domingo, 18 de septiembre de 2011

COMENTARIO QUE ESTÁ PERO NO ENCUENTRO

Un famoso libro de espiritualidad, el "Ejercicio de perfección y virtudes cristianas", del P. Rodríguez, hablaba del "oficio de trinchantes" cuando uno cogía un texto bíblico que -pensaba-: "¡qué bien le viene esto a Fulano". Ese oficio es de los que hoy día tienen más porvenir. Cada "convicción personal" tiene su apoyo en "un texto". Y la convicción contraria, tiene apoyo en el otro texto. Esto ha creado desde las más altas disputas teológicas para defender cada uno su punto de vista, hasta la conversación entre dos, como para hacer Bush la guerra y los otros para que no se hiciera.
Al final es claro que la "manipulación" de la Palabra de Dios va inherente a la "ciencia" humana. Y el pecado que Cristo consideró más grave fue ese de tomar una postura (los fariseos) para negar a Cristo, porque encima de todo los fariseos estaban también apoyados en la Palabra de Dios. ¿A ver quién baja del burro a quien se siente en posesión de una posición irreductible?
El Evangelio de hoy (todos llamados a la viña), aunque sea a diversas horas..., y todos recibiendo un denario al final de la jornada), es de esos que una gran parte de convencidos católicos no entiende por mucho que se le explique, y siempre vuelven al principio...: "no es justo".
Mi homilía de hoy decía: hace 2 domingos se habló de la CORRECCIÓN FRATERNA. Por supuesto, fraterna. Y si fraterna, con amor. Y si con amor, sin herir. Y sin herir, ¡ni en el nombre de Dios! Siguió el domingo pasado avanzando un paso más: no nos quedemos en corregir (que se intenta por bien de otro), sino PERDONAR, porque todos somos perdonados por Dios y de mucho más calibre. Y sigue la gente fiel sin entender.
¡El problema es tan fuerte como el NO ENTENDER A DIOS!, o mejor dicho: en entenderlo A MI MANERA, a mi medida, según mis pensamientos. Y nos dice Dios: "como dista el cielo de la tierra así mis pensamientos distan de los vuestros". Por eso, porque cada uno nos hacemos un "dios" a nuestro tamaño, no podemos dar el paso de comprender que para Él no es ni la primera hora ni la última. Para él, lo que importa es que hayan llegado a su viña. Y cuando protesta el primero, estamos repitiendo el mismo caso de la gran parabola del padre bueno, a la que "el hijo bueno" (¿?) protestó vehementemente a su padre por haber acogido al "pródigo". "¿Es que tú vas a ser malo porque yo soy bueno", dice hoy el amo.
AHORA SOLO ME QUEDA UNA DUDA: ¿CUÁL ES BUENO Y CUÁL ES MALO?
Única solución: según se manipula la Palabra de Dios para llevar la razón, aunque sea en contra de Dios.
Luego COMULGAMOS JUNTOS ¡Eso es lo grande! Señal de que Dios no es a nuestra medida, y que su Corazón supera al nuestro más que el cielo dista de la tierra.

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