martes, 7 de enero de 2014

De todo un poco

De nuevo desde” mi base”
             Aquello del gitano: “nunca mejor que en la propia casa”
             Yo hablaría hoy de muchas cosas.  Y la que más me impacta hoy es el amplio cuestionario que se hace desde la preparación al próximo Sínodo sobre temas de pastoral o actitudes que quiere vivir la Iglesia en las realidades más humanas de la actualidad. Si les enumero los títulos [luego está el amplio cuestionario que se encierra bajo cada título], que en realidad tendrían que responder muy de cerca los que están viviendo en sus vidas esas situaciones:
1.- Difusión de la Sagrada Escritura y Magisterio de la Iglesua en relación con la familia.
2.- Matrimonio según la ley natural
3.- Pastoral de la familia en plano de evangelización
4.- Pastoral para afrontar situaciones matrimoniales difíciles
5.- Sobre uniones de personas del mismo sexo
6.- Sobre educación de los hijos de situaciones matrimoniales irregulares
7.- Apertura de los cónyuges a la vida
8.- Relación entre familia y persona
9.- Otros desafíos.- Parejas de hecho y sacramentos.- Divorciados / separados vueltos a casar, y sacramentos.

             Cuando hoy me he enfrentado al amplio cuestionario que hay bajo esos 9 epígrafes, me he hecho la “pregunta del millón”: ¿Tenemos remedio si nosotros –personas particulares y en pareja- no nos decidimos a poner remedio. Y eso no es ya reducido a ese tema concreto que va ahí bajo las 9 cuestiones. Bien podremos sincerarnos y ver que el problema subyacente es mucho más ancho que ese del matrimonio. Hay un inmenso problema, perfectamente constatable por cada uno y en cada uno, y es cómo hemos ido amasando nuestra vida de manera que “los mejores” hemos sacado “nuestras conclusiones” para “a nuestra manera” quedarnos en lo que somos ya y tenemos adquirido ya. En la raíz misma está el endiosamiento de la persona humana, que nos hace “dioses” personales para ser nosotros “la verdad”, y dejar a un lado todo lo demás, con nuestro buen barniz que salva el vértice de nuestro “cono invertido”. Ahí abajo del todo, “yo soy yo” y –por supuesto- “yo soy quien llevo razón y soy fiel”. En lo visible, en lo diario, en lo que aparece…  [respuesta personal].

             En las lecturas de hoy, San Juan [1 carta, 3, 22 a 4, 6] nos anima a pedir y nos asegura que cuanto pedimos, lo recibimos, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. [Nueva cuestión a reflexionar]. Y el mandamiento  es: que creamos en el nombre del Hijo, y que nos amemos unos a otros como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos, permanece en Dios y Dios en nosotros; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que Él nos dio.  Pero no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios.  [Aquí hay una clave esencial; no cabría dentro de las personas y grupos católicos ni una mínima crítica descalificatoria si el Espíritu que nos mueve es el de Dios. Por eso mismo, en cuanto surge esa descalificación, no es el Espíritu de Dios. Una verdad de la Palabra revelada que no admite “peros”; pero sí admite mucho examen de la propia realidad].
             En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error: quien no es de Dios no nos escucha. Quien conoce a Dios, nos escucha. Y así San Juan deja constancia de algo tan serio, como tener un criterio para saber qué espíritu nos mueve, bajo qué espíritu hablamos o actuamos.

             He tenido oportunidad de presentar a un profesional un elenco de “anónimos” del blog. Hay una gama muy diversa de respuestas
1.- Los “tan anónimos” que ni aparecen
             Y no aparecen por temor a dar la cara, por temor de ser enjuiciados, por pensar de antemano que no serán aceptados.
             Por pusilanimidad.
2.- Los “escarmentados”. Los que encontraron alguna vez una crítica, que ni digieren ni soportan, sobre todo si “traducen” que es crítica contra ellos mismos. O tienen “sus ideas” tan intangibles, que si alguien difiere, se sienten personalmente ofendidos.
3.- Los “anónimos atacantes”: los que se ocultan en el anónimo para atacar.
4.- Los “anónimos vergonzantes”, que no se atreven a defender alguna idea. Lo cual se da exactamente igual en la vida diaria, que siempre esconden su condición para vivir su fe “en el secreto”. Quizás un poco “cobardes” o “poco formados”, que no saben dar razón de su propia fe.
5.- Los “anónimos disgustados”, al modo del niño que se esconde en las faldas de la madre porque le han roto su juguete. Disgustados, ¿por qué? Hay mil matices y de mil procedencias diferentes. Y más bien queda la pelota en su tejado, porque ellos deberán clarificar el fondo de su realidad.

6.- Los “anónimos generales”, que siguen el blog, que aprueban, que lo siguen, que les hace bien…, y ahí se quedan, sin planteare siquiera que serían elementos constructivos y edificadores de un bien mayor.

4 comentarios:

  1. José Antonio5:05 p. m.

    Leyendo y reflexionando a San Juan, creo que un ejercicio práctico que deberíamos hacer en nuestro examen personal diario, sería responder (desde la honestidad y sinceridad más absoluta) a una pregunta escudriñando nuestro corazón. "¿Qué he hecho hoy (o qué no) que agrade al Señor?". De una reflexión madura y constructiva, podemos encontrar qué potenciar en nuestra vida y qué modficar, suprimir o reconvertir.

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  2. Pepe Aguilar8:04 p. m.

    Me parece entender que el cuestionario está hecho como es habitual desde arriba para los de abajo, diría algo así "vamos a ver como podemos acoger a las personas con éstos problemas" pero desde la hipocresía de considerarnos mejores que los demás.
    Cada uno tenemos nuestro pecado que puede ser distinto al del projimo, pero no deja de ser pecado ya que cada uno tenemos la responsabilidad de los talentos que se nos han entregado.
    Este Sinodo debería tomar nota de la actitud del papa Francisco en el que se percibe realmente la humildad de reconocerse igual a los demás humanos. El padre perdona la ofensa del hijo, aunque éste no pida perdón y está dispuesto a ayudarle en cuanto necesite.
    A los sacerdotes y obispos se les llama "padres" que Dios les ayude a darse cuenta de lo que realmente es ser padre, vuelvo a lo que decía el Papa sobre la madre, la madre es el abrazo no un mensaje.

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  3. Las preguntas las ha formulado y presentado el propio Papa, y puestas en mano de instituciones (grupos matrimoniales, comunidades pastorales, etc.), proponiendo los temas más difíciles de la vida actual (matrimonial en sus diversos aspectos (parejas de hecho, divorciados, homosexuales y adopciones de hijos, etc., etc.). Lo que aporten sobre eso (sólo de un grupo matrimonial van 100 respuestas), irá a una formulación que se estudie en el Sínodo, y no habrá conclusiones hasta un tiempo después, porque la cosa es más peliaguda de lo que puede parecer. Y si Dios le da salud, será este Papa quien aborde tan abstrusos temas.

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  4. Mi experiencia personal es mantenerme en la honradez y lo más pegado al bien posible, sin prescindir de Cristo. No le doy demasiadas vueltas a lo que hago cada día, sólo trato de amar a Dios lo mejor que pueda. Cuando veo que sucede algo en mi día, tengo una alarma interior que creo que me avisa y entonces si debo pararme a interpretar los signos.

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