sábado, 8 de abril de 2017

8 abril: Triunfo a la vista

Liturgia
          Como un colofón de la Cuaresma, y síntesis de todo lo que se ha querido dejar en el alma de los “penitentes” y de los neófitos que van a recibir su bautismo, la 1ª lectura de hoy (Ez 37,21-28) viene a poner de relieve el triunfo de Dios. Han precedido dos días que expresaban la angustia de Jesús ante la pasión, anunciadas por Jeremías y por el libro de la Sabiduría. Pavor en torno, como un presagio del Huerto, con todas las amenazas de querer acabar con el Justo en la tierra de los vivos.
          Frente a esa visión se yergue hoy la palabra firme y triunfal de Dios que anuncia un único pueblo heredero de la promesa, y una sola dinastía. Mi siervo David, el que fue pastor de las ovejas pastoreará como único rey de ellos, que guardarán mis preceptos, habitarán en la tierra que le di y será príncipe para siempre, estableciendo con ellos alianza de paz. Con ellos moraré y to seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Y sabrán las naciones que yo soy el Señor, el que consagra a Israel, al estar mi santuario entre ellos para siempre.
          Trasladado todo esto al momento que vivimos, tenemos la gran dicha de tener al Señor como Dios nuestro, que ha plantado su presencia entre nosotros para siempre, en la persona de Jesús, que es el LA ALIANZA de Dios con la humanidad, y que es la continuidad de aquella promesa perpetua que Dios hizo con su pueblo, del que nosotros somos hoy la continuación.
          Nos queda que pasar por los misterios dolorosos pero nuestros ojos miran ya más allá y nos centramos en ese punto en el que Dios es nuestro Dios y nosotros su pueblo…,  Cristo ha triunfado y su triunfo redunda en nuestra salvación definitiva. Así se cierra todo el anuncio y preparación que se ha hecho durante los 40 días de Cuaresma, y que ojalá desemboquen en ese algo NUEVO de quien vino a hacer nuevas todas las cosas, y que debe traducirse en realidades concretas nuestras. Todo lo pequeñas y casi imperceptibles que se quiera, pero con esa actitud despierta de nuestro espíritu que debe dar cuenta de haber hecho alguna cosa que suponga un crecer de Dios en cada cual.... una actitud mejorada en algún aspecto, una gozosa certidumbre de que esta Cuaresma no pasó desapercibida en cada uno de nosotros.

          El evangelio de San Juan (37,21-28) nos traslada de primeras  la casa de Lázaro, donde los judíos celebran la vuelta a la vida de aquel hombre bueno que era estimado por muchos. A partir de ahí se bifurcan las reacciones: unos, congratulándose de aquel acontecimiento que han vivido de ver a un muerto volver a la vida. Otros, recelosos, que van a dar el parte a los sacerdotes y a los fariseos. Y aquí se llega al absurdo de las actitudes pasionales, tan alejadas  de la razón y de la lógica. Porque ante la constatación de que Jesús hace muchos milagros, no cabía más pregunta que la de quién era Jesús y qué representaba en aquel momento para la historia de Israel. Pero lo toman por la otra parte y llegan a la conclusión de la amenaza que supone Jesús –piensan ellos- ante las autoridades civiles.
          Caifás, sacerdote sumo aquel año, habla a lo que se le ocurre, sin darse cuenta de que está hablando proféticamente y que su palabra va a traspasar la historia mucho más de lo que él sabe. Y pronuncia una sentencia que es teoría pura de la salvación prevista por Dios: Vosotros no entendéis ni palabra y no veis que es mejor que muera un solo hombre por el bien de todo el pueblo. Ha sentenciado nada menos que el proyecto salvífico y misterioso de Dios: la muerte de uno por todos, para que todos se salven.
          [Es curioso el cambio de palabra que se ha hecho en la fórmula de la consagración del Cáliz. Donde antes se decía: por vosotros y por todos los hombres –que es una realidad teológica, porque Jesús muere para la salvación de la humanidad entera-, hoy se ha cambiado a por vosotros y por muchos, que es una aplicación de palabras bíblicas, pero que en el argot litúrgico quiere decir exactamente igual y no varía para nada el sentido de los todos porque realmente ese “todos” está significando lo mismo que el muchos actual. Al final Jesús se entre por vosotros y por todo el pueblo, como había profetizado, sin saber, el Pontífice Caifás].

          Aquel día decidieron darle muerte por lo que Jesús se retira a otros parajes para no estar a tiro de aquellos hombres apasionados y faltos de razón. Se masca ya la tragedia de la Pasión. Pero también está ahí y no debemos perderlo de vista el contenido esperanzados de la 1ª lectura de hoy, que anuncia el triunfo sobre todo.

1 comentario:

  1. "Voy a recoger a los israelitas, voy a congregarlos de todas las naciones...Los haré un solo pueblo...No volverán a profanarse...Mi siervo David será su Rey, será el pastor único de todos...Y haré con ellos una alianza de paz eterna"...¡Oh Cruz, única esperanza! Cristo se sacrificó y cumplió la obra de la reconciliación del hombre con Dios y se convirtió en nuestro Modelo, pero la actitud y el pecado de quienes lo acusaron, permanece. Se puede matar a la gente de muchas maneras. Hacerlo en el nombre de Dios es realmente demencial.

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