discurso casi de bombardeo de grandes principios doctrinales como para preparar al lector del cuarto evangelio a lo que se va a enfrentar a lo largo de su meditación.

1 comentario:

  1. Las autoridade judías tenían unas mentalidades muy especiales y sólo consideraban bueno y de acuerdo con la voluntad de Dios, todo lo que mantenía el orden y no les creaba complicaciones. Nicodemo era un fariseo bueno,, era seguidor de Jesús; se estaba operando en él un cambio personal que le creaba inseguridad; pero no lo exponía en la Sinagoga porque tenía miedo que lo expulsaran y, visitaba al Maestro por la noche para aclarar sus dudas...Nicodemo probará su fidelidad a Dios cuando se presente con José de Arimatea en el Calvario, para hacerse cargo del Cuerpo de Jesús a fin de embalsamarlo y perfumarlo y darle una honrosa sepultura.

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