viernes, 28 de julio de 2017

28 julio: Guipúzcoa

En su tierra natal
87. Y hecho esto, montó en un caballo pequeño que los compañeros habían comprado, y se fue solo hacia su tierra. En el camino se encontró mucho mejor. Y llegando a la Provincia Guipúzcoa) dejó el camino común y tomó el del monte, que era más solitario; por el cual caminando un poco, encontró dos hombres armados que venían a su encuentro (y tiene aquel camino alguna mala fama por los asesinos), los cuales, después de haberle adelantado un poco, volvieron atrás, siguiéndole con mucha prisa, y tuvo un poco de miedo. Con todo, habló con ellos, y supo que eran criados de su hermano, el cual los mandaba para buscarle. Y un poco antes de llegar a la tierra, encontró a los susodichos que le salían al encuentro, los cuales le hicieron muchas instancias para conducirlo a casa del hermano, pero no le pudieron forzar. Así se fue al hospital, y después, a hora conveniente, fue a buscar limosna en el pueblo.
88. Y en este hospital comenzó a hablar con muchos que fueron a visitarle de las cosas de Dios, por cuya gracia se hizo mucho fruto. Tan pronto como llegó, determinó enseñar la doctrina cristiana cada día a los niños; pero su hermano se opuso mucho a ello, asegurando que nadie acudiría. El respondió que le bastaría con uno. Pero después que comenzó a hacerlo, iban continuamente muchos a oírle, y aun su mismo hermano. Además de la doctrina cristiana, predicaba también los domingos y fiestas, con utilidad y provecho de las almas, que de muchas millas venían a oírle. Se esforzó también por suprimir algunos abusos y con la ayuda de Dios se puso orden en alguno, verbi gratia: en el juego, hizo que con ejecución se prohibiese, persuadiéndolo al que tenía el cargo de la justicia. Había también allá un abuso, y era éste: en aquel país las muchachas van siempre con la cabeza descubierta, y no se cubren hasta que se casan, pero hay muchas que se hacen concubinas de sacerdotes y otros hombres y les guardan fidelidad, como si fuesen sus mujeres. Y esto es tan común, que las concubinas no tienen ninguna vergüenza en decir que se han cubierto la cabeza por alguno, y por tales son conocidas.
89. Del cual uso nace mucho mal. El peregrino persuadió al gobernador que hiciese una ley, según la cual todas aquellas que se cubriesen la cabeza por alguno, no siendo sus mujeres, fuesen castigadas por la justicia; y de este modo empezó a quitarse este abuso. Hizo que se diese orden para que a los pobres se les socorriese pública y ordinariamente, y que se tocase tres veces el " Ave María", esto es, por la mañana, al mediodía y a la tarde, para que el pueblo hiciese oración, como en Roma. Mas, aunque al principio se encontraba bien, después se enfermó gravemente. Y después que se curó, decidió partirse para despachar los asuntos que le habían confiado sus compañeros, y partirse sin dinero; de lo cual se enojó mucho su hermano, avergonzándose de que quisiese ir a pie. Y por la tarde el peregrino quiso condescender en esto de ir hasta el fin de la Provincia a caballo con su hermano y con sus parientes.
Liturgia
          El pueblo israelita se encontré con su Dios (Ex 20,1-17): Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. Y a continuación les da el Decálogo, esa ley de leyes que abarca toda la relación del hombre con Dios y con sus semejantes, y que ha de ser distintiva de aquel pueblo: No tendréis otros dioses, no te harás ídolos (ni figura alguna de Dios). No pronunciarás en vano el nombre de tu Dios. Observa el sábado para santificarlo, pues descansó al séptimo día. Honra a tu padre y a tu madre, no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio contra tu prójimo, no codiciarás los bienes de tu prójimo ni la mujer de tu prójimo,  ni su esclavo, ni su esclava, ni un buey ni un asno, ni nada que sea de él.
          Así enumerado simplemente ya deja una impresión de finura que Dios pide a ese pueblo, y que constituyen una especie de ley universal que haría más humana a la humanidad si se dejara guiar por esa línea de acción. Sencillamente traslademos esas “normas” a la realidad que estamos viviendo en el mundo de hoy, a las noticias que nos llegan de mil clases, y vemos que no se producirían los abusos que se cometen, con la sola aplicación de esas normas que se le estaban dando a un pueblo primitivo.

          Poco podemos añadir en el evangelio (Mt 13,18-23) puesto que al mismo tiempo que se explica la parábola, ya está uno haciendo aplicación de las explicaciones que dio el propio Jesús. Falta haría que los fieles cristianos nos hiciéramos eco de esas llamadas que hay en la parábola. Porque hay “zonas” en nuestra vida practicante que, sin embargo “no están bautizadas” y las pasamos por alto impunemente. Otras “zonas” sin arraigo en las que pasamos como gato sobre brasas. “Zonas” repletas de afanes, caprichos, manías, prejuicios, en los que no puede desenvolverse la verdad y la sinceridad de la palabra de Dios. Lo que no quita que sigamos siendo “buenas personas” que damos ciertos frutos, y que con ellos vivimos conformes y tranquilos. ¡Pero queda tanto por hacer…!

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