viernes, 21 de julio de 2017

21 Julio: Prisión y marcha

La prisión en Alcalá
61. Diecisiete días estuvo en la prisión, sin que le examinasen ni él supiese la causa de ello; al fin de los cuales vino Figueroa a la cárcel, y le examinó de muchas cosas, hasta preguntarle si hacía guardar el sábado. Y si conocía dos ciertas mujeres, que eran madre y hija; y de esto dijo que sí. Y si había sabido de su partida antes que se partiesen; y dijo que no, por el juramento que había recibido. Y el vicario entonces, poniéndole la mano en el hombro con muestra de alegría, le dijo: «esta era la causa porque sois aquí venido». Entre las muchas personas que seguían al peregrino había una madre y una hija, entrambas viudas, y la hija muy moza, y muy vistosa, las cuales habían entrado mucho en espíritu, máxime la hija; y en tanto que, siendo nobles, eran idas a la Verónica de Jaén a pie, y no sé si mendicando, y solas; y esto hizo grande rumor en Alcalá; y el doctor Ciruelo, que tenía alguna protección de ellas, pensó que el preso las había inducido, y por eso le hizo prender. Pues como el preso vio lo que había dicho el vicario, le dijo: «queréis que hable un poco más largo sobre esta materia?» dice: sí. «Pues habéis de saber, dice el preso, que estas dos mujeres muchas veces me han instado para que querían ir por todo el mundo servir a los pobres por unos hospitales y por otros; y yo las he siempre desviado de este propósito, por ser la hija tan moza y tan vistosa, etc.; y les he dicho que, cuando quisiesen visitar a pobres, lo podían hacer en Alcalá, y ir acompañar el santísimo sacramento». Y acabadas estas pláticas, el Figueroa se fue con su notario, llevando escrito todo.
62. Desde el día que entró en la cárcel el peregrino, hasta que le sacaron, se pasaron cuarenta y 2 días; al fin de los cuales, siendo ya venidas las dos devotas, fue el notario a la cárcel a leerle la sentencia, que fuese libre, y que se vistiesen como los otros estudiantes, y que no hablasen de cosas de la fe dentro de 4 años que hubiesen más estudiado, pues que no sabían letras. Porque, a la verdad, el peregrino era el que sabía más, y ellas eran con poco fundamento: y esta era la primera cosa que él solía decir cuando le examinaban.
63. Con esta sentencia estuvo un poco dudoso lo que haría, porque parece que le tapaban la puerta para aprovechar a las ánimas, no le dando causa ninguna, sino porque no había estudiado. Y en fin él se determinó de ir al arzobispo de Toledo, Fonseca, y poner la cosa en sus manos. Partióse de Alcalá, y halló el arzobispo en Valladolid; y contándole la cosa que pasaba fielmente, le dijo que, aunque no estaba ya en su jurisdicción, ni era obligado a guardar la sentencia, todavía haría en ello lo que ordenase (hablándole de vos, como solía a todos). El arzobispo le recibió muy bien, y [entendiendo que deseaba pasar a Salamanca, dijo] que también en Salamanca tenía amigos y un colegio, todo le ofreciendo; y le mandó luego, cuatro escudos.
Liturgia
          Hay un salto notable en los capítulos del Éxodo y pasamos a 11,10-12.14. Comienza advirtiéndonos que el Faraón no hizo caso a los prodigios que le hicieron presentes Moisés y Aarón. Y el Señor toma la iniciativa y los convoca para este mes que será para vosotros el principal mes del año. Va a ser el mes de la salida de Egipto para lo que Dios da una serie de normas para preparar al pueblo para esa hora. Por lo pronto hay una preparación de orden espiritual, que es la preparación de la Pascua o momento del PASO de salida del pueblo, obligado incluso por el Faraón, ante quien las manifestaciones extremas de Dios con la muerte de los primogénitos, le han hecho cambiar de criterio. Éste será un día memorable para vosotros y lo celebraréis de fiesta en honor del Señor, de generación en generación. Decretaréis que sea fiesta para siempre.

          Pasamos al conocido evangelio de las espigas cogidas en sábado (Mt 12,1-8), una queja más y una “persecución” más de los puritanos fariseos, que no dejaban pasar ocasión para atacar a Jesús o a los discípulos de Jesús (que era la manera de ridiculizar al Maestro).
          Los Doce venían a campo traviesa por entre unos sembrados de trigo, y como con un instinto espontáneo, propio de gente tan sencilla y acostumbrada al campo, arrancan unas espigas que trituran entre sus palmas y se comen los granos. Hoy es posible que el mundo actual, tan centrado en el cemento de las ciudades, no pueda hacerse cargo de la fruición que suponía aquellas pocas espigas cogidas al paso. Puedo asegurar que era “una tentación” incoercible. Y lo que era un simple juego sin malicia ni trascendencia, es tomado por los fariseos como una “violación del sábado” por el “trabajo” que suponía aquel desmenuzar las espigas entre las palmas de las manos. Y se lo critican a Jesús.

          Jesús se fue a un caso histórico del venerado David, que “viola una ley” por causa de necesidad, para ponerles delante a aquellos hombres que las leyes se han hecho para el hombre, y no al hombre como esclavo de las leyes. Quiero misericordia y no sacrificios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡GRACIAS POR COMENTAR!