martes, 23 de julio de 2019

23 julio: Mi madre y hermanos


LITURGIA
                      Ayer tuvimos los preámbulos de esta gesta inigualable que hizo el Señor en la defensa de su pueblo. El pueblo estaba copado por delante –el mar- y por detrás –los egipcios-. Moisés pone a retaguardia la columna de humo, con lo que los egipcios se despistan y creen que los israelitas están allí detenidos. Pero Dios le había dado órdenes a Moisés de extender su brazo sobre el Mar Rojo (Ex.14,21 a 15,1) y bajo esa acción el mar se repliega sobre sí y deja el paso libre a los israelitas, que atraviesan el mar sin mojarse.
          Cuando los egipcios son conscientes de aquello, se lanzan también al mar con sus carros y jinetes, pero ahora ya coincide con la subida de la marea, que los ahoga a todos los enemigos del pueblo de Dios, que observan –desde la ribera opuesta- a los carros del faraón y a sus soldados, perecer en las aguas. Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio la mano grande del Señor obrando contra los egipcios y el pueblo entero creyó en el Señor. Y Moisés y el pueblo entonaron un canto de acción de gracias: Cantemos al Señor, sublime es su victoria.
          Este pasaje se lee en la Vigilia Pascual como lectura insustituible porque es el presagio de la otra liberación, mucho más importante, que llevó a cabo Jesucristo cuando –por el bautismo- nos hace pasar las aguas y nos libera por medio de ellas, mientras que el enemigo, el pecado, queda ahogado es esa agua purificadora. La Vigilia Pascual es eminentemente bautismal, y nos remite a Cristo resucitado, que es el gran misterio de muerte y resurrección, de PASCUA o PASO por el que quedamos salvados del mal, pasando de muerte a vida.

          El evangelio (Mt.12,46-50) nos trae uno de los pocos textos en que se hace relación a María, la Madre de Jesús. Viene con los otros parientes con el deseo de ver a Jesús, y como Jesús está en su labor de enseñanza a las gentes, le han de enviar recado para que sepa que su madre y sus parientes están allí fuera queriendo hablar con él.
          Ya había enseñado Jesús que hay que amar a Dios por encima de otro amor, y que si se presenta la ocasión de elegir, hay que elegir primero lo que es obra de Dios.
          Ahora le toca a él. Él está haciendo su obra, para la que ha venido. El encuentro con su madre y parientes no puede quitarlo de su labor, y aplica su enseñanza a sus hechos y responde: Quién es mi madre y mis hermanos? Y extendiendo la mano sobre aquellos que le estaban escuchando, dice: Éstos son mi madre y mis hermanos. Y como no es que hay un menosprecio hacia su Madre, completa la frase diciendo: El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre. No quedaba desdorada su Madre, sino ensalzada a lo verdaderamente importante: la persona que mejor que nadie escuchó a Dios y puso por obra la palabra de Dios. Si los parientes estaban en esa onda, también ellos. Pero quedaba claro que no era el afecto lo que podía ir en primer lugar, si por medio estaba algo tan importante como hacer la obra de Dios.
          Si Jesús no dejó de hacer lo que tenía que hacer, ni siquiera por la presencia de su santa madre, nos debe quedar claro que por delante de nuestra relación con Dios no podemos nunca poner otras cosas. Yo suelo aconsejar que en lo tocante a hacer nuestra obligación, en este caso como personas espirituales, hay que poner esa práctica “antes de…” y no “después de”, porque “después” siempre se va retrasando y se llega a la noche y no se ha hecho lo que había que hacer. En cambio la práctica del “antes de” tiene la gran virtud de poner por delante a Dios y el gran efecto de que no se va el día sin haberlo hecho.

2 comentarios:

  1. Es cierto. Yo por ejemplo hoy hice antes de comenzar el día esto :en el nombre del Padre, del hijo...yo te adoro Señor y Padre mio... Ofrecimiento por la humanidad... Padre nuestro, Ave Maria y Gloria. Y finalmente lectura y oración del Evangelio. Intercalo conforme me viene, algunas peticiones por necesidadea o personas.

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  2. Buen consejo antes de en el trato con Jesús.Esta mañana asistí a misa temprano por motivos de un viaje y en los tres conventos de mi localidad la eucaristía era a las ocho y siete y media.Despues las monjas Asus labores.Por supuesto antes estuvieron rezando laudes y contemplación personal

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