sábado, 22 de julio de 2017

22 julio: Un fraile inquisidor

PROBLEMAS EN SALAMANCA
64. Llegado a Salamanca, estando haciendo oración en una iglesia, le conoció una devota que era de la compañía, porque los 4 compañeros ya había días que allí estaban, y le preguntó por su nombre, y así lo llevó a la posada de los compañeros. Cuando en Alcalá dieron sentencia que se vistiesen como estudiantes, dijo el peregrino: «cuando nos mandaste teñir las vestes lo hemos hecho; mas ahora esto no lo podemos hacer, porque no tenemos con qué comprarlas». Y así el mismo vicario les ha proveído de vestiduras y bonetes, y todo lo demás de estudiantes; y de esta manera vestidos habían partido de Alcalá.
Confesábase en Salamanca con un fraile de santo Domingo en san Esteban; y habiendo 10 ó 12 días que era allegado, le dijo un día el confesor: «los Padres de la casa os querían hablar»; y él dijo: «en nombre de Dios». «Pues, dijo el confesor, será bueno que os vengáis acá a comer el domingo; mas de una cosa os aviso, que ellos querrán saber de vos muchas cosas». Y así el domingo vino con Calixto; y después de comer, el subprior, en ausencia del prior, con el confesor, y creo yo que con otro fraile, se fueron con ellos en una capilla, y el subprior con buena afabilidad empezó a decir cuán buenas nuevas tenían de su vida y costumbres, que andaban predicando a la apostólica; y que holgarían de saber de estas cosas más particularmente. Y así comenzó a preguntar qué es lo que habían estudiado. Y el peregrino respondió: «entre todos nosotros el que más ha estudiado soy yo», y le dio claramente cuenta de lo poco que había estudiado, y con cuán poco fundamento.
65. Pues luego ¿qué es lo que predicáis? nosotros, dice el peregrino, no predicamos, sino con algunos familiarmente hablamos cosas de Dios, como después de comer con algunas personas que nos llaman. Mas, dice el fraile, «¿de qué cosas de Dios habláis? que eso es lo que queríamos saber». «Hablamos, dice el peregrino, cuándo de una virtud, cuándo de otra, y esto alabando; cuándo de un vicio, cuándo de otro, y reprehendiendo». «Vosotros no sois letrados, dice el fraile, y habláis de virtudes y de vicios; y de esto ninguno puede hablar sino en una de dos maneras: o por letras, o por el Espíritu Santo. No por letras; ergo por Espíritu Santo». Aquí estuvo el peregrino un poco sobre sí, no le pareciendo bien aquella manera de argumentar; y después de haber callado un poco, dijo que no era menester hablar más de estas materias. Instando el fraile: «pues ahora que hay tantos errores de Erasmo y de tantos otros, que han engañado al mundo ¿no queréis declarar lo que decís?». Y esto que es del Espíritu Santo, es lo que queríamos saber.
66. El peregrino dijo: «Padre, yo no diré más de lo que he dicho, si no fuese delante de mis superiores, que me pueden obligar a ello». Y cuasi siempre estaba llena su cámara de frailes, que venían a verles; y el peregrino siempre hablaba de lo que solía; de modo que entre ellos había ya como división, habiendo muchos que se mostraban afectados.
Liturgia. Santa María Magdalena
          Hoy celebra la Iglesia el día de Santa María Magdalena, a la que se le designa como “apóstol de los apóstoles” porque ella fue la que llevó a los Once la BUENA NUEVA de la resurrección de Jesucristo. Se le concede litúrgicamente el rango de FIESTA, por su importancia en ese período pascual en el que ella fue la primera en ver al Señor resucitado, y ser enviada por él a dar el anuncio a los apóstoles y discípulos que estaban escondidos y encerrados por el miedo a los judíos.
          María Magdalena no tuvo miedo. Ella, junto a otras mujeres, se fue al sepulcro del Señor en la madrugada del primer día de la semana, y ella lloró, buscó, preguntó…, y acabó abrazada a los pies del Maestro resucitado.
          Bien se le puede aplicar aquella palabra de Jesús de que amó mucho porque se le había perdonado mucho, y ella mantuvo su fidelidad al Rabí con la fuerza de una mujer que se ha sentido acogida por aquel hombre capaz de perdonar sus pecados.
          En su agradecimiento a Jesús, es una de las mujeres que se mantienen al pie de la cruz cuando la muerte, y acompaña a la Madre doliente en el trance durísimo de ver a su hijo ajusticiado y sufriendo el tormento de la cruz. Allí estuvo Magdalena, como después estuvo en primera fila de los creyentes en Cristo resucitado
Liturgia de la Lectura continuada
          En Ex 12,37-47 tenemos ya al pueblo hebreo caminando por el desierto. De suyo ellos habían pedido 3 jornadas de camino. Pero la intención, evidentemente, era escapar de Egipto. Salieron una inmensa muchedumbre, que cifra la Biblia en 600,000 adultos, y una gran cantidad de ganado. El pan que habían amasado no tuvo tiempo de fermentar porque los egipcios apremiaban para que salieran de su territorio. Triunfalmente se describe la salida como las legiones del Señor. Noche en que veló el Señor para sacarlos de Egipto, noche de vela para los israelitas por todas las generaciones.
          El SALMO será una repetición constante de alegría y de reconocimiento porque es grande su misericordia.
         
          Los fariseos estaban furiosos con Jesús, porque no sólo no les seguía sus prácticas sino que se las rebatía. Y planearon el modo de acabar con Jesús.
          Jesús no entraba nunca en esas situaciones límite y optaba por alejarse. Así lo hizo en esta ocasión (Mt 12,14-21), marchándose de aquel lugar y yendo donde había gentes sencillas y acogedoras, que recibían gozosamente los favores que él les traía: curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran.
          Así se cumplió la profecía de Isaías: “Mirad mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no loa quebrará, el pabilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las naciones”.

          Es una muy bella descripción del carácter y estilo de Jesús, y un ejemplo para nuestra manera de enfocar el momento que vivimos. La discusión y la tensión nunca producen luz. El modo humilde con que él actuó, nos sirve para ver cómo hemos de enfocar las situaciones actuales, que necesariamente nos hemos de encontrar.

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